*Narra Amanda.
Diez minutos después de haber
estado tan segura de que no me convencerían, allí estaba yo, vestida con una
especie de mono para no mancharme la ropa y con un cinturón de herramientas
colgado a la cintura. Preparada para meterme en un conducto de ventilación,
seguramente muy poco higiénico, genial. Mientra yo me cambiaba los chicos habían
desatornillado la ''tapa'' del conducto, los miré por última vez, con cara de
perrito abandonado, a ver si les daba pena o algo y cambiaban el plan. Pero no,
creo que tendré que mejorar mi carita de pena. En fin, vamos allá.
-Chicos, si grito o no doy señales
de vida, pedid ayuda, ¿vale?- miré dentro del conducto y me agaché para meterme
dentro.
-¡Buena suerte!- Louis no
parecía muy preocupado.
Estaba oscuro, y en cuanto
metí la cabeza me vino un fuerte olor a cerrado. Me estiré todo lo que pude y
conseguí meterme entera, iba avanzando, aunque no es que viera mucho, pero tocando
las paredes me iba orientando. Debía ir a mitad de camino, cuando noté que algo
me impedía seguir, miré hacia atrás como pude y me di cuenta de que el cinturón
de herramientas se había quedado enganchado con algo. Intenté estirar, pero no
se soltaba.
-¡¿Niall?! ¡¿Me oyes?!- grité.
-¿Amanda? ¿Qué pasa?-
respondió Niall.
-¿Puedes ayudarme? El cinturón
se ha quedado enganchado con algo y no puedo avanzar- le expliqué.
-Vale, no te muevas. Ahora
voy a ayudarte.
Oí que Niall hablaba con
Louis, pero no conseguí entender lo que decían. Empezaba a tener mucho calor
allí dentro, supongo que en parte por lo nerviosa que estaba. Entonces noté un
movimiento detrás de mí, pensé en ratas, pero luego escuché la voz de Louis a
mi espalda. También él había metido medio cuerpo en el estrecho conducto.
-Bien, Amanda, voy a intentar
sacarte. Voy a cogerte de los pies y a intentar salir. Tú no te muevas mucho, sólo
intenta ir hacia atrás- ordenó Louis.
Noté sus manos en mis
tobillos, que tiraban hacia atrás. Retrocedimos un poco, pero de repente Louis
paró.
-Louis, ¿qué pasa? ¿Por qué
te has parado?- cada vez me estaba poniendo más nerviosa.
-Pues... tenemos un pequeño
problemilla... Me he quedado atascado... mi culo no cabe por el conducto-
explicó él, avergonzado.
-¡¿Y cómo diantres has
entrado?!- le grité.
-... A presión... y ahora no
sale...- noté en su voz que se sentía fatal.
-Genial, ahora somos dos los
que estamos atascados...
-Espera, vamos a decirle a
Niall que tire de ti desde ese lado, a ver si consigue sacarte- se le ocurrió a
Louis- Tú llámale y dile que tire de ti.
-Está bien... ¿Niall?- le
llamé.
-Sí, dime- contestó Niall.
-Bueno, Louis dice que tires
de mí, a ver si consigues sacarme- le expliqué.
Oí a Niall avanzando a gatas
a través del conducto y un par de minutos después me encontré con su cara a
pocos centímetros de la mía. Estaba colorado por el esfuerzo.
-Bien hecho, Niall. ¿Ahora cómo
vas a tirar de mí si estás tan cerca?- le reñí.
-Oops, no había pensado en
ello. Espera, voy a intentar irme un poco hacia atrás- él intentó retroceder,
pero no pudo.- Creo que estamos atascados los tres...
-¡Perfecto! ¿Qué mejor manera
de pasar la noche que atascada en un conducto de ventilación con dos chicos?-
yo seguía quejándome.
-A lo mejor si no te quejaras
tanto y usaras la cabeza para pensar cómo salir de aquí...- Niall me hablaba en
un tono muy borde.
-A lo mejor si tú no te
hubieras quedado aquí encerrado...- me defendí.
-¡Tirad! ¡Vamos, chicos!-
escuché a Louis gritar. Supuse que Zayn y Liam estaban intentando tirar de él
para sacarlo, y creo que no estaba dando resultado. Pararon y estuvieron unos
diez eternos minutos en silencio.
-Louis, ¿qué está pasando?-
pregunté.
-Oh, Liam está llamando a los
bomberos y Zayn a Harry, para que venga con Candy- resumió Louis.
-¡Oh no, no llaméis a los
bomberos! ¡Qué locura! ¡No hace falta! Mejor metamos a Amanda por el conducto
de ventilación. Lo que yo he propuesto lo primero era llamar a los bomberos,
pero como nadie me ha hecho caso, aquí estamos...- me quejé.
-Caray, chica. ¡Qué carácter!
Aunque tienes razón, si hubiéramos hecho eso desde el principio, no estaríamos
así- Louis se puso de mi lado.
Estuvimos un buen rato
callados, hasta que oímos la puerta de la entrada, supuse que eran Candy y
Harry. Vale, en cuanto Candy me viera me iba a morir de vergüenza. Unos minutos
después llegaron los bomberos. Subieron al piso de arriba haciendo bastante
ruido y les escuché hablar con Liam. Después se pusieron manos a la obra.
Primero sacaron a Louis del conducto, después se acercaron a la puerta del desván
y la tiraron abajo con un gran estrépito para sacar a Niall. Pero yo seguía
dentro, cada vez más agobiada, notando que me faltaba el oxígeno. Entonces uno
de los bomberos se introdujo como pudo el conducto, desenganchó el cinturón y
me ayudó a salir. En cuanto estuve fuera me di cuenta de que el bombero que me
había ayudado a salir era un chico de unos 20 años, alto, moreno y con unos
ojos verdes muy bonitos. También tenía una sonrisa perfecta, con la que me
recibió al salir de mi prisión. Intenté devolverle la sonrisa, pero estaba tan
avergonzada que me salió una mueca rara.
-¿Estás bien?- el bombero me
hablaba a mí.
-Eh, sí. Gracias por salvarme
de pasar la noche en ese conducto- yo tenía cara de tonta, ¡qué vergüenza!
-Bueno, es mi trabajo. -me
sonrió- ¿Quieres que te deje mi número por si un día de estos necesitas que
alguien te salve?
-Sí, apúntamelo aquí- le miré
y le sonreí. Le di mi iPhone para que escribiera su número.
-Venga, chaval, deja de
ligar. Nos vamos- le llamó el otro bombero, cuarentón y con bastante barriga.
El chico empezó a caminar
para irse, pero se detuvo, se giró y usando su mano como si fuera un teléfono
llevándoselo a la oreja, movió la boca sin hablar para decir ''Llámame''. En
cuanto se hubieron ido, como esperaba, Candy comenzó a preguntarme sobre el
bombero.
-¡Qué fuerte! ¡Amanda
Michelena Sans! ¡Un bombero guapísimo te acaba de dar su número! ¡Llámalo! ¿A
qué esperas?- Candy, como siempre, se entusiasmaba cuando el tema eran los
chicos.
-Candy, tranquila. Ahora está
de servicio, mañana le llamaré. ¡A que era guapo! ¡¿Has visto qué ojos?! ¡Y qué
sonrisa! Por no hablar de sus músculos...- yo también empezaba a emocionarme. La
verdad es que el chico sí que era guapísimo.
-Chicas, chicas. Ese bombero
no era nada comparado conmigo- bromeó Louis.
-¿Podemos dejar al bombero
tranquilo?- Niall parecía molesto.
-Es que es tan guapo,
apuesto, fuerte y con esa sonrisa- Zayn bromeaba, intentando enfadar a Niall.
-Sí, y con esos ojos de color
esmeralda- Louis siguió.
-Cuando queráis hablar de
algo interesante, estaré abajo- Niall se fue.
-¿Qué mosca le ha picado?-
pregunté.
-No sé, pero luego hablaré
con él- respondió Liam.
-Por cierto, Candy, ¿qué tal
habéis estado?- dije.
-Oh, nosotros muy bien. Hemos
estado hablando, con Harry me lo paso genial- por el momento me dijo eso, pero
estaba segura de que cuando estuviéramos a solas, me lo contaría todo.- ¡¿Ya
son las doce?! Amanda, tenemos que volver.
-Y, ¿cómo se supone que vais
a entrar?- dijo Harry.
-Pues no sé, pero mañana es
lunes, tenemos clase- recordé.
-Mierda, siempre tenemos el
mismo problema. Pues esta vez creo que nos va a tocar aguantar el castigo que
nos pongan- Candy se resignó.
-Si queréis podéis dormir aquí.
-ofreció Harry- Ahora ya nos conocemos un poco más.
-Vosotros también tenéis que
ir mañana a la universidad, ¿no?- pregunté.
-Sí. ¿Vosotras tenéis clase
de Química mañana por la mañana?- dijo Zayn.
-Yo tengo Literatura, pero
Amanda si tiene Química- contestó Candy.
-Entonces Louis y yo acompañaremos
a Candy a Literatura, que nuestra clase está al lado. Y Amanda puede ir con
Zayn, Liam y Niall, que tienen Física- resolvió Harry.
-Y, ¿dónde dormimos?- yo no
estaba muy convencida.
-Yo puedo dormir con Harry,
así que podéis usar mi cama- propuso Louis.
-Bueno, vamos a preguntarle a
Niall si le parece bien.
Los seis bajamos las
escaleras dirigiéndonos hacia el salón. Cuando llegamos encontramos a Niall
enfurruñado en el sofá, con mala cara. De verdad, este chico cambia de humor
repentinamente.
-Niall, ¿te importa que Candy
y Amanda pasen la noche aquí?- le preguntó Zayn.
-¿Aquí? ¿Las dos? ¿Dónde van
a dormir?- no le hizo mucha gracia.
-Yo dormiré con Harry y ellas
pueden dormir en mi cama- explicó Louis.
-Pero mañana hay clases, ¿no
van a ir?- él seguía poniendo pegas.
-Amanda tiene Química, como
vosotros, y Candy va a Literatura conmigo- Louis le invalidaba todos los
''pero''.
-Bueno... está bien. Pero a mí
no me liéis, que duerman en tu cuarto y que no molesten- Niall al final accedió.
-Uff, menos mal. Ya me veía
intentando entrar por la ventana- agradeció Candy.
-Sólo hay otro problema... no
tenemos pijama...- recordé.
-No te preocupes, os
dejaremos una camiseta grande para que podáis dormir- resolvió Liam.
-Vale, entonces perfecto.
Bueno, es tarde, creo que va siendo hora de que nos vayamos a dormir- sugerí.
-Okey, esperad un momento que
os bajo unas camisetas. Podéis ir al baño a ponéroslas, está aquí abajo a la
derecha- Liam fue a buscar nuestro improvisado pijama.
Candy y yo esperamos sentadas
en el sofá. Liam nos dio las camisetas y fuimos al baño a cambiarnos. Una vez
listas, Louis nos explicó cuál era su habitación y dónde estaba el baño de
arriba. Nosotras subimos y mientras yo iba a la habitación, Candy fue al baño. No
estaba muy segura de cuál era la habitación de Louis, porque en el piso de
arriba había un montón de puertas, así que entré en la que me pareció que era
la suya. Estuve esperando a que Candy viniera, pero había pasado una media hora
y no llegaba, así que fui a buscarla. Cuando salí de la habitación estaba todo
oscuro, y no se me ocurrió nada mejor que ponerme a gatas para ir tocando el
suelo, ya que no tenía ni idea de dónde estaba el interruptor de la luz. Genial,
no sé cómo lo hago, pero desde que estoy en esta casa me han pasado un montón
de cosas. Me sentía absolutamente ridícula en esa posición, si cualquiera me
viera... Al fin encontré el baño y entré a lavarme un poco los dientes, como
pude, porque no tenía cepillo. Salí y entré en la habitación en la que había
estado esperando a Candy, vi que había un bulto en la cama y, pensando que ya
estaba dormida, me metí intentando no hacer ruido. Al fin Candy había vuelto, ¿qué
habría estado haciendo? Bueno, tenía tanto sueño que me importaba poco.
-Candy, ¿dónde estabas? ¡Pensaba
que habías ido al baño! He salido de la habitación a buscarte y he tenido que
ir a gatas por el pasillo porque no veía nada- le expliqué mientras me cubría
con el edredón.
*Narra Candy.
Estaba en la cama metida,
cuando oí que la puerta se abría, al fin llegaba Amanda. Cuando volví del baño
no estaba, así que la esperé. Aunque estaba oscuro, creo que pude distinguir
uno de sus rizos en la oscuridad, de modo que no le di más importancia, me di
la vuelta y caí dormida.
*Narra Amanda.
-Candy, ¿ya estás dormida? Bueno,
no te molesto más, pero te doy un abrazo de buenas noches, ¿vale?- ella no
contestaba, así que me acerqué y le di un abrazo.
*Narra Candy.
Estaba a punto de dormirme
cuando noté que alguien me abrazaba por la espalda. Qué cariñosa es Amanda,
siempre me da un abrazo de buenas noches. Desde pequeñas tenemos esa costumbre,
realmente la quiero mucho, es mi mejor amiga desde... no sé, desde siempre.
*Narra Amanda.
Estaba a punto de soltar a
Candy para girarme a dormir cuando de repente...
-¡¿Se puede saber qué
haces?!- me gritó alguien. Ese alguien encendió la luz... era Niall.
-¿Pero qué haces tú aquí? ¡Se
supone que aquí dormimos Candy y yo!- le grité mientras me sentaba en la cama.
-No, bonita, ésta es mi
habitación, la de Louis es la de al lado. Y no mientas, que estoy seguro de que
has venido aquí sólo para abrazarme- él se lo tomaba a broma.
-Sí, claro. No tengo nada
mejor que hacer que abrazarte.
-Sí, se empieza con un
abrazo. Pero al final siempre se acaban enamorando de mí- él se las dio de ligón
con un insufrible aire de superioridad.
-¿Ah, si? Bueno, puedes estar
tranquilo, no voy a enamorarme de ti, te lo aseguro.
-Acabarás haciéndolo, ya lo
verás.
-Tal vez seas tú el que se
enamore de mi. Deberías saber que ningún chico se ha resistido a mis encantos. Jamás.
-Oh, no. Te aseguro que no
caeré en ''tus encantos''. No eres mi tipo.
-Bueno, al menos estamos de
acuerdo en algo, no soy tu tipo; en realidad soy demasiado para ti- me burlé.
-¿Eso crees? Pues estoy
seguro de que si ahora te besara, ya estarías total y perdidamente enamorada de
mi- él se acercaba cada vez más, a la vez que yo retrocedía.
-¡Sigue soñando!- seguía
yendo hacia atrás, hasta que me encontré con la pared y me acorraló.
-¿Sí? ¿Estás segura?- él se
fue acercando hacia mí, despacio, pero con un aire decidido. Me tenía a su
merced, no había manera de escapar.
*Narra Candy.
-Amanda, puedes soltarme ya. Es
suficiente con el abrazo que me has dado...- estaba confusa.
-Tú, tan solo déjate llevar.
-Vale, me parece que tú no
eres exactamente Amanda, a no ser que se te haya puesto la voz muy ronca de
repente... ¿Quién eres?- el chico misterioso seguía acercándose hacia mí,
notaba su respiración muy cerca.
-No preguntes, simplemente
diviértete- fui palpando la pared hasta que encontré el interruptor de la luz. La
encendí y me quedé asombrada, el chico misterioso era...
No hay comentarios:
Publicar un comentario