viernes, 28 de diciembre de 2012

CAP #20


*Narra Candy.

Me levanté del suelo y vi que Amanda estaba parada delante mío, mirando al horizonte. ¿Qué diantres hace? ¿Se ha vuelto loca? ¿Un ataque de estrés? De veras que a veces no entiendo a esta chica.

-Amanda, ¿qué miras?- pregunté directa.
-¿Ese no es...?- empezó ella.
-¡Chicas, esperad!- oí una voz masculina que gritaba. Me di la vuelta hacia donde Amanda miraba.
-¡Chicas!- el chico se acercó y pude ver claramente quién era.
-¡Jake! ¡¿Qué haces aquí?!- solté, sorprendida.
-Jake, puedes ir volviendo por donde has venido. La última vez que estuve contigo creo que te quedó bastante claro que me repugnas. No te atrevas a tocarme, ya me bastó con el ridículo que me hiciste pasar en la fiesta- Amanda parecía muy enfadada. No soporta que los chicos se pasen de la raya con ella.
-Bueno... yo creo que voy a ir yendo hacia la puerta de embarque... -me escabullí de entre ellos dos.

Me alejé un poco para que pudieran discutir tranquilos, pero se nos hacía tarde y teníamos que subir ya al avión. Cuando ya habían pasado cinco minutos decidí que teníamos que irnos, no podíamos esperar más.

-Amanda, sé que estás algo ocupada, pero tenemos que irnos- ella se giró y asintió.
-Está bien. Adiós, Jake- se despidió.

Amanda empezó a andar hacia la puerta de embarque, donde quedaba una azafata que nos esperaba. Me sentí un poco mal por haber hecho esperar a todo el avión diez minutos. Iba a pedirle a Amanda los papeles del avión cuando escuchamos un grito lejano.

-¡Amanda! ¡Candy! ¡Esperad!- esa voz me resultó muy familiar, pero no conseguía adivinar quién era.
-¿Pero qué pasa ahora?- se quejó Amanda.
-Chicas, tenéis que subir ya- ordenó la azafata.
-Un segundo, por favor- vi a... ¿Liam? Que venía corriendo hacia nosotras, parecía desesperado.
-¡Chicas, esperad! ¡Por favor, no os vayáis! -finalmente llegó hasta donde estábamos nosotras, casi no podía respirar.- No podéis volver a España. Louis se ha encargado de conseguir que os renueven las becas para que podáis acabar el curso aquí. Podéis vivir con nosotros y así no tendréis que pagar un alquiler. Louis se ha encargado de hablar con vuestras familias para explicárselo todo y han aceptado que os quedéis.
-¡¿QUÉ?! ¡¿HABLAS EN SERIO?!- Amanda estaba realmente sorprendida y feliz a la vez.
-Sí, vamos, Harry y Niall están en casa y no saben nada; se van a llevar una gran sorpresa- explicó Liam. Ellos dos empezaron a caminar de vuelta a la salida del aeropuerto, pero yo me quedé quieta.
-Chicos, -se giraron- yo no voy.
-Venga, Candy. No digas tonterías. Es una gran oportunidad- dijo Amanda.
-He dicho que no voy, tampoco tengo nada que hacer aquí. Puedo seguir estudiando en España- cerré tajante.
-Sí que tienes cosas que hacer, como abrirle los ojos a Harry, seguir con nosotros cinco... Porque nosotros te queremos y no vamos a permitir que os vayáis así como así. Además, Harry está enamorado de ti, pero tiene miedo- Liam se puso serio.
-Si ni siquiera tenemos dónde dormir, en vuestra casa no hay una habitación para nosotras- puse más pegas.
-Ahora sí la hay. Hemos despejado el desván y lo hemos convertido en una habitación para vosotras- anunció Liam satisfecho.
-Dios mío. Sé que me voy a arrepentir de esto, pero en fin, vamos allá- al final accedí.
-Oh, Candy, ¡te quiero!- Liam me dio un abrazo y Amada se unió.

Los tres nos dimos la vuelta y empezamos a caminar (casi correr) hacia la salida del aeropuerto. Básicamente teníamos que recorrer medio aeropuerto de vuelta, pero teníamos ganas de volver, así que el "paseo" se nos hizo, digamos "no muy largo". Al fin llegamos a la puerta principal del aeropuerto y allí esperamos a que Louis y Zayn volvieran. Pasados unos diez minutos llegó Zayn, que parecía cansado.

-¿De dónde vienes tan cansado, Zayn?- pregunté.
-He ido a la puerta D15 por si estabais allí- explicó.
-Sí, y ahora nos falta Louis. No sé por qué tarda tanto... -Liam hablaba solo.- Creo que voy a llamarle -marcó el número en el móvil- ¿Louis? ¿Dónde estás? Eh... sí, están aquí... sí, las he convencido. Vale, claro, bien. Date prisa. -colgó.
-¿Qué te ha dicho?- preguntó Amanda.
-Que ahora viene, está con una azafata- resumió Liam.
-Bueno, no creo que tarde mucho- supuso Zayn.

Estuvimos esperando diez minutos más, hasta que llegó Louis. Una azafata venía detrás de él y no tenía pinta de estar muy contenta. Cuando llegaron a nuestro lado se pararon y Louis miró a la azafata con cara de pena.

-¿Es "esto" vuestro?- dijo ella despectivamente.
-Sí, señora. Nos hacemos cargo de todos los desastres que haya podido ocasionar- intervino Liam.
-Por culpa de este individuo llego veinte minutos tarde al avión, si me echan será culpa vuestra. Por cierto, tenéis que pagarme el cochecito que hemos usado para llegar a la terminal como recompensa. Él me lo ha prometido- la azafata miró a Louis.
-¿Que has prometido qué? Louis, ¿cuánto vale ese trasto?- preguntó Zayn.
-Cuesta doscientas libras. Podéis pagarlo en metálico- contestó la azafata.
-Está bien, mis padres me van a matar, pero bueno...- Liam pagó y la azafata se fue.
-¿Qué hacemos ahora con ese cochecito?- pregunté.
-Pues... tendremos que llevárnoslo a casa, supongo...- propuso Louis. Todos le miramos con mala cara.
-Sí, pero lo conduces tú. Yo paso de tener que hacer el ridículo de esa manera- ordenó Zayn.
Una vez solucionado ese tema, Amanda, Liam, Zayn y yo nos montamos en el coche (el grande) y fuimos a casa de los chicos. Durante todo el camino nos estuvimos riendo de Louis, que iba detrás nuestro con el mini-coche. Creo que hasta le hicieron un video con el móvil para subirlo a YouTube. En fin, cuando llegamos a casa (qué raro se me hace llamarle "casa") los chicos nos ayudaron a bajar las maletas del coche y Louis aparcó el Louis-Mobil (le había puesto nombre y todo). Los primeros en entrar en casa fueron los chicos y nos dijeron que esperáramos para darles una sorpresa a Harry y Niall, aunque no sé si a Harry le iba a hacer mucha gracia verme.


*Narra Harry.

Estaba tumbado en el sofá, viendo una película con Rebecca. Estábamos viendo Love Actually, ahora iba a salir mi escena favorita, cuando Mark va a casa de Juliet a decirle que le quiere, es precioso. Oí que la puerta se abría, los chicos habían llegado.

-Eh, Harry. Nos hemos ido a despedir de Amanda y Candy al aeropuerto, pero ellas...- saludó Louis. Niall bajó por las escaleras.
-¡¿Qué?! ¿Las habéis visto? Oh, ¿por qué no me habéis llamado para ir? Joder, Amanda me ha dejado una carta y no he podido ni siquiera hablar con ella...- Niall estaba fatal.
-Niall, tranquilo. Ahora vas a poder hablar con ella todo lo que quieras- dijo Zayn, aunque Niall no entendía nada. Amanda entró por la puerta, seguida de Candy.
-¡Hola! ¡Nos quedamos! ¡Louis ha conseguido que nos renueven la beca!- explicó Amanda. Se lanzó a los brazos de Niall y él la beso con todas sus fuerzas.
-Bueno, no quiero que me deis tantos abrazos y besos... -bromeó Candy- ¿Estás viendo Love Actually? -corrió hasta el sofá y se sentó al lado de Rebecca- ¡Oh, genial, adoro esta escena! ¡Es mi parte favorita de toda la película!
-Vaya tontería, ningún tío haría eso. Pff, en pleno invierno y declarándose con pancartas...- criticó Rebecca.
-Pero si es súper romántico. Sí que es la mejor escena de toda la película- yo estuve de acuerdo con Candy.
-Bueno, sólo se puede comparar con la escena en la que Jamie y Aurelia están en la casa de él y no se entienden el uno al otro. También me encanta esa parte- Candy siguió comentando la película, no sabía que a ella le gustara.
-O cuando David y Natalie se están besando y de repente les ve todo el mundo, es genial- comenté.
-Bueno, ¿qué es esto? ¿Una fiesta de fans de Love Actually? Parad de una vez- Rebecca interrumpió y se puso muy borde. Candy se levantó y fue al lado de Amanda.
-Chicos, será mejor que empecemos a subir las maletas y decoremos un poco el cuarto, ¿no?- propuso Candy.
-Sí, además tengo órdenes estrictas de poner unas normas en la casa. Vuestros padres han aceptado todo esto, pero han puesto condiciones- dijo Louis.
-Rebecca, creo que es mejor que te vayas- solté.
-¿Qué? Cariño, no hemos acabado de ver la película- ella parecía sorprendida.
-Da igual, puedes terminarla de ver en tu casa, te la puedo dejar si quieres- sé que estuve un poco antipático, pero quería que se fuera.
-¿A qué viene esto? ¿No me quieres?- Rebecca se puso melodramática.
-No me montes una escenita delante de todo el mundo. Simplemente quiero ayudar a las chicas a trasladarse y tú te vas a aburrir, así que es mejor que te vayas- ella se levantó y se fue. Creo que estaba enfadada, pero me daba igual.
-Harry, ¿por qué has hecho eso?- preguntó Candy.
-Ya lo habéis oído, quiero ayudar con la mudanza -respondí- Bien, ¿por dónde empezamos?

Los siete subimos por las escaleras y nos dirigimos al desván. Niall y yo subimos las maletas de las chicas. Cuando llegamos a la improvisada habitación dejamos las cosas y nos pusimos a organizarlo todo. Decidimos empezar por deshacer las maletas.

-Nos podemos ocupar de las maletas nosotras solitas- dijo Candy.
-Pero acabaremos antes si lo hacemos todos juntos- sugirió Louis.
-Bueno, no me hace mucha gracia que todos veáis mi ropa interior, así que si no os molesta, lo haremos nosotras solas- rebatió Candy.
-Vamos, ¿crees que nos vamos a poner a analizar tu ropa interior?- pregunté.
-Pues... no lo sé, no creo...- Candy no sabía qué decir.
-Entonces ya está, os ayudaremos y punto- cerré.

Abrimos las maletas y empezamos a sacar ropa. ¡No tenéis ni idea de los quilos de prendas que había allí dentro! Cuando acabamos con los pantalones, camisetas, chaquetas... llegamos a los pijamas y ropa interior. Niall sacó un conjunto de lencería de Amanda.

-¡Wow! Esto es muy sexy, realmente provocador. Creo que estarías espectacular con esto puesto. ¿Me lo vas a enseñar algún día?- Niall sonrió de manera pícara.
-Mmmm, bueno, me lo pensaré- Amanda se rió y le dio un beso rápido.
-Uff, ¡cuánto amor!- Candy hizo un gesto como si vomitase.
-Bueno, tú no te libras. Eh, Candy -saqué un pijama de lencería muy corto que había en su maleta- No imaginaba que tú también tuvieras una cosa de estas tan sexy- bromeé.
-Claro, es para las ocasiones especiales- Candy adoptó una actitud provocadora.
-¡Uuhh! ¡La tensión sexual se puede cortar con un cuchillo!- exclamó Louis.
-¡Louis! ¿Podrías ser un poco menos espontáneo?- se rió Liam.
-Bueno, ¿podemos seguir con las maletas?- propuso Zayn.

Continuamos sacando la ropa interior de las chicas y Niall se fijaba en todas y cada una de las piezas de lencería de Amanda, mientras ella se reía. Durante un momento me quedé atontado mirándoles. Me recordaron muchísimo a Candy y a mí, aunque no quisiera decirlo, la echaba de menos. A ella y a todas sus locuras, el agradable sonido de su risa y sus ocurrencias. Pero lo he fastidiado todo, lo sé, soy un capullo. Y un grandísimo idiota. Pero, ¿qué voy a hacer ahora? ¿Decirle que le quiero? No, no puedo hacer eso, sería como si quisiera aprovecharme de ella justo después de haber estado con Rebecca. En fin, supongo que dejaré que pase un tiempo hasta que volvamos a ser algo así como “amigos”.

-Bueno, chicas, esto ya está. ¿Queréis que hagamos algo más para decorar vuestro “nuevo dormitorio”?- pregunté.
-Pues... no estaría mal darle una manita de pintura a este desván...- propuso Amanda.
-No os preocupéis, ya habíamos pensado en eso. Hemos comprado pintura. Espero que os guste el lila, Liam quiso comprar ese color- explicó Zayn.
-Sí, seguro que les gusta- aseguró Liam.
-Sí, ese color es genial, va a quedar muy bonito- Candy le dio la razón a Liam.
-Entonces, ¿empezamos?- propuso Louis.
-Un momento, ni se os ocurra mancharme, ¿está claro?- advirtió Zayn.
-Claro...- dijo Niall irónicamente.


*Narra Liam.

Los siete cogimos brochas y rodillos y Zayn y yo trajimos los botes de pintura. Bien, estábamos listos para pintar toda la habitación de lila. Al principio nos lo tomamos en serio, durante una hora estuvimos pintando la pared, pero luego Louis pintó a Harry en el brazo “sin querer”. En ese momento empezó la “guerra” de pintura. Aunque los que más se picaron fueron Candy y Harry, parecían estar enzarzados en su propia lucha aparte de todos los demás. Oh, por Dios, esto es un desastre, tengo que pararlo de alguna manera. Menos mal que he previsto esto y he cubierto todo el suelo y todos los muebles con plásticos. Zayn, Niall, Louis, Amanda y yo paramos en seco mientras observábamos a Candy y Harry pelearse. La verdad es que era todo tan intenso que parecía que en cualquier momento iban a besarse y se iban a empezar a enrollar ahí en medio. Estaban los dos mirándose a los ojos, a punto de que sus narices se tocaran, cuando se giraron; a la vez, y nos pillaron observándoles.

-¿Qué miráis?- preguntó Candy.
-Eh, ah, nosotros... nada... seguid a vuestro rollo- contestó Niall, estaba rojo. Harry y Candy se separaron de golpe.
-Bueno... creo que voy a... darme... una ducha- Harry se fue.
-Sí, yo... voy abajo a... beber agua- Candy bajó las escaleras.
-Genial, ya vuelven a no-hablarse.- dije.
-Chicos, tenemos que hacer algo. Se quieren y lo saben, pero ninguno de los dos quiere dar el primer paso. Hay que hacer que se queden juntos y solos en algún sitio y que hablen- propuso Zayn.
-¡Tengo una idea! Podemos organizar una cena esta noche para celebrar que nos quedamos a vivir con vosotros y después, nosotros nos vamos de fiesta y que ellos dos se queden solos en casa- se lo ocurrió a Amanda.
-Lo siento, pero no puede ser. Tenemos que respetar las normas. ¡Oh, por Dios, jamás creí que diría esto! Pero vuestros padres me lo dejaron muy claro, sobretodo el tema de los chicos- negó Louis.
-Louis, ¿quién se lo va a decir? No están aquí para verlo, así que no pasa nada si nos saltamos un poco las normas- Amanda tenía razón.

1 comentario: