viernes, 18 de enero de 2013

Prólogo

Dos chicas españolas van a estudiar a Inglaterra. Viven en una habitación de la residencia de la universidad. Y por el momento, todo les va bien. Pero lo que no saben, es que muy pronto, cinco chicos cambiarán sus vidas, y ellas las de ellos. Se creará una relación muy especial entre ellos y, aunque habrá peleas y discusiones, permanecerán juntos.

jueves, 17 de enero de 2013

CAP #1


*Narra Amanda

Llegamos al parking de la universidad. Llegábamos tarde (claro, con las carreteras medio congeladas por el frío no se conduce nada bien, os lo aseguro) y a primera hora teníamos al profesor que más manía nos tenía. Genial. En realidad las broncas eran mucho más divertidas en inglés, y es que estábamos en Londres estudiando en la universidad. Íbamos un poco aceleradas por el camino hacia nuestro edificio y cuando llegamos a nuestra aula el señor Rutherford nos dijo que no nos molestáramos en entrar, así que nos quedamos en un banco esperando a la siguiente clase. Yo me fui a la cafetería a por algo de comer para las dos.

*Narra Candy

Me quedé esperando a que Amanda viniera. Hacía mucho frío y estaba como petrificada en el banco. No me di cuenta de que había un chico al lado mío hasta que me habló.

-No te preocupes, es un viejo amargado. A mí me echa muchas veces de clase hasta que un día decidí desapuntarme de su asignatura, igualmente no me sirve de nada estudiar Latín. Y, tú ¿por qué estudias latín? ¿Eres de aquí? ¿A qué quieres dedicarte?...
Lo interrumpí
-Emmmm, hola a ti también... Pues era la única clase a la que podíamos asistir mi mejor amiga y yo juntas, pero la verdad es que me arrepiento cada vez que veo al señorito Perfecto.
El chico parecía divertido. Soltó una carcajada.
-Me gusta tu acento...es raro!
-....Gracias, supongo. Y no, no soy de aquí. Amanda y yo somos de España, Mallorca concretamente.
-Y, ¿dónde está Amanda?
-Pues ha ido a buscar algo para comer, ¡siempre tiene hambre!
-Uff, me recuerda a un amigo mío, se lo podría presentar. ¡También siempre come!
-Por cierto, ¿qué quieres estudiar que no te sirve el latín?
-Pues me estoy formando en una carrera musical, con mi amigo el glotón y tres más. Somos One Direction. Por cierto, soy Louis.
-Puedes llamarme Candy.

Estuvimos charlando y riéndonos un buen rato hasta que Amanda volvió con más o menos toda la cafetería dentro del bolso.

-¿Has atracado la tienda de comestibles?-preguntó Candy.
-¡Qué va! Si llevo poca cosa, ¡una merienda ligera!-dijo Amanda
-¡Verdaderamente son almas gemelas!
Louis y yo nos estuvimos riendo un buen rato, pero Amanda no se enteraba de nada.
-Vale, ¿qué me he perdido?-dijo Amanda.
-Oh, sí, éste es Louis. Resulta que tiene un amigo con ''afición'' a la comida como tú.-le presenté.
-Mmm... podríamos hacer un picnic los cuatro- se le ocurrió a Amanda
-¿Niall? ¿Picnic? ¿Que queréis, que los supermercados de Londres se queden sin provisiones durante un mes? Además, no estaría bien dejar a los chicos de lado, y menos a mi amorcito Harry.-Louis se rió él solo con lo último que dijo.
-Entonces, ¿no sois solo dos? ¿Hay más? Mmm, Harry suena a chico-responsable-que-va-a-la-biblioteca-cada-día.-dijo Amanda.
-¡Pues a mí me gusta el nombre!-protesté.
-Te aseguro que si conocieras a Harry no opinarías lo mismo, te garantizo que no es un chico tranquilo precisamente.-contestó Louis.

Entonces nos despedimos de Louis y fuimos hacia la habitación que nos habían asignado en el campus. Decidimos saltarnos día de clases porque teníamos que ir a comprar algo de ropa nueva para la quedada de esa noche en la que Louis nos iba a presentar a los chicos.

*Narra Louis

Fui hacia casa. Seguramente los chicos estarían allí. La casa es una de las cosas que más nos une, el único sitio donde podemos ser nosotros mismo sin ninguna clase de reglas. Decidimos comprarla porque al ser cinco en el campus no nos dejaban tener una habitación todos juntos. Así que, aquí estamos.

-Chicos! Id pensando en lo que os vais a poner esta noche porque tenemos una cita!
-Louis, ya te lo he dicho un montón de veces. No pienso ir a una cita, Danielle se enfadará.-dijo Liam.
-¡Ey Liam! No te preocupes, son solo unas amigas. No creo que Danielle se enfade porque yo te presente a unas amigas.-le dije.
-Sí, Liam, no te preocupes. No creo que Perrie y Danielle se enfaden. Será una noche entre amigos.-dijo Zayn.
-Bueno, está bien. Niall ¿tú vendrás? ¿Y tú, Harry?-dijo Liam.
-No me siento muy bien, creo que he comido algo que me ha sentado mal. Creo que me quedaré en casa esta noche-dijo Niall.
-¿Harry?-dijo Liam.
-Erm...yo...tengo que...estudiar...sí, estudiar para...un examen. Eso es. Así que lo siento, pero no puedo ir.-dijo Harry.
-¿Estás seguro de que no quieres salir y olvidarte de ella? En serio, Harry, no puedes seguir pensando en Rebecca, hace ya un mes que lo dejasteis. Sé que estás dolido y algo hundido, pero a lo mejor si sales y te diviertes...-le recomendé.
-Pero qué dices, Louis. No es por Rebecca. Eso ya está superado.-dijo Harry.
-Bueno, está bien, Pero no creo que estés haciendo lo correcto.-aseguré, ya que como conocía bien a Harry, sabía que realmente seguía mal por Rebecca. Porque Harry es muy sensible, y todavía le dolía el hecho de que ya no estuvieran juntos.

El resto de los chicos se organizaron para ducharse, vestirse y arreglarse para estar listos para la ''cita''. Habíamos quedado en que pasaríamos a recogerlas, ya que ellas eran nuevas aquí y no tenían ni idea de a dónde ir para salir a cenar o a hacer algo divertido, y obviamente, tampoco sabían cómo llegar.

Cuando todos estuvieron listos, cogimos el coche y nos dirigimos a las residencias femeninas a buscar a Amanda y Candy.

*Narra Amanda

-¡Candy!-uff, estoy muy nerviosa, no sé qué ponerme y no encuentro a Candy en ningún sitio.
-¿Amanda?-vocea Candy
-¡Al fin! Llevo como una hora buscándote por todo el campus. ¿Dónde te habías metido?-Candy venía cargada con bolsas de Primark (una marca de ropa).-¿Qué son todas esas bolsas?
-Bueno, resulta que cuando he empezado a buscar en el armario la ropa que me iba a poner para esta noche, me he dado cuenta de que no tenemos nada un poco mono para salir. Así que decidí dar una vuelta por la ciudad a ver si encontraba una tienda que estuviera bien y ¡he comprado ropa muy mona!-Candy estaba entusiasmada con la idea de arreglarse y ponerse guapa para la ''cita''. Yo más bien estaba de los nervios.
-A ver, ¿qué has comprado?-ella empezó a sacar cosas de las bolsas hasta que encontró lo que quería.
-Mira, esto es lo tuyo.-sostenía unos vaqueros claros, una camiseta de Batman y algunos accesorios. Era muy informal, pero me gustó mucho.
-¡Me encanta!-le dije.
-¿Si?-dijo Candy.
-Si, es informal pero bonito.
-¡Me alegro! He llamado a Louis y me ha dicho que ellos se van a poner guapos, pero tampoco demasiado elegantes.-Candy estaba convencida de que me gustaría la ropa, nunca se equivocaba.
-¿Estás segura? No quiero que lleguemos allí y ellos vayan muy arreglados.
-No te preocupes Amanda, estaremos perfectas.

Candy
Amanda














Candy se fue al baño a ducharse, mientras yo empezaba a mirar qué maquillajes teníamos y todas esas cosas. Cuando terminó de ducharse llevaba una toalla enrollada en la cabeza y se iba a preparar la ropa, que era una falda negra como de cuero y una camiseta con un gatito muy mono, también llevaba unas converses. Yo pasé al baño para ducharme, y cuando salí de la ducha preparé la espuma para el pelo, largo, rizado y castaño, y aunque a veces lo odiaba, todo el mundo me decía que tenía mucha suerte de tener esta melena. Pero bueno, pelos aparte, fui hacia la habitación y cogí el vestido, me lo puse y empecé a maquillarme un poco los ojos. Después me arreglé el pelo y mientras tanto Candy se maquillaba y se arreglaba su pelo castaño claro tirando a rubio, largo y liso.

Ya era la hora y oímos el timbre. Fui a abrir y me encontré a un chico alto, de pelo castaño y con una cara adorable. Unos segundos después apareció Louis acompañado de un chico de pelo negro, moreno de piel y realmente guapo.

-¡Oh! Siempre me pasa lo mismo.-dijo Louis.-Amanda, estos son Zayn y Liam.-Liam era el castaño y Zayn, el moreno.-Son de nuestra banda. ¡Ah! Harry y Niall no han podido venir, lamentablemente no los conoceréis esta noche. Por cierto, ¿eso que llevas son Supra? A Niall le encantarían, te lo aseguro.
-Gracias, supongo. Oh, encantada, yo soy Amanda. Mi amiga es Candy, ahora vendrá, se está acabando de arreglar.-les di dos besos a cada uno, siguiendo la costumbre española, lo que les sorprendió un poco, y les invité a entrar.
Los recién llegados y yo estuvimos esperando a Candy cinco minutos y cuando salió del baño saludó a todo el mundo y por fin pudimos salir. Los chicos habían venido en un coche precioso, negro y grande. No sé cuánto podría costar, pero estoy segura de que no era precisamente barato. Candy y yo no teníamos ni idea de a dónde nos llevaban, así que estábamos algo nerviosas por llegar y ver el sitio.
Unos quince minutos después aparcamos el coche. No teníamos ni idea de dónde estábamos. A lo lejos divisamos unas lucecillas. Los chicos nos ayudaron a bajar del coche, se sentía una brisa fresca y olor a sal. Caminamos diez minutos hasta que llegamos a una casita que estaba en la playa. Las luces procedían de allí, era muy bonito, había una mesa con la cena preparada y el sonido del mar le daba ese toque especial. Quienquiera que lo hubiera hecho de verdad se lo había currado.

-¡Uau! ¡Qué pasada! ¿Habéis preparado vosotros todo esto?-dijo Candy.
-Sí, bueno, la casa es de mis padres, así que se la pedí y la decoré un poco para que fuera más agradable. Además así os sirve de bienvenida a vosotras. ¿Os gusta?-dijo Louis.
-Es fantástico, de veras. No tendrías que haberte esforzado tanto.-dije yo.
-Me gusta tratar bien a mis amigas.-dijo Lou.
-Bueno, ¿tenéis hambre o qué?-dijo Liam.
-Sí, vamos a cenar.-dijo Zayn.

Nos sentamos en la mesa, la comida estaba buenísima y pasamos una cena increíble con ellos. No podíamos parar de reír. Nos contaron muchísimas cosas sobre la universidad y sus compañeros de casa. Eran unos chicos fantásticos. Cuando acabamos de cenar recogimos las cosas y las metimos dentro de la casa. Después nos sentamos alrededor de la chimenea, ya que después de estar fuera con la brisa marina teníamos un poco de frío. Liam preparó chocolate caliente para todos, y para él se hizo una taza enorme, le encanta el chocolate. Pensé que iba de acuerdo con todo él, es tan dulce y adorable. 

miércoles, 16 de enero de 2013

CAP #2

*Mientras, en casa de los chicos.


-¿Crees que se lo estarán pasando bien? ¿Y que las chicas serán guapas?-preguntó Harry desde el sofá con el libro de Historia sobre las piernas.
-Pues no lo sé, pero no entiendo por qué le das tantas vueltas, Harry. No te engañes más, ni siquiera es cierto que te has quedado para estudiar para un examen, voy a Historia contigo y no tenemos ningún examen- dijo Niall.
-Bueno, pero lo habrá y yo ya estaré preparado porque habré estudiado antes que todos- replicó Harry.
-No puedes seguir así, no me gusta verte de esta manera. Tienes dos opciones: puedes quedarte en ese sofá esperando a que Rebecca vuelva o puedes mirar hacia delante y abrirte a nueva gente, relacionarte con otro ser humano, ya sabes, seguir con tu vida como ha hecho ella- le aconsejó Niall.
-Joder tío, qué profundo. Pero tienes razón -se levantó del sofá de golpe- no quiero seguir viviendo como un vegetal sin reaccionar a nada. Eso se acabó, tengo que mirar hacia adelante y seguir con mi vida, no puedo estar esperando a que la chica que ya no me quiere vuelva a buscarme, porque no lo hará. Así que voy a pasar página y a continuar. Voy a ser un nuevo y mejor Harry que no va a dejarse hacer daño por ninguna chica más.
-¡Uau! Lo tuyo sí que es profundo -se rió Niall-. Me alegro de que hayas tomado la decisión correcta, sabes que a ninguno nos gusta verte en modo vegetal. Además, Louis se preocupa mucho por ti, y si tú estás mal, él también lo está.
-Gracias Niall, de verdad me has ayudado mucho. Hasta ahora no había querido abrir los ojos y aceptar lo de Rebecca-agradeció Harry
-De nada, tío. Para eso están los amigos-cerró Niall.

*De vuelta a la cena. (Narra Candy)

Era increíble como en unas horas puedes llegar a tener tanta confianza con una persona. Y es que Liam y Zayn eran súper majos y divertidos. Mientras nos tomábamos el chocolate sentados al lado de la chimenea me sentía como si los conociera de toda la vida. Estaba claro que llegaríamos a ser grandes amigos. Aunque era una pena que Harry y Niall no hubieran podido venir, sentía una especial curiosidad por conocer a Harry, no sé, algo en mi interior me decía que sería un chico especial. Claro que mi interior no tenía ni idea, porque con mi último novio pensé que tal vez pudiera ser algo definitivamente serio, pero mi interior se equivocó: lo único serio fue la seriedad con que me mentía cuando me decía que yo era la única. Pero bueno, prefiero no pensar en ese idiota.
Estaba algo cansada, había tenido un día agotador, yendo arriba y abajo de tiendas y después toda la ''juerga'' con los chicos, ¡de verdad que agota!

-Chicos, no quiero cortaros el rollo ni nada, pero ¿no crees que es hora de ir hacia el campus, Amanda?
-¿Qué hora es? -miró el reloj, eran las dos de la madrugada- ¡Oh, Dios mío! ¿Cómo vamos a entrar en el edificio sin que nos pille la conserje amargada? ¡Seguro que nos pone a fregar váteres de castigo! -Amanda se puso melodramática, como siempre, está claro que ser actriz le va como un guante.
-Chicas podéis...-intentó decir Louis.
-Bueno, Amanda, no nos precipitemos, aunque seguro que acabaremos castigadas, pero a lo mejor podemos entrar por la ventana-le interrumpí yo.
-Pero si es de doble cristal para el frío y está cerrada.-dijo Amanda.
-Emm, chicas...- empezó Louis.
-Es verdad...bueno, pues dormiremos en el coche, yo delante y tú detrás. Será algo incómodo, pero qué le vamos a hacer-volví a interrumpir.
-¡Qué bien! -dijo Amanda con un sarcasmo exagerado.
-¡Chicas!-esta vez Louis gritó.
-¿Qué pasa, Louis? -dijo Amanda.
-Si queréis podéis quedaros en nuestra casa, tenemos una habitación de invitados- dijo por fin Louis.
-Pero, ¿no será un poco raro? Quiero decir, nos acabamos de conocer- repliqué yo.
-Sí, tal vez os resulte incómodo...-reconoció Louis.
-O podemos llamar a Danielle. En su casa tiene una habitación de invitados, además creo que hoy todas las chicas se quedaban a dormir, así también podréis conocerlas a ellas. Os caerán bien enseguida, son muy simpáticas- explicó Liam.
-¿Seguro que no les importará?- dijo Amanda.
-¡Qué va! Seguro que tienen un jaleo enorme allí montado, estarán encantadas de tener dos chicas más en el grupo- repuso Zayn con convicción.
-Bueno, entonces genial. ¿No, Amanda? Seguro que será divertido. Además mañana no hay clases, y podremos dormir hasta tarde- dije yo.
-Bueno, pues vamos para allá. Tengo ganas de conocerlas- dijo Amanda.

Recogimos todos los trastos que habíamos sacado y nos dirigimos hacia el coche. Tomamos una carretera diferente a la que habíamos usado para venir y en unos veinte minutos llegamos al apartamento de Danielle que, por lo que nos contaron, es el más grande de los de las chicas y por eso se reunían allí. Cuando Liam y Zayn hablaron con Danielle y Perrie no pareció que les importara que nos acopláramos a su fiesta pijama, es más, parecían contentas. Entonces nos acercamos y nos presentaron a todas las chicas. En realidad, en la reunión estaban las novias de los chicos y algunas de sus amigas: Danielle, Selena, Perrie, Eleanor, Taylor, Demi, Nicki y Laura. Nos sentimos un poco incómodas cuando entramos, ya que no conocíamos a nadie, pero cuando nos presentaron y vimos que no éramos las únicas chicas-no-famosas-de-la-fiesta, nos sentimos un poco mejor. Con las que primero nos hicimos amigas fue con Nicki y Laura, que eran básicamente como nosotras, pero enseguida empezamos a hablar y a divertirnos con todas las demás.

*Narra Amanda

Por suerte tenía a Candy, porque si no, no sé que hubiera hecho, la verdad es que con todas aquellas chicas me sentía un poco extraña. Pero todas fueron muy simpáticas con nosotras y enseguida me sentí a gusto. La casa de Danielle era enorme y muy bonita. En el salón habían montado toda la fiesta: tenían los sacos de dormir, las toneladas de comida, las almohadas, la ropa, el maquillaje, la televisión con la wii, el aparato de música... Era genial, durante toda la noche estuvimos cantando, bailando, riéndonos, cotilleando. Nos lo pasamos de maravilla, entre la cena que habíamos tenido con los chicos y ahora la ''fiesta pijama'' con las chicas, la noche fue perfecta.
Después de estar horas y horas pasándolo bien, decidimos que iba siendo hora de dormir algo, y dormimos profundamente hasta que el estrepitoso ruido del timbre nos despertó a todas dándonos un susto de muerte. Candy y yo nos levantamos lentamente, ya que estábamos agotadas después de todo el jaleo que habíamos armado durante la noche y casi no habíamos dormido ni cuatro horas. Perrie se levantó a mirar quién era el que llamaba, aunque su cara no parecía muy amistosa. Bueno, no me extraña; creo que todas teníamos ganas de matar a quien quiera que estuviera llamando al timbre. Pero la reacción de Perrie no fue la que esperaba: en cuanto vio quién era se le iluminó la cara, así que supuse que era Zayn, su novio. Y en efecto lo era, pero no solo él, eran Zayn, Louis y Liam. Como Zayn se entretuvo hablando con Perrie, Candy y yo nos dimos media vuelta y continuamos durmiendo, aunque la tregua no duró mucho.

-¡Arriba, dormilonas! ¡Ya habéis dormido mucho!- dijo Louis, que había hablado con Eleanor y ya se estaba yendo.
-¡Louis, déjame dormir tranquila! ¡Estoy agotada!- me quejé.
-¡Por Dios, dejad de gritar! ¡Yo también quiero dormir!- exclamó Candy.
-No señor, vosotras dos venís conmigo, ya está bien de hacer el vago. Liam, plan B.-ordenó Louis.
-¿Qué plan B? Louis, me parece que estás ¡AAAAHHHH! ¡LOUIS, BÁJAME DE AQUÍ AHORA MISMO! -Louis me había levantado del suelo con el saco de dormir y me llevaba a hombros como si fuera un saco de patatas hasta sacarme del apartamento- ¡¿ME OYES?! ¡BÁJAME O SUFRIRÁS LAS CONSECUENCIAS!- grité yo.
-Hahahahhaahhahaha, vamos Amanda, no es para tanto. Hahahahaha.- Candy se reía caminando detrás de mí pero aprovechando que estaba despistada, Liam la agarró e hizo lo mismo que Louis.
-Venga, vamos, que llegamos tarde por vosotras- dijo Liam.
-¡NO, LIAM, NI SE TE OCURRA LLEVARME ASÍ! ¡BÁJAME YA!- gritó Candy.
-Ahora no es tan divertido, ¿eh? Hahahahahaha- me reí yo de Candy.
-Con que encima te ríes, ¿eh? ¡Pues ahora verás!- dijo Louis.
-Uy ¡qué miedo! Hahahahaha- me reí de Louis.
-¿Seguro? Bueno, tú lo has querido- entonces Louis empezó a hacerme cosquillas y yo no podía parar de reír, aunque quisiera, no podía. Mientras tanto, Candy se reía de mí y Liam también. Zayn, sin embargo, iba pensativo y creo que en realidad no se estaba dando cuenta de nada, porque estaba en su mundo.
-¡Está bien, vale, me rindo, pero por favor, para! Hahahahahahahaha- le rogué a Louis, no podía aguantar más cosquillas, si no paraba pronto, iba a acabar teniendo agujetas en toda la barriga de tanto reír.
-Uff, chicos, vaya manera de tratar a dos damas -dijo Candy fingiendo indignación-. Por cierto, ¿a dónde vamos con tanta prisa?
-Bueno, eso no os lo podemos decir- bromeó Liam.
-Pero, ¿por qué no?.- pregunté.
-Pues porque es una sorpresa. Tened paciencia, ya veréis que os gustará mucho- dijo Louis.
-Ay, madre, me dais miedo. Hahaha- rió Candy.
-Hahaha, no te preocupes, no es ni peligroso ni arriesgado. ¿O si?- añadió Liam enigmático.
-Claaaro, tú déjanos con la intriga.- protesté.
-Hahaha, bueno, vosotras esperad, encima que os hemos sacado como a dos princesas y os llevamos en brazos- rió Lou.
-¡Pues qué manera de sacar a dos ''princesas''!- dijo Candy.
-¡Pues sí! No creo que liguéis mucho de esa manera, hahahaha.- ataqué yo.
-Bueno, ya. Dejad el tema, que ya estamos llegando y os vamos a poner una venda en los ojos para que no veáis a dónde os traemos. ¡Así será más divertido y os llevareis una sorpresa mayor!- dijo Zayn.
-¡Hombre, Zayn, si estás aquí! No te había visto, ni oído -ironizó Candy.
-Mmmm, bueno, pensaba en mis cosas, supongo- se defendió Zayn.
-Vale, esperad un momento, que os colocamos las vendas. ¡Os va a encantar!- prometió Louis.
-¡Socorro! ¡A saber a dónde nos han traído!- dije yo.

Nos pusieron unas vendas en los ojos y comprobaron que no viéramos nada de nada. Entonces siguieron caminando y, pasados cinco minutos, se detuvieron. Más o menos cinco minutos más tarde llegó alguien, deduje que era un chico por la voz, y concluí que se conocían y que venía con nosotros.

-¡Al fin has llegado! ¿Estás listo?- preguntó Louis.
-Sí, ¿son ellas tus amigas?- se interesó el chico misterioso.
-Sí, son Amanda y Candy. Ahora te las presentaremos, es que llevan los ojos vendados para que sea una sorpresa cuando vean adónde las hemos traído.-dijo Louis.
-Ah, bien, bueno. Entonces vamos para allá.- cerró el chico.

Entonces empezaron a caminar de nuevo, ellos seguían hablando con el chico. Sentía curiosidad por saber quién era. Creo que caminamos unos diez minutos, aunque se me hicieron eternos. Luego pararon y empezaron a hablar con quien supuse que era una señora, o al menos tenía voz de señora de cincuenta años.

-Buenos días, soy Louis Tomlinson.- se presentó muy correcto Lou.
-¿Tiene reserva?- interrogó la señora.
-Sí, está a nombre de ''The Tommo''- dijo Louis.
-Ah, sí, aquí está. Es para seis, ¿no?- respondió la señora.
-Sí, exacto. ¿Está todo listo para empezar?- preguntó a su vez el chico misterioso.
-Sí, pasen por aquí, por favor.- indicó la señora.

Volvimos a movernos y entramos en un espacio que olía a humedad. Supuse que sería una piscina, un spa o algo así. Entonces Louis me bajó y Liam dejó en el suelo a Candy.

-¿Estáis preparadas para ver adónde os hemos traído?- preguntó Liam.
-Supongo que sí... Chicos, me dais un poco de miedo- dijo Candy.
-Hahaha. No te preocupes, Candy. Seguro que te gusta- bromeó Zayn.

Entonces nos quitaron la venda y lo primero que vimos fue...

martes, 15 de enero de 2013

CAP #3



*Narra Candy

Cuando Liam me quitó la venda de los ojos tuve que acostumbrar la vista a la luz de aquel lugar. Al principio me extrañé un poco, porque estábamos en una especie de vestuario de piscina o de spa. Había bancos para sentarse, taquillas, duchas... Pero en lo que me fijé fue en que en uno de los bancos había seis trajes de neopreno, dos un poco más estrechos y pequeños (supongo que son de mujer) y otros cuatro más largos y anchos (supuse que eran para hombre). Enseguida giré la cabeza buscando a Amanda, y en cuanto la vi, supe que ella también se había dado cuenta de que había trajes de neopreno para todos. Entonces pensé en el chico que se nos había unido la primera vez que paramos y que ahora no veía en ningún sitio. Tuve curiosidad por saber quién era y justo en ese momento entró un chico por la puerta. Pero no era el amigo de Louis y los demás, parecía un monitor (bastante guapo y apuesto, por cierto) que venía a darnos las indicaciones que debíamos seguir.

-Bueno, en diez minutos estará todo listo, así que ya podéis poneros los neoprenos.-ordenó el monitor.
-Pero, ¿para qué? ¿Qué vamos a hacer?-dijo Amanda.
-Pues vais a...-empezó el monitor.
-¡Es una sorpresa! No pueden saberlo hasta que salgan y lo vean- le interrumpió Louis.
-Bueno, lo siento, chicas, si es una sorpresa no os lo puedo decir- dijo el monitor con una sonrisita burlona.
-¡Pues qué bien! Seguimos sin saber qué hacemos aquí- dije yo.
-Venga chicas, poneos el traje- insistió Liam.
-Claro, ¡y nos lo ponemos encima de la ropa!-dijo Amanda.
-Ah, por eso no os preocupéis, hemos traído un bikini, supongo que os estarán bien. Los hemos comprado de la talla de Eleanor y Danielle- dijo Zayn.

Sacaron unos bikinis de la mochila y nos los dieron: el mío era rosa fucsia, muy bonito y algo llamativo; el de Amanda era azul marino y blanco a rayas horizontales. 
 

-Espero que te gusten las rayas. Lo he elegido yo -le dijo Louis a Amanda.
-Sí, es muy bonito, gracias.-contestó Amanda.
-El tuyo lo elegí yo- aclaró Liam.
-¡Me encanta! El color es genial- respondí.

Entonces ellos fueron a otra parte del vestuario para cambiarse. Nosotras empezamos a quitarnos la ropa, pero yo fui un momento al baño. Así que Amanda siguió desvistiéndose. De repente oí un grito. Salí tan rápido como pude del baño y me encontré a Amanda tapándose como podía el sostén y las braguitas, ya que se había quitado la ropa y justo en ese momento había entrado un chico rubio, aunque como estaba de espaldas no le podía ver la cara. Amanda estaba roja como un tomate.

-¡No te gires!- le suplicaba Amanda al chico.
-Lo sé, lo sé. No estoy mirando- respondió, nervioso, el chico.
-¡¿Qué ha pasado?! ¡¿Qué ha sido ese grito?!- Liam entró deprisa en el vestuario, seguido de Louis y Zayn. Pero en cuanto vieron que Amanda estaba en ropa interior se giraron los tres imitando al chico rubio.
-¡Genial! ¡Que venga más gente!- dijo Amanda.
-A ver, desde el principio. ¿Qué ha pasado, Amanda?- quise saber.
-Yo me estaba cambiando, ¡y este sinvergüenza ha entrado tan normal por la puerta! Entonces le he gritado que se girara y lo ha hecho, ¡pero si no, se habría quedado tan tranquilo!- explicó Amanda muy enfadada.
-¡Woooow! Niall, no conocíamos tu faceta sinvergüenza. Hahahaha- rió Louis.
-Pero, que no ha sido a propósito. ¿Tú crees que yo voy a dedicarme a ir por los vestuarios buscando chicas en bragas?- dijo el chico rubio, que al parecer se llamaba Niall, un poco alterado por la acusación de Amanda.
-Bueno, calmaos. Niall, ¿entonces por qué has entrado aquí?- intervino Liam intentando suavizar la situación.
-Porque Lou me dijo que nos viéramos en el vestuario número 1. Y éste es el número 1- se defendió Niall.
-¡Oops, es verdad! Pero como tardabas tanto decidimos empezar a vestirnos y ellas se quedaron en este vestuario- dijo Louis.
-Emm...¿hola? Sigo aquí, ejem. ¿Podemos seguir discutiéndolo luego? Me gustaría ponerme algo de ropa, en vez de seguir aquí en bragas, no sé, creo que sería conveniente- se quejó Amanda.
-¡Oh, sí! Bueno, nos vamos al otro vestuario. Sentimos el incidente. Hehe. Y daos prisa, que está a punto de empezar. Sólo faltan cinco minutos- dijo Zayn.

Entonces los chicos se fueron, de espaldas, para no ver a Amanda en ''paños menores''. Nosotras seguimos desvistiéndonos para ponernos el bikini y luego el traje de neopreno. Mientras tanto, se me ocurrió preguntarle a Amanda.

-Y... cuando el chico ha entrado, ¿le has visto la cara?-.
-No, bueno, solo me ha dado tiempo a verlo unos segundos. ¿Por qué lo preguntas?- respondió, todavía un poco enfadada.
-Oh, simplemente era curiosidad. Y, ¿es guapo? Es que cuando he entrado estaba de espaldas y no he podido verle la cara. Hehe- continué yo.
-¡Por Dios, Candy! ¡Eres una ligona sin remedio! Hahaha. Bueno, en lo que sí me he fijado es que tiene unos preciosos ojazos azules- confesó Amanda.
-Mmmm... interesante. Hahaha. Bueno, vamos a acabar de vestirnos, que los chicos ya deben estar esperándonos- dije yo.

Terminamos de ponernos el traje de neopreno, aunque no sin un buen esfuerzo, ya que se no pegaba mucho a la piel. Pero cuando lo conseguimos, dejamos las cosas un poco ordenadas y salimos por la puerta del vestuario. Allí encontramos a los chicos, también con sus trajes. Niall pidió perdón a Amanda por haber irrumpido de aquella manera en el vestuario y ella aceptó las disculpas satisfecha. Mientras caminábamos hacia unas puertas dobles que daban al exterior, el monitor nos dijo que fuera teníamos todo el equipamiento necesario. Louis parecía nervioso, mientras que los demás estaban simplemente contentos. Amanda y yo también estábamos algo inquietas, aunque parecía que Amanda había encontrado una buena manera de relajarse, ya que no paraba de mirar a Niall. Y aunque él no se diera cuenta, yo, como buena mejor amiga que soy, sabía que a Amanda le gustaba algo que había en él; no sé si eran sus preciosos ojos azules, su sonrisa... Aún no lo tenía claro, pero seguro que en cuanto estuviéramos ella y yo a solas, le haría soltarlo tooooodo.
Mientras yo iba pensando, llegamos a las puertas que daban al exterior.

-¿Estáis preparadas, chicas?- dijo Louis.
-Supongo que lo estamos...- mentí yo.
-Bueno, pues ¡adelante! Las damas primero- invitó Zayn.

Amanda y yo empujamos las puertas (que pesaban lo suyo) y nos encontramos con una piscina enorme (menos mal que era cubierta, porque si no nos hubiéramos congelado) y un monitor (me atrevo a decir que éste era aún más guapo que el anterior, ¿qué pasa, aquí todos los monitores son guapísimos?). El monitor nos hizo una seña para que nos acercáramos y nosotras obedecimos. Los chicos nos seguían y cuando llegamos al borde de la piscina, donde se encontraba el monitor-guapo-nº2, paramos. Él nos dio una explicación básica de cómo nadar dentro de la piscina y qué órdenes decir, según lo que queramos hacer. Entonces nos pusimos unas gafas de bucear y unos patos. Nos metimos en el agua los seis y de repente abrieron unas compuertas que estaban dentro de la piscina y entraron nadando cuatro delfines.

-Pero, ¿qué? ¿Delfines? ¿De verdad?- preguntó Amanda algo asustada y maravillada a la vez.
-Sí, ¿no te gustan?- dijo Liam.
-¡Me encantan!- exclamó Amanda entusiasmada.
-Menos mal. Pero luego hay más, esto sólo es la primera parte de la visita. Hahaha- prometió  Louis.
-Y, ¿podemos nadar con ellos y acariciarlos?- me interesé yo.
-¡Claro! Mira, te los presento: estas dos de la derecha son Lola y Nessie, y los dos de la izquierda son Rocky y Tom. Son muy simpáticos, podéis jugar con ellos y nadar.
-¡Dios mío, esto es increíble! Chicos, no tendríais que haber hecho nada de todo esto, es demasiado para nosotras. La verdad es que hasta ahora nosotras no hemos hecho nada por vosotros, así que os lo tendremos que compensar de alguna manera- planteó Amanda.
-Oh, no te preocupes, mis padres son los dueños del acuárium, simplemente les he pedido el favor. Además, no tenéis que hacer nada por nosotros, queríamos daros una buena bienvenida a Londres y conoceros un poco más. Así que no hay nada que agradecer, sois amigas nuestras y nos gusta pasarlo bien con nuestras amigas- explicó Zayn.
-¡Son los dueños de todo esto! Caray, Zayn, es impresionante- se asombró Candy.
-Bueno, de todas maneras, nos gustaría agradecer todo lo que habéis hecho por nosotras, así que la próxima vez que quedemos, lo preparamos nosotras- dijo Amanda.
-Bueno, si queréis prepararlo vosotras, no pondré ninguna pega. Pero tampoco os comáis mucho el tarro. Hehehe- intervino Louis.
-Bueno, ¿empezamos a nadar o qué?- dijo Liam.
-¡Sí!- respondí.

Entonces los seis empezamos a nadar por toda la piscina con los delfines. Era una pasada, no parecía real, estar nadando rodeada por esos animales tan increíbles. Después nos dieron unas pelotas hinchables y aprendimos cómo se enseña a hacer trucos a un delfín, y como número final hicimos una especie de natación sincronizada con los delfines debajo del agua, ¡la verdad es que nos quedó realmente bien! Salimos de la piscina unas dos horas más tarde, todos parecíamos viejecitos de lo arrugados que estábamos por haber estado tanto tiempo en remojo.

-¡Wow, chicos, de verdad que ha sido increíble!- Amanda no podía dejar de sonreir.
-Sí, ha sido alucinante- Niall le dio la razón.
-Tenemos que volver a hacerlo algún día- intervino Liam.
-Bueno, en eso no hay problema, cuando queráis venir me lo decís y DJ Malik se encargará de todo. Hahaha- rió Zayn.

De camino al vestuario fuimos hablando y riendo. Había sido una experiencia genial y muy divertida. Aunque ahora, en cuanto nos quedáramos a solas, tenía que empezar con mi interrogatorio a Amanda. Los chicos se fueron a su vestuario a ducharse y vestirse y nosotras fuimos al nuestro.

-Amanda- la abordé.
-¿Qué?- contestó.
-¿Te lo has pasado bien?- pregunté con un interrogante en los ojos.
-Sí, ha sido muy divertido- confesó.
-Si... ya lo he visto... ese chico rubio... no te desagrada, ¿eh?- dije yo, como quien no quiere la cosa.
-¡Pero qué burradas dices! Ese chico es simpático, pero para nada es mi tipo. Más bien me parece algo maleducado, por el incidente de hoy y todo eso- respondió ella algo molesta.
-Bueno, vale. No te pongas así, sólo preguntaba- dije yo.
-No, si no me enfado, pero no entiendo cómo has llegado a la conclusión de que ‘no me desagrada’. Hahaha- dijo Amanda, dándole un aire burlón al citar lo que yo había dicho.
-¡Ha ha, muy graciosa!- le repliqué.

Entonces oímos a los chicos, que hablaban bastante más alto de lo normal. Así que no se nos ocurrió otra cosa que pegar la oreja a la pared para escuchar lo que decían.

-Entonces, ¿qué opinas de la chica?- preguntaba Liam.
-¿La que me habéis presentado? ¿Aquella morena de pelo rizado?- dijo Niall.
-Sí, esa- decía Louis.
-Bueno, sinceramente no me ha gustado nada- contestaba Niall.
En ese momento vi cómo Amanda cambiaba de cara, ya que ambas supusimos que hablaban de nosotras, de ella en particular.
-Bueno, es maja- replicaba Zayn.
-En mi opinión es la chica más insolente, necia, arrogante, antipática, egoísta y superficial que he conocido en mi vida- contestó Niall.
-Entonces, si quedamos con ella, ¿no vendrás?- dijo Louis.
-Absolutamente no- cerró tajante Niall.

lunes, 14 de enero de 2013

CAP #4



*Narra Amanda.

Candy y yo nos separamos de la pared húmeda del vestuario.

-¡¿Cómo se atreve ese rubiales engreído a hablar así de mí?! ¡Casi no me conoce y se da el derecho de criticarme de esa manera! ¡Será insolente! ¡Maleducado!- seguí despotricando y gritando.
-Amanda, Amanda, tranquilízate. No estamos seguras de si hablaba de ti o de cualquier otra chica- intentó calmarme Candy.
-¿No? A ver, una chica que le acaban de presentar, que es morena, de pelo rizado. ¡Como no le hayan presentado a mi hermana gemela secreta, definitivamente hablaban de mí! ¡Es que no lo entiendo! ¡¿Por qué **** va a decir eso de mí?! ¡No soy arrogante, antipática...!- seguí gritando. Aunque creo que Candy ya no me escuchaba, ya que parecía haber desconectado. Suele hacerlo cuando empiezo a gritar cosas sin sentido y que no llevan a ninguna conclusión.
-Amanda, por favor. ¡Para! Además, si hablaba de ti ¿qué más te da?- dijo Candy.
-Eh, no, si a mí me da igual...no me afecta en absoluto lo que ese rubiales diga de mí. Buff, es que paso mil, me da exactamente igual- me defendí.
-Bueno, entonces deja el tema. No le des más importancia. Pasa de él y ya está, no tenéis por qué ser amigos- agregó Candy muy tranquilamente.

Seguimos hablando de toda la experiencia de los delfines y de lo mucho que nos había gustado, mientras nos vestíamos. Cuando acabamos de recoger todas nuestras cosas salimos a la sala por donde habíamos entrado para salir al exterior e ir a por los coches. Durante todo el camino estuve pensando en todo lo que había ocurrido con Niall y lo que habíamos escuchado en el vestuario. Estaba furiosa, no me cabía en la cabeza por qué decía eso. Pero, bueno, iba a dejar de pensar en el tema y no darle más importancia. Cuando llegamos al parking me fui a subir al coche de Louis, que es en el que habíamos venido, pero como los padres de Zayn le habían dado un montón de cajas para que se las llevara en el coche de Louis, una persona tenía que ir en el coche de Niall. Louis dijo que si me apetecía ir a mí porque eso nos daría la oportunidad de conocernos más y hablar. (Supongo que Louis pensó que por el incidente sucedido con Niall, nos vendría bien conocernos un poco mejor para intentar llevarnos bien.)

-¿Yo? Emm, puede ir Liam. Sois amigos... así hablaréis y todo eso- dije con cero ganas de ir en el coche con ese individuo.
-No, así habláis y "empezáis de nuevo". Así será como si el incidente no hubiera ocurrido y os conociérais por primera vez.-dijo Liam muy convencido, a pesar de mi mala cara.
-No es una mala idea, así me podré presentar como Niall Horan, no como el chico-sinvergüenza-que-ha-entrado-en-tu-vestuario-mientras-te-cambiabas- añadió Niall con una sonrisa que nadie podría rechazar.
-Está bien, pero vas a tener que llevarme a las residencias de la universidad- exigí yo, accediendo a regañadientes.

Todos montaron en los coches y yo subí al coche de Niall, quien por lo visto no tenía ni idea de dónde estaban las residencias femeninas de la universidad, así que yo tendría que explicarle todo el camino para llegar hasta allí. Aunque yo tampoco lo tenía muy claro, ya que siempre era Candy la que conducía, pero seguro que sabría llegar.
Durante medio trayecto ninguno de los dos dijo nada y nos limitamos a escuchar la radio. De vez en cuando uno de los dos musitaba algo así como "Oh, esta canción me gusta". Pero, aparte de eso, nada más. Empezamos a hablar un poco cuando él me preguntaba qué carretera tomar y yo me limitaba a responder.

*Narra Candy.

Íbamos los cuatro en el coche de Louis un poco apretados, pero a gusto, hablando y riendo. Me pregunté cómo estaría Amanda en el coche a solas con el rubiales al que tanta antipatía había cogido. Estaba tan sumergida en mis propios pensamientos y en lo que hablaban los chicos, que para cuando me di cuenta ya habíamos llegado a una casa. Era una vivienda unifamiliar, grande y con un bonito jardín delantero. Aparcamos el coche y todos bajamos.

-¿Dónde estamos?- pregunté.
-Oh, hemos pasado por casa antes de dejarte en la universidad. Solo será un momento, queríamos ver si Harry está bien. Porque no contesta al teléfono y no ha dado señales de vida, y estamos un poco preocupados- explicó Louis, bastante apurado.
-Oh, genial. Ningún problema, de todas maneras es pronto, así que no tengo prisa en volver- respondí.

Liam sacó las llaves y abrió la puerta. El recibidor de la casa era espacioso y estaba muy bien decorado y además estaba recogido. (Cosa que no me esperaba, ya que allí viven cinco chicos). Entramos todos y mientras íbamos avanzando por las habitaciones, nos dimos cuenta de que estaba toda la casa a oscuras. Noté que Louis se ponía un poco tenso, al no ver a su compañero. Los chicos se distribuyeron por la casa para buscarlo, y yo quería ayudar, pero como no conocía a Harry, no tenía ni idea de cómo era, así que me quedé con Louis. Fuimos mirando habitación por habitación hasta que llegamos al salón, donde la televisión estaba encendida y la película ‘Titanic’ estaba puesta.

-¿Harry? ¡Hareeeeeeeh! -gritó Louis lleno de alegría- ¡Estás aquí! ¡Oh, Dios mío, estaba súper preocupado! No has contestado ninguna de mis llamadas- Harry estaba tirado en el sofá con un paquete de pañuelos y un bol lleno de palomitas con chocolate por encima-. Harry, vamos. No quiero que estés llorando por ella- se acercó Louis.
-Vamos Boo Bear, calla- dijo Harry entre sollozos-. Esta es la parte más interesante. Está a punto de hundirse el barco. ¡¿Por qué el mundo es tan cruel?!- Harry empezó a llorar y a sonarse la nariz.
-Harry, cómo se te ocurre ver esta película estando así de sensible. Oh, pequeño. No te preocupes, todo saldrá bien- le consoló Louis.
Yo, mientras, alucinaba en colores. Solamente presenciar esa escena, ya era raro. Un tío llorando desesperadamente al ver 'Titanic' y otro intentando consolarle. La verdad es que siempre me había imaginado esta escena con chicas. Pero, en fin, supongo que el chico está sensible.
-¡No me digas que se solucionará! ¡El chico va a morir! ¡¿Por qué es el amor tan cruel?!- siguió llorando Harry.
Entonces no pude contenerme y estornudé.
-¿Eh? ¿Quién está ahí? ¡¿Quién eres tú?! ¡¿Por qué estás en mi casa presenciando uno de los momentos más patéticos de mi vida?! ¡Louis!- el chico se puso muy nervioso al darse cuenta de que estaba detrás suyo. Supongo que le dio vergüenza.
-Emm, yo... lo siento. Soy una amiga de Louis, no quería molestarte. Louis, creo que será mejor que llame a un taxi y me vaya, tu amigo te necesita- dije, sintiéndome fatal por el pobre chico.
-Oh, no. Candy, quédate. A Harry le vendrá bien tu compañía. Hace semanas que no habla con una mujer, no parece él. Necesita recuperarse, y tú serás su tratamiento- decidió Louis en tono burlón.
-Louis, lo digo en serio. No creo que a tu amigo le haga mucha gracia verme por aquí, así como está- me defendí.
-Ejem... -el chico se incorporó en el sofá-. Yo estoy perfectamente. No me pasa absolutamente nada. Es más, puedes quedarte si te apetece- dijo, muy convencido.
-¡Hazza! ¿Y esta repentina actitud? Candy, vas a tener que venir más a menudo, has reanimado a Harry- exclamó Louis sorprendido por la reacción de su amigo.
-Hahaha. Bueno, en tal caso, estaré encantada de venir siempre que me invitéis. Os aseguro que llegaréis a suplicarme que no vuelva más, hahaha- dije entre risas. Y entonces me pareció ver el asomo de una sonrisa, una espectacular sonrisa, en el rostro del chico triste, que encendió una lamparita que había junto al sofá. Fue en ese momento cuando pude ver la belleza que la oscuridad me había impedido ver. Me fijé, sobre todo, en sus ojos verdes. Preciosos. Tenía un cabello rizado y oscuro del que me enamoré nada más verlo, ¡caray, vaya pelo! En general, tenía unas facciones muy agradables a la vista, por decirlo de alguna manera.
Sentí cómo me ruborizaba cuando me quedé mirándole con cara de idiota y él se giró y me pilló embobada. ¡Qué vergüenza! Enseguida giré la cabeza e hice como que miraba un cuadro con cara de fascinación. Entonces escuché una risita traviesa y supe al momento que se trataba de Louis.

-¿Qué te parece tan gracioso?- preguntó Harry.
-Nada, es solo que... Candy, disimulas fatal- dijo Louis.
-¿Eh? ¿Yo? Lo siento, estaba absorta contemplando ese magnífico cuadro- repliqué haciéndome la loca.
-Si... más bien contemplabas otra cosa. Hahaha. Harry, de veras creo que le has causado una muy buena impresión a Candy- bromeó Louis.
-¿Qué? Bueno Lou, no sé a qué te refieres. Pero da igual. Candy, ¿verdad?- yo asentí, todavía un poco ruborizada. -¿Quieres tomar algo?- siguió Harry.
-Oh, no, gracias- contesté yo mirando a otra parte para que no me viera toda colorada.
-Está bien. Louis, ¿tú quieres algo?- dijo Harry.
-Sí, puedes traer, emm ¿una lata de Coca-cola?- pidió Louis.
-Sí, ahora vuelvo.-dijo Harry mientras salía de la habitación.
-Candy, por Dios. Sólo ha faltado que Harry se iluminara en luces de neón y que tú lo señalaras. Porque más disimulada mirándolo no podías ser- dijo Louis en un tono sarcástico.
-Pero, ¡¿qué dices?! Yo no le estaba mirando, solamente estaba pensando en mis cosas y me he quedado embobada- me estaba justificado cuando. justo en ese momento, entraron Liam y Zayn por la puerta.
-Chicos, a Candy le gusta Harry. Se ha quedado mirándolo fijamente- cotilleó Louis a los chicos.
-¿Qué? ¿En serio?- Liam parecía sorprendido.
-¡Qué fuerte! ¿Harry? ¿De verdad?- se asombró Zayn.
-No, no, no. Chicos, no es lo que pensáis. No me gusta Harry. Primero, no lo conozco, y segundo... ¡no me gusta!- me expliqué muy nerviosa porque podía llegar Harry y escuchar esta conversación.
-¡Pero si te he pillado comiéndotelo con los ojos!- insistía Louis, quien parecía divertirse mucho con los comentarios atrevidos que soltaba. Entonces llegó Harry y de repente todos se callaron.
-¿Qué pasa? ¿Por qué os calláis?- preguntó él extrañado.
-Emm... nada. Hablábamos- disimuló Liam, que miró a Zayn para que continuara hablando.
-Sólo hablábamos de... gatos...- siguió Zayn y miró a Louis.
-Sí, eso... gatos. Le preguntábamos a Candy cuál es su... raza favorita- intercedió Louis, que me dejó el marrón a mí.
-¿Ah, sí? A mí me encantan los gatos. ¿Cuál es tu favorito?
-Pues... emm... ese que es... ¿peludo?- improvisé yo. No tengo ni idea de gatos. ¡Voy a matar a Louis!
-¿Los persas?- preguntó Harry emocionado.
-¡Sí, exacto, esos!- lancé yo, aliviada porque Harry no hubiera notado que no tenía ni idea de gatos.
-Ah, a mí me encantan. Es una raza preciosa y muy sociables- dijo Harry.
-Sí, son... muy bonitos. Bueeeeeno... hablando de gatos, ¿no deberíamos llamar a Amanda para saber si ya ha llegado?- cambié de tema.
-No te preocupes, seguro que ahora está en vuestra habitación pasándoselo genial con Niall- intervinno Liam.
-No creo que se lo esté pasando genial, precisamente- dije yo, pensando en lo que Amanda opinaba sobre Niall.
-¿Por qué lo dices? Niall es un chico realmente simpático- quiso saber Zayn, defendiendo a su amigo.
-Bueno, no es raro que a Amanda le caiga mal Niall cuando éste ha dicho lo que ha dicho de ella- confesé yo.
-Pero, ¿qué ha dicho de ella? Que yo sepa, Niall no ha dicho nada sobre Amanda- Louis estaba extrañado.
-Bueno, resulta que cuando estábamos en el vestuario del acuárium, os escuchamos hablar a través de la pared. Y Niall decía de ella que era la chica más necia, egoísta, arrogante, antipática e insolente que había conocido en su vida. Bueno, a Amanda no le hizo mucha gracia eso- lo solté todo.
-¡¿Qué?! ¡Niall no ha dicho eso de Amanda! ¡¿De dónde se ha sacado eso?!- Louis parecía indignado.
-Ah, puede ser que nos escucharais hablando sobre una amiga de Perrie que le presenté a Niall anteayer. Es una chica morena con el pelo rizado, un poco parecida, físicamente, a Amanda. Pero te aseguro que en cuanto a personalidad no hay nada que ver, Amanda es muy buena chica y muy simpática. Tal vez se confundiera. De hecho Niall piensa todo lo contrario sobre Amanda- Zayn vio la confusión.
-¡Oops! Pues Amanda ahora mismo me temo que odia un poco a Niall por eso. Pero bueno, no creo que le diga nada -me preocupaba-. Y, por cierto, ¿qué piensa Niall de ella?
-Emm, es que no te lo puedo decir, solo lo sabemos los chicos. Niall es bastante reservado en cuanto a sus sentimientos, así que no creo que le hiciera mucha gracia que te lo contáramos- Liam siempre tan caballeroso.
-Bueno, está bien. Si él es así, no insistiré. Aunque no voy a negar que siento mucha curiosidad. Hehe- confesé yo.

domingo, 13 de enero de 2013

CAP #5



*Narra Amanda.

-Sí, ahora tienes que girar ahí- le indiqué a Niall.
-¿Estás segura del camino?- repuso él.
-¡Claro que sí! Pero, bueno, si tú lo vas a saber mejor que yo...- me quejé.
-No, no quería decir eso. Solamente quería asegurarme de que éste es el camino. No te lo tomes todo tan a mal- dijo Niall en tono de disculpa.
-Bueno, ahora sigue por ahí.
-Está bien, pero luego creo que el camino se bifurca. -indicó él.- ¿Por dónde sigo? ¿Derecha o izquierda?
-Pues... no estoy muy segura, no me suena de nada este camino- en el fondo estaba muy preocupada, porque realmente no tenía ni idea de dónde demonios estábamos.
-Genial, ahora estamos perdidos...- Niall parecía desorientado y asustado.
-Bueno, conduce un rato más, seguro que llegamos.

Niall no parecía estar muy convencido de que llegaríamos a la universidad. Supongo que estaba ya tan harto de estar conmigo que quería deshacerse de mí cuanto antes y dejarme en casa para irse con su novia o algo por el estilo.

-Ya sé que no soportas mi compañía, pero podrías disimularlo un poco...- le solté yo.
-¿Qué? ¿Pero qué dices?- preguntó él sorprendido por mi inesperado ‘ataque’.
-Lo que has oído. Estoy segura de que preferirías estar en otro sitio con tu novia, en vez de en este coche conmigo.
-Bueno, tú no sabes nada.- cerró él, hermético.
-Oh, créeme que sí sé cosas...- repliqué yo.
-Bueno, y dime, ¿de dónde te las has sacado?- respondió él algo borde.
-Pues han salido nada más y nada menos que ¡de tus labios!
-Oh, ¿si? ¿Cuándo? Si se puede saber- se enfadó el.
-Pues, ¡ah! -me sentí muy frustrada- ¡Hoy, en el vestuario del acuárium! ¿Sabes? ¡Candy y yo os escuchamos hablar de una chica que acababas de conocer morena de pelo rizado!
-Ah, ¿y piensas que me refería a ti?- preguntó él, algo confuso porque yo supiera de la conversación.
-¡Está claro!
-Claro, yo no tengo nada más importante que hacer que ponerme a criticarte. Además, nunca diría eso de ti- respondió él muy frustrado porque yo siguiera enfadada.
-Seguro que no...- terminé yo.

Pasó un buen rato desde que discutimos. Ninguno de los dos quería hablar. Él miraba al frente y yo por la ventana. Aunque estaba todo sumergido en una intensa oscuridad, no se veía nada más allá de lo que iluminaban los faros del coche.

-Para el coche- corté el silencio.
-¿Qué?
-Que pares el coche.
-¿Para qué quieres que pare el coche?
-Porque así lo único que hacemos es alejarnos del camino. Es mejor que pares el coche aquí y mañana por la mañana ya veremos cómo salimos de este campo. Porque tampoco hay cobertura, así que estamos perdidos. No nos queda otra que pasar la noche aquí- expliqué yo.
-Tienes razón, pero no creo que puedas soportar una noche conmigo- se burló.
-¡Qué gracioso! Bueno, tumba los asientos de delante y así haremos una especie de cama. Yo dormiré atrás y como se te ocurra pasarte un centímetro de tu lado, te corto el brazo. No quiero que te acerques, ya tengo bastante con tener que dormir cerca tuyo- dije yo cortante.
-¡Oh, cuidado que no te pase algo! Hahaha.
-¿Qué te hace tanta gracia? Porque estar perdida en el campo contigo, te aseguro que no es nada gracioso.
-Nada, es solo que me encanta la manera en que te enfadas. Es como si sacaras la niña que llevas dentro.
-Gracias por llamarme infantil.
-No es eso. Lo que quiero decir es que en el mundo hay mucho odio, pero cuando tú te enfadas no es como si transmitieras odio, sino más bien es como una rabieta. No sé, me da esa sensación, y me gusta. Hahaha.
-Pues te aclaro que estoy realmente enfadada, no es ninguna rabieta- puse voz de niña y luego le saqué la lengua. Él se rió.
-Bueno, va a ser que al final no soy tan malo, porque ya no estás enfadada.
-Oh, sí que lo estoy. Así que buenas noches y déjame dormir- dicho esto me giré para pasar a la parte de atrás. Me tumbé y cogí una manta que había, mientras tanto él colocaba los asientos de delante poniéndolos horizontalmente y acomodándose.
-Buenas noches, pequeña- dijo él en un tono desenfadado y dulce.

Lo último que dijo me hizo sonreír, aunque en cuanto me di cuenta de que estaba sonriendo, me ordené a mí misma borrar esa sonrisa de mi cara, ya que no tenía ningún sentido. Me acurruqué en las mantas, al fin y al cabo, el coche era bastante cómodo. Estaba empezando a relajarme y a dormirme cuando Niall habló.

-¿Puedes parar de hacer ruidito con el pie?
-Lo siento, pero no puedo dormir si no muevo el pie. Es una manía rara que tengo desde pequeña, no puedo evitarlo- protesté yo.
-¿En serio?
-Sí, ¿algún problema?
-Pues, hombre, aparte de que me pone nervioso y no me deja dormir, nada más.
-Bueno, pues te aguantas, si hubieras sabido cuál era el camino, no estaríamos aquí perdidos.
-Claro, yo tengo toda la culpa. Pues creo recordar que cierta señorita dijo que sabía perfectamente cuál era el camino -mientras dijo esto, me giré para verle. Y cuando vi que su rostro estaba iluminado por la luz de la Luna me empecé a ruborizar. ¿Pero qué haces, Amanda? No tiene sentido que te ruborices. ¡Por Dios, no me entiendo ni yo!-Bueno, ¿no vas a decir nada?- siguió él al ver que yo no decía nada.
-Eh... ah ¡sí! No ha sido culpa mía, en absoluto. Y ahora déjame dormir.
-Pero, ¿vas a dejar de moverte?
-No, ya te he dicho que es una manía.
-Genial, voy a tener ruidito toda la noche. En serio, adoro tus manías- se quejó él sarcásticamente.
-Bueno, ¡yo no puedo hacer nada! Es mover el pie o aguantarme toda la noche despierta hablando! Y supongo que prefieres dormir, así que no te quejes- finalicé la conversación y me volví para intentar dormir.

Estuve unos buenos veinte minutos dando vueltas. No podía dormir. Me giré para ver la hora en el coche. Las diez. La noche se me iba a hacer muy larga. Antes de girarme miré a Niall. No podía creer que hubiera soltado todas aquellas barbaridades sobre mí, parecía tan inocente mientras dormía. Estaba pensando todo esto cuando me interrumpió.

-¿Por qué me estás mirando dormir?- Niall abrió un ojo para mirarme, acusador.
Menos mal que no había luz, pensé. Porque de no ser así, me habría visto totalmente colorada.
-¿Yo? No te estaba mirando, solo me he girado para mirar la hora.
-No, me estabas mirando fijamente, y creo que hasta he visto un asomo de sonrisa en tu boca- replicó él.
-¡Qué tontería! ¿Podemos volver a dormir?
-Si... pero me estabas mirando. Hahaha.

Me giré para no seguir hablando con él. Esta vez era la definitiva, me iba a dormir. De una manera u otra. Oí que él se movía, así que supuse que se habría girado para dormir. Así que yo también me moví para dormirme por fin.


*Narra Candy.

Estuvimos un par de horas hablando y riendo. Harry me caía realmente bien, además de que era REALMENTE guapo. Cuando miré el reloj vi que eran las diez, así que pensé que sería mejor volver a la residencia a estar con Amanda, para cotillear y esas cosas.

-Mmmm, Louis, ¿podrías llevarme a la universidad?- pregunté.
-¡Yo te llevo! -saltó Harry.- Es decir, ejem, te llevo yo, si quieres. Es por salir un poco de casa...
-Está bien, ¿te parece bien Louis?- dije indecisa.
-¡Sí, perfecto, genial, fantástico! Venga Harry, iros ya-. Louis parecía entusiasmado con la idea.
-Bueno, vale. Ya nos vamos. Hahaha.- Harry se divertía con la actitud de Lou.

Harry me acompañó hasta la puerta y cogió las llaves de su coche. Fuimos hasta el coche y me abrió la puerta, después entro él por el otro lado. Durante el camino fuimos hablando y riendo. Harry se estaba portando genial conmigo, me encantaba hablar con él.

-Ya hemos llegado- dijo él.
-Sí... -yo no quería despedirme.- Mmmm, ¿te molestaría acompañarme?
-¡No! -respondió en un segundo-. Es decir, claro, ¿por qué no? Te acompaño.

Salimos del coche y fuimos hacia mi habitación, tuvimos suerte de que no hubiera llegado la mujer que vigila la puerta. Si no, Harry no hubiera podido entrar. Cuando llegamos a mi puerta saqué las llaves, pero cuando abrí me sorprendió ver que Amanda no estaba. Cogí el móvil y la llamé, pero me salía el contestador.

-¿Tu amiga no está?- preguntó Harry.
-No, es muy raro, Niall la iba a traer aquí. Hace horas que deberían estar aquí. Tampoco contesta el teléfono. Estoy un poco preocupada.
-Espera, voy a llamar a Niall- Harry sacó su teléfono y marcó, esperó un poco, pero Niall tampoco contestaba-. Qué raro. Niall siempre contesta al teléfono.
-Estoy muy preocupada, ¿y si les ha pasado algo con el coche?
-Tranquila, si hubiera habido un accidente ya lo sabríamos.
-Tienes razón, pero aún así me preocupa -me angustiaba pensar que les podía haber pasado algo.
-¿Quieres que me quede contigo hasta que sepamos algo?- se ofreció él.
-Sí, por favor. Si no es mucho pedir, me encantaría que te quedaras.
-Pues yo estaría encantado de quedarme, así que me quedo. Hahaha.

Con él a mi lado me sentía un poco más tranquila. Estuvimos hablando un montón, de muchísimas cosas. Nos reímos un montón. Después encendimos la televisión para ver si ponían alguna película buena, y como no ponían nada, le dije si le apetecía ver ‘Tres metros sobre el cielo’, una película española que tenía en dvd traducida al inglés. La pusimos y nos tumbamos en la cama a verla, me sentía tan bien a su lado, tapada con  una manta. Simplemente, se estaba genial. A Harry le gustó mucho la película y cuando la acabamos de ver era la una y cuarto de la madrugada. Pero yo no quería dormir, quería seguir hablando con él. Entonces oímos un ruido, venía de la ventana. Me asusté. ¿Qué era eso? Y, ¿a estas horas?

-¿Has oído eso?- pregunté a Harry asustada.
-Sí, venía de la ventana. Voy a ver qué es.
Harry cogió un flexo antiguo que pesaba una tonelada, supongo que por si acaso era un ladrón o algo así. Se puso pegado a la pared y con un movimiento rápido abrió la ventana y se colocó delante de ella con el flexo cogido como si fuera un bate de béisbol. Vimos una sombra aparecer por la ventana.

-¡Harry! ¡Pero qué haces! ¡¿Pensabas pegarme con eso?! ¡Hay que ver, has conocido a Candy y ya no me quieres!- se burló Louis de Harry.
Entró por la ventana, pero vimos más sombras detrás de él. Y entraron Zayn y Liam. Harry sostenía el flexo, alucinando; yo, desde la cama, también alucinaba. Pero ellos, tan normales, no parecieron ni inmutarse de que Harry sostuviera un flexo enorme en la mano.
-¡Traemos pizzas y algo de beber!- Liam levantó las cajas que llevaba en la mano.
-Genial, la verdad es que tengo hambre. Pero supongo que no habéis venido a traer las pizzas, ¿no?- pregunté, mirando a Louis.
-Bueno, como es tarde y Harry no contestaba el teléfono hemos decidido venir a ver si estabais aquí. Sentimos interrumpir en vuestro nidito de amor.- Louis hizo un corazón con las manos y sonrió de manera pícara.
-Vamos, Boo Bear. No te pongas celoso, amor. Hahaha. Sabes que eres el único para mí- se rió Harry.
-Bueno, ¿quién quiere pizza?- dijo Zayn.
Pusimos las cajas de pizza en el suelo y nos sentamos alrededor a comer. Durante el resto de la noche estuvimos hablando y riendo. Con esos chicos es imposible que uno se aburra. Son geniales.
Sobre las cuatro y media, estaba tan cansada que empecé a quedarme dormida. Harry estaba semi-tumbado en mi cama y yo estaba tumbada sobre su pecho. Estaba tan a gusto, no quería moverme ni un milímetro. La verdad es que en una tarde-noche nos habíamos conocido tanto, que me sentía súper cercana a él. Mientras ellos hablaban, se me iban cerrando los ojos. No podía aguantarlos abiertos, así que al final dejé de luchar y caí en un sueño profundo.

sábado, 12 de enero de 2013

CAP #6


*Narra Amanda

El sol entró por la ventana del coche y me dio de lleno en la cara, así que intenté abrir los ojos, aunque me costaba mucho, ya que había dormido fatal y tenía mucho sueño. El final conseguí abrirlos, y me costó un poco acostumbrarlos a la luz. No sabía muy bien dónde estaba, hasta que me acordé de lo sucedido con Niall, en el campo. Genial, ahora tendríamos que buscar el camino de vuelta a casa. Creo que estaba más dormida que despierta, pero estaba casi segura de que sentía un peso encima mío, que no estaba soñando. Giré la cabeza y me encontré la cara de Niall a unos pocos centímetros de la mía, tan cerca que podía sentir su respiración. Por un momento me quedé pensando por qué estábamos abrazados, pero luego reaccioné.
Le di un empujón a Niall e intenté deshacerme de sus brazos, pero seguía dormido como un tronco. No había forma de moverle.

-¡Niall, despierta! ¡Estás encima mío! ¡Abrazándome! ¡¿Recuerdas la norma de no pasar ni un milímetro de tu lado?! ¡Pues creo que te estás pasando UN POCO de tu lado! ¡Vamos, despierta!- yo no paraba de gritar y ¡él ni se enteraba! Empecé a darle pequeños codazos, pero tampoco servía. Intenté dar vueltas y escurrirme entre sus brazos, pero me agarró más fuertemente-. ¡Oh, vamos, Niall! ¡Estás despierto, no me tomes el pelo!
-Hahaha. ¡Es mi venganza por haber estado haciendo ruidito toda la noche y por no haber parado de moverte!- su sonrisa era encantadora.
-¡Qué idiota! ¡Niall, lo digo enserio, suéltame!
-¿Idiota? ¡Ahora verás!- me cogió más fuerte y empezó a hacerme cosquillas.
-¡No, por favor! ¡Cosquillas no!
-Mmm, ya sé cuál es tu punto débil. Hahaha- Niall se divertía. Puedo decir que en ese momento me caía menos mal.

Seguí riéndome por el ataque de cosquillas de Niall. Él también se reía. Al fin y al cabo me lo estaba pasando bien. Aunque cuando giré la cabeza hacia la ventana me pegué un susto de muerte.

-¡Ah!- grité.
-¡¿Qué pasa?!- se asustó Niall y dejó de hacerme cosquillas.
-Hay un tío en la ventana que nos está mirando. Me da miedo- le susurré al oído para que aquel hombre no me oyera. Niall se giró y también se asustó un poco. Nos levantamos y salimos del coche.
-Lo siento, no quería interrumpir nada, pero es que estáis en mi terreno- nos indicó el hombre, que tenía pinta de granjero, de estos de campo, brutos de verdad.
-Oh, no interrumpe nada, de veras. Lo sentimos mucho, ayer por la noche íbamos con el coche hacia la universidad, pero nos perdimos y acabamos aquí. Así que decidimos aparcar el coche e intentar encontrar el camino por la mañana, con luz- le explicó Niall.
-¡Oh! En ese caso, no pasa nada. Mira, chico, el camino es por allí. Sigues recto unos cien metros y luego giras a la derecha y luego a la izquierda. Después tú mismo verás los carteles que indican el camino.
-Muchísimas gracias. Y lo sentimos mucho por las molestias, ya nos vamos. ¡Gracias otra vez!- dijo Niall mientras subía al coche para ponernos en camino lo antes posible.

Niall hizo una maniobra de vuelta que pareció hecha por un profesional. Salimos de allí como un rayo. Aunque los cien metros que había dicho el granjero parecían menos, claro, a la velocidad que íbamos.

-Sí que tienes ganas de librarte de mí- dije, refiriéndome a la velocidad.
-¿Eh? Oh, lo siento -redujo un poco-. Es que pensé que ya debías estar harta de mí y que querrías llegar cuanto antes.
-Oh, sí. Claro... estoy cansada... quiero llegar ya...
-Mira, aunque no te conozco mucho, ya sé algunas cosas de ti. Por ejemplo, que ya has perdido demasiado tiempo a mi lado. ¡Oh! Y que tu punto débil son las cosquillas. Hahaha- él se lo tomaba a broma, pero en sus ojos había un deje de tristeza. Porque él sabía que yo iba en serio. Que realmente estaba cansada y quería irme a casa...


*Narra Candy.

Me desperté. Tenía mucho dolor de cabeza y tenía el cuerpo dolorido. Intenté incorporarme y vi a cuatro chicos tumbados en el suelo durmiendo, estaban todos como tirados unos encima de otros. Me entraron ganas de reír.

-Chicos, despertad. Vamos, arriba, bellos durmientes. ¿Chicos? Venga, no me hagáis esto -ellos seguían durmiendo como troncos. Fui al baño para darme una ducha. La alargué hasta media hora, total, los chicos dormían. Cuando salí del baño la habitación estaba vacía. Me extrañó no encontrar a los chicos. Aunque no le di mucha importancia, abrí el armario y empecé a vestirme. Pero de repente, cuando me estaba acabando de abrochar el sujetador, oí cómo la puerta se abría.

-Hola Candy. Sentimos habernos ido sin decirte nada, pero como estabas en la ducha... -Harry hablaba mientras abría la puerta, pero en cuanto miró hacia arriba se quedó boquiabierto-. Eh... yo... emmm... tú... estás... ejem... -Harry no reaccionaba.
-¿Harry? Harry, reacciona. ¿Hola?
-Eh......
-¡Harry, por Dios!- me acerqué, él seguía paralizado. Lo agarré por los hombros y lo zarandeé suavemente.
-¿Eh? ¡Oh! ¡Ah! -se dio la vuelta para no mirarme en ropa interior- ¡Lo siento mucho! ¡No se por qué me he quedado empanado! ¡Lo siento de veras!
-Bueno, no pasa nada, pero ahora espera aquí fuera, que me voy a vestir.
Entonces llegaron Louis, Zayn y Liam, que se habían retrasado un poco, pero venían detrás de Harry.
-¡Oh, Dios mío! ¡Harry! ¡Si la acabas de conocer!- gritó Louis, alarmado. Los chicos se limitaron a girarse y no decir nada. Pero entonces, llegaron Amanda y Niall. Lo que me faltaba.
-¡¿Candy?! ¡¿Qué haces?! ¡Por Dios, estoy fuera una noche y te lías con cualquier chico que encuentras! ¡Me parece muy mal! ¡Y encima ni siquiera me lo cuentas! -Amanda se puso histérica. Estaba totalmente fuera de control.
-Amanda, cálmate. No es lo que parece- típica frase. Hahaha- ¡Te aseguro que no me he liado con Harry!
-¿Harry? ¿No es ese tu amigo, Louis?- dijo Amanda mirando a Lou.
-Sí... Harry, ¿puedes explicarme qué está pasando?- le exigió Louis a Harry.
-Eh... yo... pues... solo estaba... eh... -Harry no sabía qué decir.
-Emm, bueeeeeno, yo casi que mejor me voy a vestir- dije, mientras arrimaba la puerta e iba hacia el armario a vestirme. Ahora que lo pienso, ya llevamos dos incidentes en ropa interior, ¿raro? Hahaha. No sé-. Ya estoy. Podéis pasar.
Los chicos entraron y se sentaron, más o menos por toda la habitación.
-Cuéntanos, Candy. ¿Qué es exactamente lo que ha pasado?- preguntó Amanda.
-Pues me estaba vistiendo, cuando de repente entró Harry por la puerta y se quedó paralizado, y luego llegasteis vosotros. No hay nada más que contar- expliqué.
-Y, ¿a qué venía Harry a tu apartamento?- siguió Amanda.
-Bueno, los chicos y yo habíamos ido a comprar algo para desayunar- explicó Harry. Zayn mostró las bolsas que traía.
-Entonces, ¿habéis pasado la noche aquí?- preguntó Niall.
-Sí, porque Candy estaba preocupada por vosotros y queríamos hacerle compañía- dijo Liam.
-Por cierto, ¿vosotros dónde habéis estado?- me acordé de repente.
-Pues... nosotros hemos pasado la noche en el coche de Niall. Nos perdimos de camino a la universidad. Llegamos hasta un campo y decidimos que lo mejor era parar el coche y esperar a que se hiciera de día- explicó Amanda.
-¿Con que la noche en un coche? ¿Perdidos en el campo?- insinuó Louis.
-Sí, y no he podido dormir porque Amanda no paraba de moverse- se quejó Niall.
-Bueno, no me hubiera movido si tú me hubieras dejado más espacio- replicó Amanda.
-¡Claro! ¡Pero si tú...- insistió Niall
-¡Basta!- grité.

Nos interrumpió un golpe en la puerta. Nos quedamos callados, mirando hacia allí.

-¿Hola? Chicas, ¿estáis ahí?- la voz era la de nuestra revisora. La amargada, esa.
-¡Oh, no! Se supone que no podemos tener chicos en nuestra habitación. Candy, ¿qué hacemos?- dijo Amanda bajito para que la revisora no nos escuchara.
-Vale, a ver, que no cunda el pánico -la revisora seguía insistiendo-.Vale, ¡que cunda el pánico! ¡Chicos, todos al baño!- dije yo.
Los cinco se metieron en nuestro mini-baño. Nosotras intentamos ordenar un poco la habitación y poner cara de recién levantadas.
-Buenos días, señora Davis. ¿Hay algún problema?- pregunté yo.
-Oh, no. Solo quería revisar vuestro cuarto, me había parecido oír una voz de chico. Pero veo que todo está en orden. Que tengáis un buen día, chicas- la revisora se fue, contenta de que todo estuviera 'en orden’.
-Buf. Ha faltado muy poco. La próxima vez tendremos que ir con cuidado- dijo Amanda.
En cuanto abrí la puerta del baño los chicos salieron disparados en efecto dominó. Acabaron los cinco en el suelo. Me reí.
-¡Qué baño más grande!- se quejó Louis con sarcasmo.
-Bueno, no está pensado para cinco tíos. Hahaha- seguí riéndome.


*Narra Amanda.

Terminamos de desayunar con los chicos. Y como vi que Candy y Harry estaban hablando y riendo, muy bien el uno con el otro, se me ocurrió un plan. Me acerqué a Louis y le susurré al oído.
-¿Por qué no nos vamos y dejamos a Harry y a Candy solos? Parece que están muy bien juntos, así podrán conocerse mejor.
-Oh, me gusta tu mente malvada- Louis me devolvió el susurro, entre risitas.
Los dos miramos a Candy y a Harry, quines estaban tan inmersos en su conversación que ni se enteraron.
-Bueno, Amanda. Creo que es hora de que nos vayamos a casa, ¿nos acompañas?- dijo Louis mirando a los chicos, y haciéndoles indirectas para que se levantaran y se fueran.
-¿Eh, adónde vais?- preguntó Candy.
-Eh... voy a acompañar a los chicos a casa. No te importa, ¿no?- le pregunté a Candy.
-Oh, ¿ya nos vamos, Louis?- preguntó Harry.
-¡No! Digo... tú quédate. Quiero decir, así no dejas sola a Candy...- se explicó Louis.
-Bueno, ¡nos vamos! Tardaré un rato- me despedí de Candy con un gesto de la mano.

Los chicos y yo salimos del edificio, medio a escondidas, ya que la revisora no podía andar muy lejos. Llegamos a los coches y nos dirigimos hacia un centro comercial para perder un par de horas. Se nos unieron Danielle, Eleanor y Perrie, que ya tenían ganas de pasar un rato con sus chicos. Además, trajeron a Nicki y Laura, con las que me llevaba genial.