lunes, 31 de diciembre de 2012

CAP #17


*Narra Candy.

Abrí los ojos lentamente, me dolía mucho la cabeza. Lo primero que vi fue a Harry sentado en la cama, parecía preocupado.

-¿Dónde estoy?- pregunté confusa. Harry se giró inmediatamente, ahora su expresión era aliviada.
-Oh, estás despierta. Estamos en el hospital, ¿recuerdas que Alex te pegó en la cara? Pues te ha partido la ceja, pero no te preocupes, el doctor ha dicho que en cuanto despertaras podríamos irnos- me daba la sensación de que Harry se sentía culpable por lo que había pasado.
-Harry, tienes claro que no ha sido culpa tuya, ¿no?
-Candy... si yo no hubiera intervenido de esa manera no habría pasado nada. Alex te dio a ti porque yo le provoqué...
-No, no es verdad. Si yo no me hubiera puesto delante nada de esto habría pasado. Así que no te sientas culpable, porque no lo eres. Alex tiene que aprender a controlarse, se pone muy violento, y eso no me gusta nada- entró el doctor en la habitación.
-Oh, veo que estás despierta. Perfecto, ven por aquí, voy a firmarte el alta. Tu novio ha sido muy rápido trayéndote aquí, se ve que se preocupa mucho por ti- dijo el doctor con una sonrisa en la cara.
-En realidad él y yo no... -empecé- Sí, se preocupa mucho por mí- me quedé pensando y me gustaba cómo sonaba eso de mi novio, así que no quise decir nada.
El doctor salió de la habitación, iba a buscar un papel para darme el alta.
-¿Por qué no le has dicho que no somos pareja?- preguntó Harry.
-Tal vez porque... me gusta cómo suena eso de que eres mi novio...- le miré a los ojos, él se puso algo nervioso.
-Candy, de verdad que no te entiendo... Un día me dices que me quieres, al otro no existo y ahora te gustaría que fuera tu novio... eres rara
-Bueno, supongo que soy indecisa... hasta que encuentro la persona adecuada y aún así necesito asegurarme- le atraje hacia mí pero en ese momento entró el doctor.
-Oops, lo siento. Pero ya tendréis tiempo de besaros cuando lleguéis a casa- bromeó el médico.

Nos dio el papel firmado para que pudiéramos salir del hospital y recogí algunas cosas que tenía en la habitación (la chaqueta y eso). Salimos a la sala de espera y encontramos a Niall, Zayn, Liam, Louis y Amanda. A la primera que abracé fue a Amanda y luego vino Liam, que estaba muy preocupado por mí.

-Amanda, tienes mala cara...- noté.
-Oh, es que al ver toda la sangre me he mareado y Niall me ha traído aquí, resulta que me ha dado un bajón de tensión y me faltaba azúcar- explicó Amanda.
-Yo soy muy dulce...- susurró Niall.
-¿Qué?- preguntó Louis, que no se había enterado de lo que había dicho Niall.
-Eh, ejem, nada...- Niall se puso muy rojo.- Que me ha dado un buen susto... eso...
-¿Venís a dormir a casa?- propuso Zayn.
Los chicos nos llevaron a su casa, Amanda y yo estábamos muy cansadas, así que tan sólo queríamos dormir.

*Narra Amanda.

Subí a la habitación de Niall, él me seguía. Entramos y cerramos la puerta, Niall se sentó en el borde de la cama.

-¿Puedes girarte? Voy a ponerme la camiseta/pijama para dormir- le pedí.
-¿Qué?- él parecía sorprendido.
-Que si puedes girarte...
-Ya te he entendido, pero no creo que tengas nada que no haya visto ya...- Niall sonrió de manera pícara.
-Ah, ¿así que has visto a muchas otras chicas?
-Bueno... unas cuantas.
-Oh, genial. Entonces ya tienes bastante, no hace falta que me veas a mí, así que gírate de una vez- me mosqueé un poco.
-¿Te vas a poner celosa, amor?- Niall se iba acercando a mí.
-¿Ahora soy tu amor?
-Por supuesto, ¿me dejas que te ayude?- él me cogió por la cintura y pasó sus manos por el borde de la camiseta que llevaba puesta, jugueteó con ella y después la levantó poco a poco hasta dejar al descubierto mi ombligo. Paró un instante para comprobar mi expresión, después siguió quitándome la camiseta, la tiró al suelo y me quede en sujetador.
-Y, ¿ahora qué, señor ligón?- fui acercándome poco a poco a sus labios mientras buscaba el botón de sus vaqueros con las manos.
-Ahora voy a ponerte esta otra camiseta y a dormir- dijo Niall mientras cogía la camiseta grande que me había dejado para dormir y me la pasaba por la cabeza.
-¡¿Qué?! Digo, claro, a dormir que... estoy cansada, muy... cansada- me estaba ruborizando, notaba que mis orejas se estaban poniendo cada vez más rojas y que mis mejillas se encendían. Había caído en su trampa, en su irresistible trampa. Ahora Niall ya debía tener clarísimo que cuando estaba a su lado no podía controlarme.
-Genial. -se tumbó en la cama y se cubrió con el edredón.- Buenas noches, pequeña- me tumbé a su lado, pero de espaldas a él y me abrigué con el edredón.
-Buenas noches. Ah, y no soy pequeña- me ponía de los nervios que me llamaran pequeña o cosas por el estilo. Vale, no soy precisamente una torre, pero no hace falta que me lo recuerden.


*Narra Candy.

Harry y yo nos metimos directamente en la cama, ninguno de los dos habló. Estuve como un cuarto de hora sin poder dormir, sin moverme ni un milímetro para no molestar a Harry.

-Candy, ¿estás despierta?- susurró él. Me giré para mirarle a la cara.
-Sí, no puedo dormir...
-Yo tampoco, ¿quieres que vayamos a mi lugar preferido?
-¿Ahora?- Harry se acercó a mi oreja y susurró.
-Está cerca; tan sólo tienes que girar a la segunda estrella a la derecha y luego ir todo recto hasta el amanecer -me dio un beso en la mejilla- Buenas noches, que descanses bien.
-Buenas noches.

Me quedé algo pensativa... ¿qué había sido del Harry al que sólo le importaba tener una chica cada noche? ¿Desde cuándo se había convertido en el Harry que ha visto ''Peter Pan'' y antes de dormir te da un beso en la mejilla? La primera noche que estuve aquí intentó acostarse conmigo, y ¿ahora me da un beso de buenas noches? No sé a qué viene este cambio, pero realmente me gusta.


*Narra Amanda.

-Lo estás volviendo a hacer- Niall abrió los ojos de repente.
-¿El qué?- pregunté algo avergonzada.
-Me estás mirando dormir, es un poco inquietante...- se burló.
-¡No es verdad!
-Sí, como la primera noche que estuvimos juntos, en el coche... también me mirabas dormir
-Está bien... lo admito... - sonreí- Me volví a tumbar, ahora del otro lado.
-¿Vas a volver a dormirte? ¡No, señorita! ¡Levanta, que tenemos clase!
-¡No! ¡Quiero dormir, estoy cansada!

Niall empezó a hacerme cosquillas y, cuando levanté los brazos, me cogió y me sacó de la cama. Me llevó como una princesa hasta el piso de abajo, donde estaban todos los demás desayunando. Aunque yo no quería que nos prestaran atención, los cinco se giraron a mirarnos.

-¡Al fin venís!- exclamó Liam.
-Claro, es que estaban muy ocupados en la cama...- insinuó Louis.
-¡Oh, Niall! ¡Eres una fiera!- bromeó Zayn.
-Chicos, dejadles tranquilos... ¡pueden hacer lo que quieran mientras no rompan la cama!- siguió riendo Harry.
-Ha ha ha, ¡qué graciosos! Pues que sepáis que no...- empecé.
-Que no va a poder moverse de lo cansada que está- me interrumpió Niall, guiñando un ojo, indicando que bromeaba.
-Está bien, ya vale. Anda ven, siéntate a desayunar- ofreció Candy.

Durante todo el desayuno y el camino a la universidad los chicos estuvieron bromeando sobre Niall y yo, aunque intenté ignorarles, me estaba poniendo muy roja.
Las clases fueron como siempre, sin nada fuera de lo normal. A la hora de comer me encontré en la cafetería con los chicos, Candy y algunos otros chicos de la universidad.

-¡Eh, Amanda! -me llamó Greg desde el fondo de la mesa- ¿Candy y tú podéis pasaros por mi casa hoy por la tarde?
-¿Para qué?- respondí.
-Oh... necesito que me ayudéis con... el trabajo de biología, ese que nos ha mandado la señora Bennet.
-Ah, vale, genial. ¿A qué hora?- pregunté.
-¿Sobre las ocho va bien? Cuando acabemos os invito a cenar, así que arreglaros un poco- bromeó Greg.
-Está bien, entonces a las ocho en tu casa- finalizó Candy.

Acabamos de comer y fuimos a las clases, estaba algo nerviosa por ir a casa de Greg, nunca había quedado con él. Después, Candy y yo fuimos a la habitación a arreglarnos, aunque realmente sólo íbamos a cenar, así que no sé si hace falta que nos arreglemos mucho; pero a Candy le encanta ponerse guapa. Cómo no, ella ya había pensado qué nos íbamos a poner esa noche, siempre va un paso por delante.


*Narra Candy.

¡Qué ganas de ir esta noche a casa de Greg! Me apetece mucho ir a cenar con él, es un tío realmente majo. Además, así tendríamos oportunidad de ponernos guapas... ¡me encanta arreglarme! Amanda y yo trajimos un par de vestidos muy bonitos y hasta ahora no hemos tenido ocasión de ponérnoslos.

-¡Vamos, Amanda! ¡Sal ya del baño! ¡Yo también tengo derecho a usar la ducha!- llamé.
-¡Espera un poco! ¡Me estoy desenredando el pelo!- me contestó.
-¡Oh, por Dios! ¡Entonces vas a estar una hora!- Amanda tiene el pelo rizado y se le enreda mucho, así que siempre tarda mucho en desenredárselo.

Llamaron a la puerta y cuando abrí vi que era Niall.

-Niall, hola. ¿Qué haces aquí?- pregunté.
-Oh, yo... venía a ver a Amanda...- respondió él, tímidamente.
-Está en la ducha, ahora saldrá- salí de la habitación- Cuando acabéis de hablar me avisas- le guiñé el ojo, bromeando.


*Narra Niall.

Entré en la habitación y me senté en la cama a esperar. Estaba distraído inspeccionando los libros de las estanterías y las cosas que tenían en la cómoda, a veces los objetos de alguien te ayudan a saber cómo es. Escuché que una puerta se abría y me giré hacia el origen del ruido.

-¡Niall! ¡¿Qué haces aquí?!- Amanda había salido del baño en toalla.
-¡Oh, lo siento! Yo... sólo quería darte un regalo...- me giré para no verla en toalla, me estaba poniendo muy colorado.
-Vale, espera un segundo... -escuché la puerta del armario- Me pongo una camiseta y unos pantalones... y... ya está, puedes girarte- me giré y la vi con una camiseta de tirantes y unos pantalones cortos, de pijama. La miré de arriba abajo.
-Amanda... yo... bueno, quería darte esto -le tendí una de cartón que traía conmigo. Se puso en el suelo a abrirla.
-No es mi cumpleaños, ¿por qué me haces un...? ¡Oh, Dios mío! -la perrita negra con la que Amanda se había encariñado el día del refugio salió de la caja de cartón, lamiéndole todas las mejillas- Pero, ¡¿qué haces tu aquí, pequeñina?! ¡Oh, eres tan mona! -Amanda alzó la vista y me miró directamente a los ojos- Niall, ¿por qué me la has traído?- me puse nervioso.
-Porque... en el refugio de animales te encariñaste tanto con ella, se te veía tan feliz. No pude evitar querer verte así de feliz siempre, así que se me ocurrió traerla contigo.
-Pero... no podemos tener animales en la residencia...- Amanda parecía apenada.
-Ya he pensado en eso, estará en nuestra casa, así tendrás que venir a verla más a menudo y yo podré verte a ti- sonreí.
-Eres genial, muchísimas gracias- Amanda se acercó a mí y me abrazó con todas sus fuerzas.
-Esto... yo creo que... mejor me voy... tendrás que vestirte y eso... ¡Hasta luego!- me despedí y salí por la puerta corriendo, con la perrita. Me había puesto muy rojo.


*Narra Amanda.

Niall es genial, me encanta este chico. Aunque no sé por qué se ha puesto tan nervioso... hehe. Candy entró por la puerta, con una expresión traviesa.

-¿Y bien?- preguntó ella.
-Y bien, ¿qué?
-Pues... que... ¿qué ha pasado?- a Candy le encanta cotillear.
-Bueno, ha venido y... ¡me ha regalado un perro! -a Candy casi se le salieron los ojos de las órbitas- ¿Recuerdas la perrita del refugio de la que te hablé? Pues Niall la ha adoptado para mí. ¡Ha sido muy mono, me he quedado de piedra cuando...
-¡Amanda! ¡Para! Respira mientras hablas. Primero, piensa que mañana nos vamos. Segundo, tenemos una hora para ir a casa de Greg. Y tercero... bueno no tengo tercero- Candy se rió.
-Está bien, tú explótame mi burbuja de color de rosa. Volviendo a la realidad... tienes razón, mañana nos vamos, tengo que decirle a Niall que no vamos a vernos más...
-¿Y qué hay del trato que teníamos? Ni yo se lo digo a Harry ni tú a Niall.
-Ah, es verdad... entonces no podré decirle nada...

Amanda

Candy
Mientras Candy fue a ducharse empecé a ponerme espuma en el pelo, pensaba llevarlo suelto. Nos enfundamos en nuestros vestidos y, con el coche, partimos hacia casa de Greg. Llegamos a su apartamento, llamamos a la puerta un par de veces, de repente se abrió sola.

-Vale, admito que eso ha sido un poco raro...- afirmó Candy.
-Dentro se ve todo oscuro...
-Venga, no seamos tontas, entra...

domingo, 30 de diciembre de 2012

CAP #18

*Narra Niall. (15 minutos antes)

Los chicos y yo ya estábamos listos para ir a casa de Greg a la fiesta. Cogimos el coche y nos dirigimos hacia allí. Cuando llegamos al apartamento estaban todos muy alborotados.

-¿Qué hacéis?- preguntó Zayn al entrar.
-¿Qué está pasando?- se extrañó Liam.
-¡Venga! ¡Escondeos ya! ¡Amanda y Candy deben estar a punto de llegar!- contestó un chico.
-Pero, ¿para qué vamos a escondernos?- preguntó Louis.
-¡Porque se supone que es una sorpresa! ¡No hagáis más preguntas y escondeos!- exigió una chica.
-Vale, vale. Ya nos escondemos- calmó Harry.

Los cinco nos escondimos detrás de un sofá, nos agachamos y nos dispusimos a esperar. Todas las luces estaban apagadas y nadie hablaba, aunque me había dado cuenta de que Liam, Louis y Zayn se habían mirado mucho entre ellos cuando nos dijeron que nos escondiéramos. Me pregunto si ellos saben algo sobre esto.
Estuvimos esperando unos cinco minutos hasta que escuchamos un coche que se paraba en frente de la puerta, oímos cómo se bajaban dos personas de él y cómo venían hablando. Cuando estuvieron delante de la puerta pude escuchar las voces de Amanda y Candy, todavía no entiendo por qué vamos a darles una sorpresa.
Escuché cómo abrían la puerta, y cuando entraron en la casa...


*Narra Amanda.

-¡¡¡SORPRESA!!!- gritó todo el mundo en cuanto abrimos la puerta. Candy  y yo nos quedamos boquiabiertas, sin saber qué decir. Al fondo de la habitación vimos una gran pancarta que decía ''Os echaremos de menos''.
-¡Oh, Dios mío! Pero ¡¿qué hacéis todos aquí?!- preguntó Candy.
-¡Madre mía! Esto si que no me lo esperaba... ¡Niall! - le vi, se acercó y me dio dos besos- Por cierto, te fuiste sin que pudiéramos ponerle nombre a la perrita.
-Oh, sí... la he estado llamando... ''perro'' -se rió- ¿Has pensado en algún nombre?
-Sí, bueno... se me ha ocurrido llamarle Ginger...
-¿Ginger?- repitió Niall.
-¿No te gusta...?- pregunté.
-No, o sea, ¡sí! Le va como un guante, es muy revoltosa- volvió a reírse.
-Genial, entonces se llamará Ginger- le sonreí.
-Por cierto, ¿por qué se supone que os vamos a echar de menos?- preguntó Niall al ver la enorme pancarta.
-Oh, eso... Candy y yo... se nos acaba la beca... mañana volvemos a España... quería decírtelo, pero no me atrevía. Tenía miedo y... bueno, ya lo sabes...- Niall se quedó en completo silencio.
-¡Eh, pareja! ¿Por qué no bailáis?- sugirió Louis, mientras estaba con Eleanor. Todos los chicos habían traído a sus novias.
-Bueno, al menos concédeme este baile- me miró a los ojos, suplicante.

Le miré y cogí su mano, llevándomelo a bailar. La canción que pusieron fue una de High School Musical, la recuerdo de mi infancia ''Can I have this dance?'', así se llama. Justamente en la película cantan esta canción cuando Gabriella se va a marchar y Troy le pide un último baile, justamente. Espero que Niall no haya visto High School Musical.

-¡Y ahora una para las parejas!- dijo el DJ mientras empezaba a sonar la canción.
-Sí, yo también he visto la película... -empezó Niall- Emmm... quería decirte una cosa...
-Perdona, te la quito un rato... ¡o toda la noche!- apareció Jake y me apartó de los brazos de Niall, cogiéndome y llevándome a bailar con él.
-¿Jake? ¡¿Qué haces aquí?!- pregunté.
-Ya te dije que tenía algunos contactos aquí -seguimos bailando y me dio un beso en la mejilla- Te he echado de menos, no he sabido nada de ti...
-Si me disculpas -Niall me llevó a bailar con él de nuevo- ¡gracias! Bueno, quería decirte que... aunque vuelvas a España...
-Lo siento, he dicho que te la quitaba, ¡y es lo que voy a hacer! -Jake volvió a llevarme con él. Me estaba empezando a marear de tanta vuelta- ¿Por dónde iba? Ah, sí. Pues eso, ¿por qué no me has llamado?
-Jake, he tenido muchos exámenes... ya sabes, los globales son complicados... he estado estudiando...- respondí sin ganas.
-A ver, Jake... o como te llames. Amanda está bailando conmigo, así que ya puedes ir apartando tus manos de su cintura- Niall estaba empezando a enfadarse.
-¿Y quién lo dice?- desafió Jake.
-Pues su novi... pues... yo- Niall no podía decir que era mi novio, aunque es como si lo fuera...
-Oh, ¿tú? Bueno, y ¿qué pasa si bajo las manos?- Jake vaciló a Niall, bajando sus manos hasta mis caderas.
-No te atrevas a bajar más- advirtió Niall.
-Y, ¿qué me vas a hacer? -siguió desafiando Jake- Mira que miedo me das- bajó hasta mi cul... digamos ''partes traseras''.
-Jake, quita tus manos de ahí- obligué a Jake a apartarse de mí, pero no me hizo caso.
-Ya la has oído- advirtió Niall.
-¿Perdón? Amanda, deja ya de engañarte, en el fondo prefieres estar conmigo. Lo que pasa es que no quiere hacerte daño- se dirigió a Niall.
-Niall, no le escuches, eso no es verdad. Te lo juro, yo nunca he dicho eso- me desesperé, porque Niall se había quedado sin habla.
-Vale, te has pasado -Niall cogió impulso y estampó su puño en la cara de Jake- Te lo he advertido.

Jake se llevó las manos a la nariz, por la cual brotaba un fino hilo de sangre. Se la secó con la manga de la camisa, se arremangó y le pegó un fuerte golpe a Niall en el pecho. Éste se quedó por un segundo sin respiración.

-¡Parad! ¡Niall, déjalo ya, por favor! ¡Joder! ¡Basta, no tiene sentido que os peleéis! ¡Mira que sois idiotas!- grité. Estaba muy asustada porque uno de los dos pudiera salir herido de verdad.

Para no ver cómo seguían peleándose salí de casa de Greg, decidida a coger el coche y largarme de esa estúpida pelea de gallos. No entiendo por qué diantres se pelean, ¡todo por ver quién tiene más ******! No sé cómo los tíos pueden ser tan idiotas. Genial, encima me he dejado las llaves del coche dentro del bolso, que, cómo no, está dentro de casa de Greg. No pienso volver a entrar, sería una pérdida de dignidad total... Entonces, esperaré a que Candy salga con mi bolso y nos vayamos.


*Narra Candy.

¡Oh, Dios mío! ¿Qué demonios está pasando? Genial, encima no veo a Amanda en ninguna parte. A ver, Candy, cálmate. No sé por qué me hablo a mí misma, pero en fin... Voy a buscar a alguien que me explique lo que está pasando. Lo único que veo es un corro de gente gritando.

-¡Greg! Menos mal que te encuentro. ¿Qué está pasando?- pregunté.
-Creo que Niall y Jake se están peleando por Amanda- respondió él tranquilamente.
-¡¿Que qué?! ¡¿Y Amanda?!- empecé a sobresaltarme.
-Pues no estoy seguro... creo que la he visto salir.
-¡Gracias Greg!- me dirigí corriendo a la puerta. Efectivamente Amanda había salido.
-¡Candy! ¡Al fin! Vámonos, rápido. ¿Tienes las llaves del coche?- ella tenía muchas ganas de irse.
-Amanda, no puedes despedirte así de Niall. Se está pegando con un bombero-entrenado-musculoso-cañón por ti. Mira si te quiere, sabe que puede salir muy mal en una pelea contra Jake, pero aún así lo hace.
-Lo hace porque es un tío. Los tíos se pegan por demostrar cuál de los dos es más fuerte, no por una chica.
-Niall no es así y lo sabes, te está defendiendo. No lo hace por demostrar nada, si quisiera demostrar algo ya se estarían midiendo...
-¡Candy! ¡Por favor! No hables de eso... Pero, tienes razón, ¡siempre la tienes! Entonces... ¿vuelvo dentro a buscarle?
-¡Claro! ¿A qué esperas?- le ayudé a levantarse y le empujé dentro.


*Narra Niall.

-Vale, bomberito. Lo dejamos estar- le dije a Jake.
-¿Qué? ¿Ya te rindes?- vaciló él, jadeando. Aunque no lo admitiera, tampoco podía seguir.
-No es rendirse, es tener un poco de cabeza.
-Está bien... pero esto no acaba aquí.
-Genial, lo que tú digas...- me recosté en una mesa. Creo que me he roto algo, me duele muchísimo el costado. Si que está en forma el bombero este, bueno, por algo es bombero...
-¡¿Niall?! ¿Estás bien?- Amanda entró.
-¡Estoy aquí!- grité a duras penas.
-¡Oh, Dios mío, Niall! Estás todo magullado, vámonos, ponte la camiseta. Tengo que curarte todas esas heridas. ¡¿Puedes explicarme por qué diantres has hecho esto?! Ahora te han golpeado y me siento fatal porque...- Amanda no paraba de hablar.
-Basta-la besé.
-Bonita forma de pedirme que me calle -me sonrió- Vamos, tenemos que limpiarte las heridas.
-Estoy bien, de verdad. No necesito limpiar nada, me daré una ducha y ya está -Amanda me abrazó- ¡Ay! Duele.
-Venga, en casa seguro que tenéis agua oxigenada.
-¡No, eso pica! Mejor agua fresquita y ya esta- propuse.


*Narra Candy.

Fui a buscar a Harry para decirle que Amanda y yo nos íbamos, supuse que estaría con los chicos... pero no era así. Estaba enrollándose con una tía... Pensaba interrumpirlos, pero luego preferí no hacerlo, no merece la pena. Me di media vuelta y me dirigí a la puerta, allí me esperaban Amanda y Niall.

-¿Vamos?- pedí. Subimos al coche, en silencio. Niall condujo.
-Candy, ¿por qué estás tan seria?- preguntó Amanda, me conoce demasiado bien.
-Por nada...
-Candy, vamos, soy tu mejor amiga; sé que te pasa algo- insistió ella.
-¿A mi? ¡Que va! Tan sólo me acabo de encontrar a Harry en una esquina del piso de Greg liándose con una tía a la que no había visto en mi vida después de haberme dado una carta diciéndome que me quiere y que no va a olvidarme nunca, ¡¡por lo visto el nunca ha llegado antes de lo previsto!! Pero a parte de eso, no me pasa nada.
-Vale, Candy, vamos a respirar mientras hablamos. Tranquila...- Amanda intentó calmarme.
-¡¿Me estás diciendo que me ponga tranquila?! ¡¿Cómo quieres que esté tranquila si el estúpido chico con rizos al que amo se está dando el lote con otra?!- rompí a llorar.
-A lo mejor... no era él...- intentó consolarme Niall.
-Niall... ¿conoces a algún otro chico con el pelo rizado que hoy por la noche llevaba una americana? Creo que no- le contesté muy bruscamente.
-Sólo intentaba ayudar...- se disculpó Niall.
-Bueno, mañana volvemos a España, no vas a volver a verle en la vida. Olvídale, él se lo pierde, por idiota- concluyó Amanda.
-Está bien, no le voy a volver en la vida. Voy a seguir con mi vida y él con la suya. Él me va a olvidar y viceversa. Joder, Amanda, esto no consuela mucho.

Llegamos a casa de los chicos. Bajamos del coche y entramos, yo me quedé en el salón mientras Amanda iba al baño a curarle las heridas a Niall. Recuerdo que cuando conocí a Harry, él estaba aquí, en el sofá. Lloraba por una chica, su exnovia. ¿Qué habrá sido de ella?


*Narra Liam.

Estaba agotado de bailar, así que decidí ir a buscar a los chicos para ir a casa. Esta noche Danielle, Perrie y Eleanor se iban a quedar a dormir.

-Danielle, cariño, espérame en el coche- le pedí.
-Vale, no tardes mucho- me besó y le sonreí. Fui a buscar a Zayn, pero me encontré a Harry, estaba con una chica.
-¿Harry?- pregunté. Él se dio la vuelta.
-Ah, Liam. ¿Qué quieres?- dijo Harry.
-Vamos a irnos ya... ¿viene¡¿REBECCA?! Quiero decir, ¡Rebecca! ¡Qué alegría verte! ¡Cuánto tiempo! Bueno... ¿vienes esta noche a casa?- ¡¡DIOS MÍO, HA VUELTO CON REBECCA!! No me puedo creer que Harry sea tan imbécil.
-Sí, va a venir con nosotros a casa, bueno si quiere...- Harry se dirigió a Rebecca.
-Claro que sí, hecho de menos tu cama- ella le besó.
-Está bien... -me giré para no presenciar la escena- os esperamos en el coche, no tardéis.

Avisé a los chicos para que fueran al coche para irnos a casa. Casi no cabíamos, las chicas tuvieron que sentarse encima nuestro. Zayn y Louis pusieron la misma cara que yo había puesto en cuanto vieron a Rebecca con Harry, alucinaron. Durante todo el camino nadie habló.


*Narra Amanda.

-¡Menudo baño! El de la residencia no es ni la cuarta parte de este.
-Bueno, somos cinco en tres baños, tienen que ser grandes- se rió Niall, aunque le dolía todo.
-Déjame el agua oxigenada- Niall me pasó el bote y empecé a desinfectarle los rasguños que tenía.
-¡Ay! ¡Duele! ¡Uf! ¡Pica!- se quejaba él.
-¡Niall, por favor! Si no dejas de moverte no puedo curarte, no te quejes tanto. Sólo es agua oxigenada.
-¡Pero pica mucho! Eres tan hermosa que duele- siguió quejándose, pero me alagó para ver si le dejaba de poner agua oxigenada.
-Hacemos un trato: si no te quejas hasta que acabe, te doy lo que tú quieras, ¿vale?- propuse yo, un poco sonrojada.
-¡Vale! Digo... si quieres...- se hizo el interesante.
-Venga, valiente, tú puedes- me reí. Mi plan funcionó, Niall no se quejó en todo el rato hasta que terminé.
-¿Ya has acabado?- preguntó él, ansioso por recibir su premio.
-Sí, puedes pedir tu premio- le sonreí mientras salíamos del baño.
-Está bien, quiero... un beso- decidió Niall.
-¿Un beso?- repetí.
-Sí, con eso me doy por satisfecho-justificó.
-Está bien -me acerqué para darle el beso cuando vino Ginger corriendo y se lanzó a mis brazos de un salto- ¡Ginger! ¡¿Cómo has saltado tanto?! Oh, pequeña, te echaré tanto de menos- la abracé fuertemente y me senté en el sofá con Candy.
-¡Eh! ¡Mi beso! ¡No es justo! ¡He aguantado como un campeón!- se quejó Niall.
-Anda, ven. Después te doy el premio- me reí.
-¡Cuánta felicidad! Es todo tan bonito que da asco...- refunfuñó Candy.
-Eh, no la tomes con nosotros, sólo queremos aprovechar nuestra última noche juntos...- replicó Niall. Oímos que abrían la puerta de la entrada, los chicos habían llegado.
-¡Ya estamos aquí! ¿Nos habéis echado de menos? ¡Seguro que sí!- cómo no, Louis siempre bromeando.
-Hola, chicos. Niall, ¿te has dejado curar?- preguntó Zayn entre risas. El último en entrar fue Harry, que, cuando vio a Candy, se limitó a subir arriba con la chica.
-¿Quieres que nos vayamos?- le pregunté a Candy.
-No, estoy bien, dormiré con Ginger...- respondió ella. Louis y Eleanor bajaron a la cocina a buscar algo de comer.
-¡ELOUNOR HA VUELTO MUAHAHAHAHA!- anunció Louis mientras se reía al estilo malvado. Me giré y vi que llevaban un pijama de Coca-cola a juego. Después de la ruidosa aparición, subieron arriba.
-Bueno, creo que nos vamos a dormir ya... mañana nos tenemos que levantar muy pronto. Candy, ¿dormirás en el sofá?- pregunté mientras me llevaba a Niall arriba.
-Claro, yo como los perros, bueno no, hasta Ginger va a dormir mejor que yo. No pasa nada, abandonadme en el sofá, cuando todo esté oscuro intentaré no tener miedo. Pero no os sintáis culpables eh... para nada- Candy intentó darnos pena.
-Candy, no te va a pasar nada por dormir una noche solita, no te va a asesinar-raptar-violar-destripar nadie, te lo aseguro- bromeé.
-¿Y si vienen los...- empezó ella.
-No van a venir los extraterrestres, y si vinieran, te devolverían en cuanto vieran lo habladora que eres. Buenas noches- le lancé un beso. Subimos a la habitación de Niall, Ginger nos seguía.


*Narra Candy.

Me quedé sola en el sofá. Cogí un par de cojines y unas mantas y me dispuse a dormir, pero no podía dejar de pensar, mientras me asqueaba, en que esa noche se hubieran podido hacer muchos bebés... ya me entendéis... ¡Qué asco! Estaba a punto de dormirme cuando alguien encendió la luz.

-¿Quién baja a estas horas? Aquí la gente intenta dormir...- me giré y vi a Harry bajando por las escaleras. Habían pasado unas dos horas desde que habían subido a la habitación, calculo que ya habría acabado la faena.
-Lo siento, bajaba a por un vaso de agua...- se disculpó. Vi que en la mano llevaba un plástico, supuse que era el que había usado...
-Bueno, pues date prisa- cerré la conversación y me di la vuelta para continuar durmiendo. Miré de reojo y vi a Harry subiendo las escaleras, cabizbajo, no sé si por el sueño o por decepción.

sábado, 29 de diciembre de 2012

CAP #19


*Narra Amanda.

Sábado, cinco de la mañana. Me levanté sin hacer ruido para no despertar a Niall, cogí mi ropa y bajé a la cocina. Desperté a Candy, que estaba toda dolorida por haber pasado la noche en el sofá. Nos vestimos y sobre las cinco y media ya estábamos listas para marcharnos. Lo habíamos alargado todo lo que pudimos, vistiéndonos lentamente y tardando mucho en recoger nuestras cosas, pero había llegado el momento de decir adiós a todo lo que habíamos vivido en Londres. Teníamos que despedirnos de los sentimientos, los momentos, los recuerdos, las bromas, las risas, las conversaciones, las nuevas experiencias, las lágrimas... teníamos que despedirnos de todo. Probablemente no volveremos a ver a ninguno de estos chicos, aunque me gustaría que no fuera así. Me siento tan impotente y vulnerable al pensar que lo más seguro es que no vuelva a ver a Niall, que no voy a poder besar sus labios otra vez, no podré sentir ese cosquilleo por todo el cuerpo cuando nuestras miradas se cruzan. Siento que estoy dejando atrás algo muy importante, pero ¿qué le voy a hacer? La esencia de la vida es eso, ir hacia adelante. Me hubiera gustado que la historia de Harry y Candy hubiera acabado bien, de verdad habría sido fantástico. Pero Harry... ah... Harry no es lo bastante maduro como para darse cuenta de lo que tiene. No hace mucho que le conozco, lo sé, pero he pasado el suficiente tiempo con él como para saber eso. Harry es el tipo de chico que cuando tiene algo, que puede ser serio, con una chica... se asusta, tiene miedo de estar atado a alguien y entonces huye de todo. En mi opinión eso es lo que ha pasado. Espero que algún día piense y entonces se dará cuenta de lo que perdió, ese día sabrá que fue un idiota rompiéndole el corazón de esta manera a Candy, pero ella ya no estará aquí para oírlo. Candy es fuerte, no va a hundirse por esto, seguirá adelante, siempre lo hace.
En cuanto a mí... bueno, yo supongo que encontraré a alguien; quiero decir, no voy a estar sola toda la vida, ¿no? Lo que he sentido estando con Niall realmente es especial, ahora mismo no puedo pensar en que otro chico me haga sentir así, ahora mismo Niall es el único. Pero, esto es lo que se llama un amor adolescente. Sientes muchas cosas en muy poco tiempo, pero después te vas haciendo mayor y sientas la cabeza. Aún así, voy a echar mucho de menos este sitio... y todas las personas que he conocido aquí.

-¿Estás lista?- preguntó Candy.
-Sí, vamos. No podemos alargarlo más- respondí.

Echamos un último vistazo a la casa y salimos. Pedimos un taxi para que nos llevara a la residencia, teníamos que recoger nuestras maletas. Durante el trayecto nadie dijo nada, a excepción del taxista, que hablaba sin parar... aunque sin obtener más respuesta que ''sí'' o ''no''. Cuando llegamos al destino, se despidió de nosotras alegremente.
Subimos a nuestra habitación y cuando hubimos cogido las maletas y nuestras últimas cosas, nos despedimos de todo... definitivamente.

Pedimos otro taxi para que nos llevara al aeropuerto (¡Qué caros son! ¡Nos hemos gastado ya unas 25 libras sólo en taxis!). Una vez en el mostrador de embarcar las maletas, sacamos los pasaportes, DNI, etc. La mujer que nos atendió no tenía muy buena cara, tenía pinta de no haber dormido en toda la noche y de haberse tomado ya unos doce cafés. Se quedó un rato mirando nuestras maletas, por un momento pensé que se había quedado dormida con los ojos abiertos, pero luego reaccionó.

-Esa maleta es muy grande para llevarla como equipaje de mano- dijo la mujer, señalando mi maleta.
-¡Qué va! Es solo un bulto, cuando vinimos pude llevarla, no debería haber ningún problema- respondí.
-Por favor, pruébalo en el medidor de maletas- pidió ella.

''Medidor de maletas'' suena muy sofisticado, pero no es más que un espacio en el que tienes que meter la maleta, si cabe la puedes llevar en la mano, si no, ¡a facturar! Y eso es exactamente lo que voy a tener que hacer yo, facturar. La maldita maleta no cabe. Estábamos perdiendo un montón de tiempo por culpa de mi maleta, además de tener que pagar cincuenta libras por embarcarla. Saqué la cartera de mala gana y pagué. Después de haber solucionado el problema de la maleta (¡os aseguro que no cabía por un centímetro!), fuimos a mirar los paneles para saber en qué puerta nos tocaba embarcar. Puerta A, 22.


*Narra Louis.

¡Oh, Dios mío! No vamos a llegar a tiempo, además, las carreteras están congeladas y no podemos correr más. A ver, voy a tranquilizarme, con un poco de suerte, se habrán retrasado... pero, ¡¿y si no?! ¡Sólo tenemos una oportunidad! Y como no nos demos prisa...

-Liam, ¿no puedes ir más deprisa?- pregunté, estresado.
-Louis... hay unas leyes que debemos cumplir. Podríamos provocar un accidente si el coche patinara- explicó Liam, muy calmado.
-¡El accidente te lo voy a provocar yo a ti como no lleguemos!- dije exaltado.
-¡Louis! ¡Cálmate! Llegaremos a tiempo, sólo son las ocho y media de la mañana... ¡son las ocho y media! ¡¿Cómo ha podido pasar el tiempo tan rápido?! ¡Liam, acelera!- Zayn se puso tan nervioso como yo lo estaba.
-¡Chicos! ¡Basta ya! ¡Poneos tranquilos, ya!- empezó Liam.
-Liam...-intenté decir.
-¡No me interrumpas!- protestó él.
-Es que... deberías...- empezó Zayn.
-¡Dejadme hablar!- insistió Liam.
-¡Liam! ¡Deja de pisar el acelerador o nos estrellaremos!- grité asustado. Liam automáticamente miró hacia adelante y dejó de pisar el acelerador. Estuvimos a punto de chocarnos con el coche de delante, ¡sólo nos faltaba eso!
-¡Oh, Dios mío! ¿¡Qué he hecho?! ¡He estado a punto de matarnos a todos! ¡Soy una persona horrible! ¡Soy un desastre! ¡Soy un monstruo! ¡Qué traged...
-¡¡Liam!! ¡Ya está! ¡Sólo ha sido un susto! ¡No montes un drama!- le regañó Zayn.
-Vale, está bien... estoy muy tranquilo, tranquilísimo...- mientrasLiam  hablaba le temblaban las manos y no paraba de moverse en el asiento, no estaba precisamente tranquilo.
-Bueno, vamos a concentrarnos en intentar llegar vivos y a tiempo al aeropuerto- sugerí.

Estuvimos conduciendo unos diez minutos antes de llegar al parking del aeropuerto. Aparcamos del coche y salimos los tres corriendo. Entramos en el edificio y buscamos una pantalla de información. Nos paramos.

-Bien, ¿cuál es su vuelo?- pregunté.
-¡¿QUÉ?! ¿NO SABEMOS CUÁL ES SU VUELO?!- Liam se exaltó.
-Vale, no pasa nada. Liam, hoy estás algo nervioso... Veamos... no puede haber tantos vuelos a Mallorca...sólo hay... dos- solucionó Zayn.
-Uno es en la puerta A22 y el otro en el D15. ¿Qué dos de nosotros son los que corren más rápido?- pregunté.
-Yo hacía atletismo en el instituto, era muy rápido- comentó Liam.
-Yo... creo que puedo llegar a tiempo- dijo Zayn.
-Está bien, Liam; tú ves a la puerta A22. Zayn, tú a la D15. Yo me quedaré intentando retrasar a algunas azafatas para que no puedan ir al avión y que tengan que esperar para despegar. ¡Vamos, chicos!

Liam salió corriendo por la derecha y Zayn por la izquierda. Yo me dirigí hacia el mostrador de vuelos a Mallorca, estaban cerrando ya. Tenía que inventarme algo para que no subieran a ese avión antes de haber sacado a Amanda y Candy, pero no sé qué decirle. Bien, probemos con la estrategia de carita de cachorrito.

-Perdone, tengo un problema- me dirigí a la primera azafata.
-Dime, ¿cuál es el problema?- ella me miró con cara de ''venga niño, que tengo que subir a un avión y llego tarde''.
-Pues, el caso es... que tengo... un perro, sí, un perro... y creo que mi compañero de viaje lo ha facturado y en realidad no tenía que hacerlo y mi perro le tiene miedo a los aviones y va a pasarlo fatal y por consecuencia voy a pasarlo mal yo también y no podré subir al avión estando mal y...- las clases de actuación sirven para algo. Actué de manera nerviosa, como si me estuviera quedando sin aire. La azafata se empezó a preocupar seriamente.
-Está bien, tranquilo, por favor, le va a dar algo. Vale, ¿tiene los papeles de facturación del perro?- preguntó ella.
-Pues... sí, los papeles... no, no los tengo. Los tiene mi amigo, que... está en... el avión...
-Mire, lo siento, pero sin los papeles de facturación no puedo ayudarle- contestó tajante.
-¡Pero necesito a mi perro! ¡¿Va a dejarme aquí tirado sabiendo que hubiera podido ayudarme?! ¡¿Qué clase de persona sin corazón es usted?!- le puse dramatismo al asunto, creo que demasiado. Pero funcionó, la azafata, que ya se iba, se giró y volvió a hablar conmigo.
-Oh, Señor. Muy bien, te ayudaré... ¿En qué avión va tu amigo?- parecía sentirse algo obligada a ayudarme. Me sentí un poco mal.
-Muchísimas gracias. Por cierto, ¿le he dicho que le sienta muy bien el uniforme?- le sonreí de manera pícara.

La azafata se dirigió a un mostrador de información, yo le seguí. No sé qué papeles tramitó y después empezó a caminar, esta vez más deprisa que la anterior. Me costó un poco seguirle, iba semi-corriendo, pero no me di por vencido. Atravesamos una terminal entera y llegamos donde se encontraba un señor vigilando los cochecitos estos que hay en el aeropuerto. La azafata se acercó a él y le enseñó los papeles que había estado tramitando en el mostrador de información. Automáticamente el señor le pasó unas llaves y señaló uno de los cochecitos. La azafata subió y arrancó, yo me quedé un poco alucinado, pero no dudé en subir al coche.


*Narra Amanda.

Oh, Dios. Llegamos tardísimo. Espero que no hayan embarcado todavía, porque si no va a ser bochornoso entrar en el avión mientras todo el mundo te mira; además... tengo tendencia a ponerme roja como un tomate. Candy iba algo rezagada. Llevaba el bolso lleno de cosas y algo de tacón, con lo cual, le costaba correr. Estábamos a punto de llegar a la puerta de embarque, cuando oí un gritito detrás de mí. Me giré.

-¿Candy? ¡Candy! ¡Levántate ahora mismo! ¡¿Que demonios haces tirada en el suelo?!- pregunté, aunque era obvio que se había caído.
-¡¿Tú qué crees?! ¡Es que el suelo estaba triste y quería darle un abrazo!

Le ayudé a levantarse. Pero cuando iba a volver a emprender la ''carrera'' hacia la puerta de embarque, me fijé en una figura que se acercaba hacia nosotras corriendo. Me resultaba muy familiar. ¿Pero qué hace aquí...?


*Narra Niall.

-¡Chicos! ¡Louis! ¡Si esto es una broma, no tiene gracia!- oí a Harry vociferar en el piso de abajo.
-Habrán salido, no te preocupes- escuché una segunda voz, la cual reconocí en seguida... Rebecca.

Decidí que no me apetecía bajar y tener que soportar a la ''novia'' estúpida de Harry, así que me quedé en mi cama tumbado; simplemente mirando al techo y pensando en Amanda. Me parece increíble que ahora mismo estén ya en el avión, a punto de volver a España. Fui a tumbarme del revés cuando noté un papel debajo de la almohada. Lo saqué rápidamente y descubrí que era un sobre en el que ponía mi nombre. Me dio un poco de miedo abrirlo, porque supuse que era de Amanda, y no quería sentirme peor de lo que estaba; pero al final la abrí.


viernes, 28 de diciembre de 2012

CAP #20


*Narra Candy.

Me levanté del suelo y vi que Amanda estaba parada delante mío, mirando al horizonte. ¿Qué diantres hace? ¿Se ha vuelto loca? ¿Un ataque de estrés? De veras que a veces no entiendo a esta chica.

-Amanda, ¿qué miras?- pregunté directa.
-¿Ese no es...?- empezó ella.
-¡Chicas, esperad!- oí una voz masculina que gritaba. Me di la vuelta hacia donde Amanda miraba.
-¡Chicas!- el chico se acercó y pude ver claramente quién era.
-¡Jake! ¡¿Qué haces aquí?!- solté, sorprendida.
-Jake, puedes ir volviendo por donde has venido. La última vez que estuve contigo creo que te quedó bastante claro que me repugnas. No te atrevas a tocarme, ya me bastó con el ridículo que me hiciste pasar en la fiesta- Amanda parecía muy enfadada. No soporta que los chicos se pasen de la raya con ella.
-Bueno... yo creo que voy a ir yendo hacia la puerta de embarque... -me escabullí de entre ellos dos.

Me alejé un poco para que pudieran discutir tranquilos, pero se nos hacía tarde y teníamos que subir ya al avión. Cuando ya habían pasado cinco minutos decidí que teníamos que irnos, no podíamos esperar más.

-Amanda, sé que estás algo ocupada, pero tenemos que irnos- ella se giró y asintió.
-Está bien. Adiós, Jake- se despidió.

Amanda empezó a andar hacia la puerta de embarque, donde quedaba una azafata que nos esperaba. Me sentí un poco mal por haber hecho esperar a todo el avión diez minutos. Iba a pedirle a Amanda los papeles del avión cuando escuchamos un grito lejano.

-¡Amanda! ¡Candy! ¡Esperad!- esa voz me resultó muy familiar, pero no conseguía adivinar quién era.
-¿Pero qué pasa ahora?- se quejó Amanda.
-Chicas, tenéis que subir ya- ordenó la azafata.
-Un segundo, por favor- vi a... ¿Liam? Que venía corriendo hacia nosotras, parecía desesperado.
-¡Chicas, esperad! ¡Por favor, no os vayáis! -finalmente llegó hasta donde estábamos nosotras, casi no podía respirar.- No podéis volver a España. Louis se ha encargado de conseguir que os renueven las becas para que podáis acabar el curso aquí. Podéis vivir con nosotros y así no tendréis que pagar un alquiler. Louis se ha encargado de hablar con vuestras familias para explicárselo todo y han aceptado que os quedéis.
-¡¿QUÉ?! ¡¿HABLAS EN SERIO?!- Amanda estaba realmente sorprendida y feliz a la vez.
-Sí, vamos, Harry y Niall están en casa y no saben nada; se van a llevar una gran sorpresa- explicó Liam. Ellos dos empezaron a caminar de vuelta a la salida del aeropuerto, pero yo me quedé quieta.
-Chicos, -se giraron- yo no voy.
-Venga, Candy. No digas tonterías. Es una gran oportunidad- dijo Amanda.
-He dicho que no voy, tampoco tengo nada que hacer aquí. Puedo seguir estudiando en España- cerré tajante.
-Sí que tienes cosas que hacer, como abrirle los ojos a Harry, seguir con nosotros cinco... Porque nosotros te queremos y no vamos a permitir que os vayáis así como así. Además, Harry está enamorado de ti, pero tiene miedo- Liam se puso serio.
-Si ni siquiera tenemos dónde dormir, en vuestra casa no hay una habitación para nosotras- puse más pegas.
-Ahora sí la hay. Hemos despejado el desván y lo hemos convertido en una habitación para vosotras- anunció Liam satisfecho.
-Dios mío. Sé que me voy a arrepentir de esto, pero en fin, vamos allá- al final accedí.
-Oh, Candy, ¡te quiero!- Liam me dio un abrazo y Amada se unió.

Los tres nos dimos la vuelta y empezamos a caminar (casi correr) hacia la salida del aeropuerto. Básicamente teníamos que recorrer medio aeropuerto de vuelta, pero teníamos ganas de volver, así que el "paseo" se nos hizo, digamos "no muy largo". Al fin llegamos a la puerta principal del aeropuerto y allí esperamos a que Louis y Zayn volvieran. Pasados unos diez minutos llegó Zayn, que parecía cansado.

-¿De dónde vienes tan cansado, Zayn?- pregunté.
-He ido a la puerta D15 por si estabais allí- explicó.
-Sí, y ahora nos falta Louis. No sé por qué tarda tanto... -Liam hablaba solo.- Creo que voy a llamarle -marcó el número en el móvil- ¿Louis? ¿Dónde estás? Eh... sí, están aquí... sí, las he convencido. Vale, claro, bien. Date prisa. -colgó.
-¿Qué te ha dicho?- preguntó Amanda.
-Que ahora viene, está con una azafata- resumió Liam.
-Bueno, no creo que tarde mucho- supuso Zayn.

Estuvimos esperando diez minutos más, hasta que llegó Louis. Una azafata venía detrás de él y no tenía pinta de estar muy contenta. Cuando llegaron a nuestro lado se pararon y Louis miró a la azafata con cara de pena.

-¿Es "esto" vuestro?- dijo ella despectivamente.
-Sí, señora. Nos hacemos cargo de todos los desastres que haya podido ocasionar- intervino Liam.
-Por culpa de este individuo llego veinte minutos tarde al avión, si me echan será culpa vuestra. Por cierto, tenéis que pagarme el cochecito que hemos usado para llegar a la terminal como recompensa. Él me lo ha prometido- la azafata miró a Louis.
-¿Que has prometido qué? Louis, ¿cuánto vale ese trasto?- preguntó Zayn.
-Cuesta doscientas libras. Podéis pagarlo en metálico- contestó la azafata.
-Está bien, mis padres me van a matar, pero bueno...- Liam pagó y la azafata se fue.
-¿Qué hacemos ahora con ese cochecito?- pregunté.
-Pues... tendremos que llevárnoslo a casa, supongo...- propuso Louis. Todos le miramos con mala cara.
-Sí, pero lo conduces tú. Yo paso de tener que hacer el ridículo de esa manera- ordenó Zayn.
Una vez solucionado ese tema, Amanda, Liam, Zayn y yo nos montamos en el coche (el grande) y fuimos a casa de los chicos. Durante todo el camino nos estuvimos riendo de Louis, que iba detrás nuestro con el mini-coche. Creo que hasta le hicieron un video con el móvil para subirlo a YouTube. En fin, cuando llegamos a casa (qué raro se me hace llamarle "casa") los chicos nos ayudaron a bajar las maletas del coche y Louis aparcó el Louis-Mobil (le había puesto nombre y todo). Los primeros en entrar en casa fueron los chicos y nos dijeron que esperáramos para darles una sorpresa a Harry y Niall, aunque no sé si a Harry le iba a hacer mucha gracia verme.


*Narra Harry.

Estaba tumbado en el sofá, viendo una película con Rebecca. Estábamos viendo Love Actually, ahora iba a salir mi escena favorita, cuando Mark va a casa de Juliet a decirle que le quiere, es precioso. Oí que la puerta se abría, los chicos habían llegado.

-Eh, Harry. Nos hemos ido a despedir de Amanda y Candy al aeropuerto, pero ellas...- saludó Louis. Niall bajó por las escaleras.
-¡¿Qué?! ¿Las habéis visto? Oh, ¿por qué no me habéis llamado para ir? Joder, Amanda me ha dejado una carta y no he podido ni siquiera hablar con ella...- Niall estaba fatal.
-Niall, tranquilo. Ahora vas a poder hablar con ella todo lo que quieras- dijo Zayn, aunque Niall no entendía nada. Amanda entró por la puerta, seguida de Candy.
-¡Hola! ¡Nos quedamos! ¡Louis ha conseguido que nos renueven la beca!- explicó Amanda. Se lanzó a los brazos de Niall y él la beso con todas sus fuerzas.
-Bueno, no quiero que me deis tantos abrazos y besos... -bromeó Candy- ¿Estás viendo Love Actually? -corrió hasta el sofá y se sentó al lado de Rebecca- ¡Oh, genial, adoro esta escena! ¡Es mi parte favorita de toda la película!
-Vaya tontería, ningún tío haría eso. Pff, en pleno invierno y declarándose con pancartas...- criticó Rebecca.
-Pero si es súper romántico. Sí que es la mejor escena de toda la película- yo estuve de acuerdo con Candy.
-Bueno, sólo se puede comparar con la escena en la que Jamie y Aurelia están en la casa de él y no se entienden el uno al otro. También me encanta esa parte- Candy siguió comentando la película, no sabía que a ella le gustara.
-O cuando David y Natalie se están besando y de repente les ve todo el mundo, es genial- comenté.
-Bueno, ¿qué es esto? ¿Una fiesta de fans de Love Actually? Parad de una vez- Rebecca interrumpió y se puso muy borde. Candy se levantó y fue al lado de Amanda.
-Chicos, será mejor que empecemos a subir las maletas y decoremos un poco el cuarto, ¿no?- propuso Candy.
-Sí, además tengo órdenes estrictas de poner unas normas en la casa. Vuestros padres han aceptado todo esto, pero han puesto condiciones- dijo Louis.
-Rebecca, creo que es mejor que te vayas- solté.
-¿Qué? Cariño, no hemos acabado de ver la película- ella parecía sorprendida.
-Da igual, puedes terminarla de ver en tu casa, te la puedo dejar si quieres- sé que estuve un poco antipático, pero quería que se fuera.
-¿A qué viene esto? ¿No me quieres?- Rebecca se puso melodramática.
-No me montes una escenita delante de todo el mundo. Simplemente quiero ayudar a las chicas a trasladarse y tú te vas a aburrir, así que es mejor que te vayas- ella se levantó y se fue. Creo que estaba enfadada, pero me daba igual.
-Harry, ¿por qué has hecho eso?- preguntó Candy.
-Ya lo habéis oído, quiero ayudar con la mudanza -respondí- Bien, ¿por dónde empezamos?

Los siete subimos por las escaleras y nos dirigimos al desván. Niall y yo subimos las maletas de las chicas. Cuando llegamos a la improvisada habitación dejamos las cosas y nos pusimos a organizarlo todo. Decidimos empezar por deshacer las maletas.

-Nos podemos ocupar de las maletas nosotras solitas- dijo Candy.
-Pero acabaremos antes si lo hacemos todos juntos- sugirió Louis.
-Bueno, no me hace mucha gracia que todos veáis mi ropa interior, así que si no os molesta, lo haremos nosotras solas- rebatió Candy.
-Vamos, ¿crees que nos vamos a poner a analizar tu ropa interior?- pregunté.
-Pues... no lo sé, no creo...- Candy no sabía qué decir.
-Entonces ya está, os ayudaremos y punto- cerré.

Abrimos las maletas y empezamos a sacar ropa. ¡No tenéis ni idea de los quilos de prendas que había allí dentro! Cuando acabamos con los pantalones, camisetas, chaquetas... llegamos a los pijamas y ropa interior. Niall sacó un conjunto de lencería de Amanda.

-¡Wow! Esto es muy sexy, realmente provocador. Creo que estarías espectacular con esto puesto. ¿Me lo vas a enseñar algún día?- Niall sonrió de manera pícara.
-Mmmm, bueno, me lo pensaré- Amanda se rió y le dio un beso rápido.
-Uff, ¡cuánto amor!- Candy hizo un gesto como si vomitase.
-Bueno, tú no te libras. Eh, Candy -saqué un pijama de lencería muy corto que había en su maleta- No imaginaba que tú también tuvieras una cosa de estas tan sexy- bromeé.
-Claro, es para las ocasiones especiales- Candy adoptó una actitud provocadora.
-¡Uuhh! ¡La tensión sexual se puede cortar con un cuchillo!- exclamó Louis.
-¡Louis! ¿Podrías ser un poco menos espontáneo?- se rió Liam.
-Bueno, ¿podemos seguir con las maletas?- propuso Zayn.

Continuamos sacando la ropa interior de las chicas y Niall se fijaba en todas y cada una de las piezas de lencería de Amanda, mientras ella se reía. Durante un momento me quedé atontado mirándoles. Me recordaron muchísimo a Candy y a mí, aunque no quisiera decirlo, la echaba de menos. A ella y a todas sus locuras, el agradable sonido de su risa y sus ocurrencias. Pero lo he fastidiado todo, lo sé, soy un capullo. Y un grandísimo idiota. Pero, ¿qué voy a hacer ahora? ¿Decirle que le quiero? No, no puedo hacer eso, sería como si quisiera aprovecharme de ella justo después de haber estado con Rebecca. En fin, supongo que dejaré que pase un tiempo hasta que volvamos a ser algo así como “amigos”.

-Bueno, chicas, esto ya está. ¿Queréis que hagamos algo más para decorar vuestro “nuevo dormitorio”?- pregunté.
-Pues... no estaría mal darle una manita de pintura a este desván...- propuso Amanda.
-No os preocupéis, ya habíamos pensado en eso. Hemos comprado pintura. Espero que os guste el lila, Liam quiso comprar ese color- explicó Zayn.
-Sí, seguro que les gusta- aseguró Liam.
-Sí, ese color es genial, va a quedar muy bonito- Candy le dio la razón a Liam.
-Entonces, ¿empezamos?- propuso Louis.
-Un momento, ni se os ocurra mancharme, ¿está claro?- advirtió Zayn.
-Claro...- dijo Niall irónicamente.


*Narra Liam.

Los siete cogimos brochas y rodillos y Zayn y yo trajimos los botes de pintura. Bien, estábamos listos para pintar toda la habitación de lila. Al principio nos lo tomamos en serio, durante una hora estuvimos pintando la pared, pero luego Louis pintó a Harry en el brazo “sin querer”. En ese momento empezó la “guerra” de pintura. Aunque los que más se picaron fueron Candy y Harry, parecían estar enzarzados en su propia lucha aparte de todos los demás. Oh, por Dios, esto es un desastre, tengo que pararlo de alguna manera. Menos mal que he previsto esto y he cubierto todo el suelo y todos los muebles con plásticos. Zayn, Niall, Louis, Amanda y yo paramos en seco mientras observábamos a Candy y Harry pelearse. La verdad es que era todo tan intenso que parecía que en cualquier momento iban a besarse y se iban a empezar a enrollar ahí en medio. Estaban los dos mirándose a los ojos, a punto de que sus narices se tocaran, cuando se giraron; a la vez, y nos pillaron observándoles.

-¿Qué miráis?- preguntó Candy.
-Eh, ah, nosotros... nada... seguid a vuestro rollo- contestó Niall, estaba rojo. Harry y Candy se separaron de golpe.
-Bueno... creo que voy a... darme... una ducha- Harry se fue.
-Sí, yo... voy abajo a... beber agua- Candy bajó las escaleras.
-Genial, ya vuelven a no-hablarse.- dije.
-Chicos, tenemos que hacer algo. Se quieren y lo saben, pero ninguno de los dos quiere dar el primer paso. Hay que hacer que se queden juntos y solos en algún sitio y que hablen- propuso Zayn.
-¡Tengo una idea! Podemos organizar una cena esta noche para celebrar que nos quedamos a vivir con vosotros y después, nosotros nos vamos de fiesta y que ellos dos se queden solos en casa- se lo ocurrió a Amanda.
-Lo siento, pero no puede ser. Tenemos que respetar las normas. ¡Oh, por Dios, jamás creí que diría esto! Pero vuestros padres me lo dejaron muy claro, sobretodo el tema de los chicos- negó Louis.
-Louis, ¿quién se lo va a decir? No están aquí para verlo, así que no pasa nada si nos saltamos un poco las normas- Amanda tenía razón.