lunes, 31 de diciembre de 2012

CAP #17


*Narra Candy.

Abrí los ojos lentamente, me dolía mucho la cabeza. Lo primero que vi fue a Harry sentado en la cama, parecía preocupado.

-¿Dónde estoy?- pregunté confusa. Harry se giró inmediatamente, ahora su expresión era aliviada.
-Oh, estás despierta. Estamos en el hospital, ¿recuerdas que Alex te pegó en la cara? Pues te ha partido la ceja, pero no te preocupes, el doctor ha dicho que en cuanto despertaras podríamos irnos- me daba la sensación de que Harry se sentía culpable por lo que había pasado.
-Harry, tienes claro que no ha sido culpa tuya, ¿no?
-Candy... si yo no hubiera intervenido de esa manera no habría pasado nada. Alex te dio a ti porque yo le provoqué...
-No, no es verdad. Si yo no me hubiera puesto delante nada de esto habría pasado. Así que no te sientas culpable, porque no lo eres. Alex tiene que aprender a controlarse, se pone muy violento, y eso no me gusta nada- entró el doctor en la habitación.
-Oh, veo que estás despierta. Perfecto, ven por aquí, voy a firmarte el alta. Tu novio ha sido muy rápido trayéndote aquí, se ve que se preocupa mucho por ti- dijo el doctor con una sonrisa en la cara.
-En realidad él y yo no... -empecé- Sí, se preocupa mucho por mí- me quedé pensando y me gustaba cómo sonaba eso de mi novio, así que no quise decir nada.
El doctor salió de la habitación, iba a buscar un papel para darme el alta.
-¿Por qué no le has dicho que no somos pareja?- preguntó Harry.
-Tal vez porque... me gusta cómo suena eso de que eres mi novio...- le miré a los ojos, él se puso algo nervioso.
-Candy, de verdad que no te entiendo... Un día me dices que me quieres, al otro no existo y ahora te gustaría que fuera tu novio... eres rara
-Bueno, supongo que soy indecisa... hasta que encuentro la persona adecuada y aún así necesito asegurarme- le atraje hacia mí pero en ese momento entró el doctor.
-Oops, lo siento. Pero ya tendréis tiempo de besaros cuando lleguéis a casa- bromeó el médico.

Nos dio el papel firmado para que pudiéramos salir del hospital y recogí algunas cosas que tenía en la habitación (la chaqueta y eso). Salimos a la sala de espera y encontramos a Niall, Zayn, Liam, Louis y Amanda. A la primera que abracé fue a Amanda y luego vino Liam, que estaba muy preocupado por mí.

-Amanda, tienes mala cara...- noté.
-Oh, es que al ver toda la sangre me he mareado y Niall me ha traído aquí, resulta que me ha dado un bajón de tensión y me faltaba azúcar- explicó Amanda.
-Yo soy muy dulce...- susurró Niall.
-¿Qué?- preguntó Louis, que no se había enterado de lo que había dicho Niall.
-Eh, ejem, nada...- Niall se puso muy rojo.- Que me ha dado un buen susto... eso...
-¿Venís a dormir a casa?- propuso Zayn.
Los chicos nos llevaron a su casa, Amanda y yo estábamos muy cansadas, así que tan sólo queríamos dormir.

*Narra Amanda.

Subí a la habitación de Niall, él me seguía. Entramos y cerramos la puerta, Niall se sentó en el borde de la cama.

-¿Puedes girarte? Voy a ponerme la camiseta/pijama para dormir- le pedí.
-¿Qué?- él parecía sorprendido.
-Que si puedes girarte...
-Ya te he entendido, pero no creo que tengas nada que no haya visto ya...- Niall sonrió de manera pícara.
-Ah, ¿así que has visto a muchas otras chicas?
-Bueno... unas cuantas.
-Oh, genial. Entonces ya tienes bastante, no hace falta que me veas a mí, así que gírate de una vez- me mosqueé un poco.
-¿Te vas a poner celosa, amor?- Niall se iba acercando a mí.
-¿Ahora soy tu amor?
-Por supuesto, ¿me dejas que te ayude?- él me cogió por la cintura y pasó sus manos por el borde de la camiseta que llevaba puesta, jugueteó con ella y después la levantó poco a poco hasta dejar al descubierto mi ombligo. Paró un instante para comprobar mi expresión, después siguió quitándome la camiseta, la tiró al suelo y me quede en sujetador.
-Y, ¿ahora qué, señor ligón?- fui acercándome poco a poco a sus labios mientras buscaba el botón de sus vaqueros con las manos.
-Ahora voy a ponerte esta otra camiseta y a dormir- dijo Niall mientras cogía la camiseta grande que me había dejado para dormir y me la pasaba por la cabeza.
-¡¿Qué?! Digo, claro, a dormir que... estoy cansada, muy... cansada- me estaba ruborizando, notaba que mis orejas se estaban poniendo cada vez más rojas y que mis mejillas se encendían. Había caído en su trampa, en su irresistible trampa. Ahora Niall ya debía tener clarísimo que cuando estaba a su lado no podía controlarme.
-Genial. -se tumbó en la cama y se cubrió con el edredón.- Buenas noches, pequeña- me tumbé a su lado, pero de espaldas a él y me abrigué con el edredón.
-Buenas noches. Ah, y no soy pequeña- me ponía de los nervios que me llamaran pequeña o cosas por el estilo. Vale, no soy precisamente una torre, pero no hace falta que me lo recuerden.


*Narra Candy.

Harry y yo nos metimos directamente en la cama, ninguno de los dos habló. Estuve como un cuarto de hora sin poder dormir, sin moverme ni un milímetro para no molestar a Harry.

-Candy, ¿estás despierta?- susurró él. Me giré para mirarle a la cara.
-Sí, no puedo dormir...
-Yo tampoco, ¿quieres que vayamos a mi lugar preferido?
-¿Ahora?- Harry se acercó a mi oreja y susurró.
-Está cerca; tan sólo tienes que girar a la segunda estrella a la derecha y luego ir todo recto hasta el amanecer -me dio un beso en la mejilla- Buenas noches, que descanses bien.
-Buenas noches.

Me quedé algo pensativa... ¿qué había sido del Harry al que sólo le importaba tener una chica cada noche? ¿Desde cuándo se había convertido en el Harry que ha visto ''Peter Pan'' y antes de dormir te da un beso en la mejilla? La primera noche que estuve aquí intentó acostarse conmigo, y ¿ahora me da un beso de buenas noches? No sé a qué viene este cambio, pero realmente me gusta.


*Narra Amanda.

-Lo estás volviendo a hacer- Niall abrió los ojos de repente.
-¿El qué?- pregunté algo avergonzada.
-Me estás mirando dormir, es un poco inquietante...- se burló.
-¡No es verdad!
-Sí, como la primera noche que estuvimos juntos, en el coche... también me mirabas dormir
-Está bien... lo admito... - sonreí- Me volví a tumbar, ahora del otro lado.
-¿Vas a volver a dormirte? ¡No, señorita! ¡Levanta, que tenemos clase!
-¡No! ¡Quiero dormir, estoy cansada!

Niall empezó a hacerme cosquillas y, cuando levanté los brazos, me cogió y me sacó de la cama. Me llevó como una princesa hasta el piso de abajo, donde estaban todos los demás desayunando. Aunque yo no quería que nos prestaran atención, los cinco se giraron a mirarnos.

-¡Al fin venís!- exclamó Liam.
-Claro, es que estaban muy ocupados en la cama...- insinuó Louis.
-¡Oh, Niall! ¡Eres una fiera!- bromeó Zayn.
-Chicos, dejadles tranquilos... ¡pueden hacer lo que quieran mientras no rompan la cama!- siguió riendo Harry.
-Ha ha ha, ¡qué graciosos! Pues que sepáis que no...- empecé.
-Que no va a poder moverse de lo cansada que está- me interrumpió Niall, guiñando un ojo, indicando que bromeaba.
-Está bien, ya vale. Anda ven, siéntate a desayunar- ofreció Candy.

Durante todo el desayuno y el camino a la universidad los chicos estuvieron bromeando sobre Niall y yo, aunque intenté ignorarles, me estaba poniendo muy roja.
Las clases fueron como siempre, sin nada fuera de lo normal. A la hora de comer me encontré en la cafetería con los chicos, Candy y algunos otros chicos de la universidad.

-¡Eh, Amanda! -me llamó Greg desde el fondo de la mesa- ¿Candy y tú podéis pasaros por mi casa hoy por la tarde?
-¿Para qué?- respondí.
-Oh... necesito que me ayudéis con... el trabajo de biología, ese que nos ha mandado la señora Bennet.
-Ah, vale, genial. ¿A qué hora?- pregunté.
-¿Sobre las ocho va bien? Cuando acabemos os invito a cenar, así que arreglaros un poco- bromeó Greg.
-Está bien, entonces a las ocho en tu casa- finalizó Candy.

Acabamos de comer y fuimos a las clases, estaba algo nerviosa por ir a casa de Greg, nunca había quedado con él. Después, Candy y yo fuimos a la habitación a arreglarnos, aunque realmente sólo íbamos a cenar, así que no sé si hace falta que nos arreglemos mucho; pero a Candy le encanta ponerse guapa. Cómo no, ella ya había pensado qué nos íbamos a poner esa noche, siempre va un paso por delante.


*Narra Candy.

¡Qué ganas de ir esta noche a casa de Greg! Me apetece mucho ir a cenar con él, es un tío realmente majo. Además, así tendríamos oportunidad de ponernos guapas... ¡me encanta arreglarme! Amanda y yo trajimos un par de vestidos muy bonitos y hasta ahora no hemos tenido ocasión de ponérnoslos.

-¡Vamos, Amanda! ¡Sal ya del baño! ¡Yo también tengo derecho a usar la ducha!- llamé.
-¡Espera un poco! ¡Me estoy desenredando el pelo!- me contestó.
-¡Oh, por Dios! ¡Entonces vas a estar una hora!- Amanda tiene el pelo rizado y se le enreda mucho, así que siempre tarda mucho en desenredárselo.

Llamaron a la puerta y cuando abrí vi que era Niall.

-Niall, hola. ¿Qué haces aquí?- pregunté.
-Oh, yo... venía a ver a Amanda...- respondió él, tímidamente.
-Está en la ducha, ahora saldrá- salí de la habitación- Cuando acabéis de hablar me avisas- le guiñé el ojo, bromeando.


*Narra Niall.

Entré en la habitación y me senté en la cama a esperar. Estaba distraído inspeccionando los libros de las estanterías y las cosas que tenían en la cómoda, a veces los objetos de alguien te ayudan a saber cómo es. Escuché que una puerta se abría y me giré hacia el origen del ruido.

-¡Niall! ¡¿Qué haces aquí?!- Amanda había salido del baño en toalla.
-¡Oh, lo siento! Yo... sólo quería darte un regalo...- me giré para no verla en toalla, me estaba poniendo muy colorado.
-Vale, espera un segundo... -escuché la puerta del armario- Me pongo una camiseta y unos pantalones... y... ya está, puedes girarte- me giré y la vi con una camiseta de tirantes y unos pantalones cortos, de pijama. La miré de arriba abajo.
-Amanda... yo... bueno, quería darte esto -le tendí una de cartón que traía conmigo. Se puso en el suelo a abrirla.
-No es mi cumpleaños, ¿por qué me haces un...? ¡Oh, Dios mío! -la perrita negra con la que Amanda se había encariñado el día del refugio salió de la caja de cartón, lamiéndole todas las mejillas- Pero, ¡¿qué haces tu aquí, pequeñina?! ¡Oh, eres tan mona! -Amanda alzó la vista y me miró directamente a los ojos- Niall, ¿por qué me la has traído?- me puse nervioso.
-Porque... en el refugio de animales te encariñaste tanto con ella, se te veía tan feliz. No pude evitar querer verte así de feliz siempre, así que se me ocurrió traerla contigo.
-Pero... no podemos tener animales en la residencia...- Amanda parecía apenada.
-Ya he pensado en eso, estará en nuestra casa, así tendrás que venir a verla más a menudo y yo podré verte a ti- sonreí.
-Eres genial, muchísimas gracias- Amanda se acercó a mí y me abrazó con todas sus fuerzas.
-Esto... yo creo que... mejor me voy... tendrás que vestirte y eso... ¡Hasta luego!- me despedí y salí por la puerta corriendo, con la perrita. Me había puesto muy rojo.


*Narra Amanda.

Niall es genial, me encanta este chico. Aunque no sé por qué se ha puesto tan nervioso... hehe. Candy entró por la puerta, con una expresión traviesa.

-¿Y bien?- preguntó ella.
-Y bien, ¿qué?
-Pues... que... ¿qué ha pasado?- a Candy le encanta cotillear.
-Bueno, ha venido y... ¡me ha regalado un perro! -a Candy casi se le salieron los ojos de las órbitas- ¿Recuerdas la perrita del refugio de la que te hablé? Pues Niall la ha adoptado para mí. ¡Ha sido muy mono, me he quedado de piedra cuando...
-¡Amanda! ¡Para! Respira mientras hablas. Primero, piensa que mañana nos vamos. Segundo, tenemos una hora para ir a casa de Greg. Y tercero... bueno no tengo tercero- Candy se rió.
-Está bien, tú explótame mi burbuja de color de rosa. Volviendo a la realidad... tienes razón, mañana nos vamos, tengo que decirle a Niall que no vamos a vernos más...
-¿Y qué hay del trato que teníamos? Ni yo se lo digo a Harry ni tú a Niall.
-Ah, es verdad... entonces no podré decirle nada...

Amanda

Candy
Mientras Candy fue a ducharse empecé a ponerme espuma en el pelo, pensaba llevarlo suelto. Nos enfundamos en nuestros vestidos y, con el coche, partimos hacia casa de Greg. Llegamos a su apartamento, llamamos a la puerta un par de veces, de repente se abrió sola.

-Vale, admito que eso ha sido un poco raro...- afirmó Candy.
-Dentro se ve todo oscuro...
-Venga, no seamos tontas, entra...

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