lunes, 14 de enero de 2013

CAP #4



*Narra Amanda.

Candy y yo nos separamos de la pared húmeda del vestuario.

-¡¿Cómo se atreve ese rubiales engreído a hablar así de mí?! ¡Casi no me conoce y se da el derecho de criticarme de esa manera! ¡Será insolente! ¡Maleducado!- seguí despotricando y gritando.
-Amanda, Amanda, tranquilízate. No estamos seguras de si hablaba de ti o de cualquier otra chica- intentó calmarme Candy.
-¿No? A ver, una chica que le acaban de presentar, que es morena, de pelo rizado. ¡Como no le hayan presentado a mi hermana gemela secreta, definitivamente hablaban de mí! ¡Es que no lo entiendo! ¡¿Por qué **** va a decir eso de mí?! ¡No soy arrogante, antipática...!- seguí gritando. Aunque creo que Candy ya no me escuchaba, ya que parecía haber desconectado. Suele hacerlo cuando empiezo a gritar cosas sin sentido y que no llevan a ninguna conclusión.
-Amanda, por favor. ¡Para! Además, si hablaba de ti ¿qué más te da?- dijo Candy.
-Eh, no, si a mí me da igual...no me afecta en absoluto lo que ese rubiales diga de mí. Buff, es que paso mil, me da exactamente igual- me defendí.
-Bueno, entonces deja el tema. No le des más importancia. Pasa de él y ya está, no tenéis por qué ser amigos- agregó Candy muy tranquilamente.

Seguimos hablando de toda la experiencia de los delfines y de lo mucho que nos había gustado, mientras nos vestíamos. Cuando acabamos de recoger todas nuestras cosas salimos a la sala por donde habíamos entrado para salir al exterior e ir a por los coches. Durante todo el camino estuve pensando en todo lo que había ocurrido con Niall y lo que habíamos escuchado en el vestuario. Estaba furiosa, no me cabía en la cabeza por qué decía eso. Pero, bueno, iba a dejar de pensar en el tema y no darle más importancia. Cuando llegamos al parking me fui a subir al coche de Louis, que es en el que habíamos venido, pero como los padres de Zayn le habían dado un montón de cajas para que se las llevara en el coche de Louis, una persona tenía que ir en el coche de Niall. Louis dijo que si me apetecía ir a mí porque eso nos daría la oportunidad de conocernos más y hablar. (Supongo que Louis pensó que por el incidente sucedido con Niall, nos vendría bien conocernos un poco mejor para intentar llevarnos bien.)

-¿Yo? Emm, puede ir Liam. Sois amigos... así hablaréis y todo eso- dije con cero ganas de ir en el coche con ese individuo.
-No, así habláis y "empezáis de nuevo". Así será como si el incidente no hubiera ocurrido y os conociérais por primera vez.-dijo Liam muy convencido, a pesar de mi mala cara.
-No es una mala idea, así me podré presentar como Niall Horan, no como el chico-sinvergüenza-que-ha-entrado-en-tu-vestuario-mientras-te-cambiabas- añadió Niall con una sonrisa que nadie podría rechazar.
-Está bien, pero vas a tener que llevarme a las residencias de la universidad- exigí yo, accediendo a regañadientes.

Todos montaron en los coches y yo subí al coche de Niall, quien por lo visto no tenía ni idea de dónde estaban las residencias femeninas de la universidad, así que yo tendría que explicarle todo el camino para llegar hasta allí. Aunque yo tampoco lo tenía muy claro, ya que siempre era Candy la que conducía, pero seguro que sabría llegar.
Durante medio trayecto ninguno de los dos dijo nada y nos limitamos a escuchar la radio. De vez en cuando uno de los dos musitaba algo así como "Oh, esta canción me gusta". Pero, aparte de eso, nada más. Empezamos a hablar un poco cuando él me preguntaba qué carretera tomar y yo me limitaba a responder.

*Narra Candy.

Íbamos los cuatro en el coche de Louis un poco apretados, pero a gusto, hablando y riendo. Me pregunté cómo estaría Amanda en el coche a solas con el rubiales al que tanta antipatía había cogido. Estaba tan sumergida en mis propios pensamientos y en lo que hablaban los chicos, que para cuando me di cuenta ya habíamos llegado a una casa. Era una vivienda unifamiliar, grande y con un bonito jardín delantero. Aparcamos el coche y todos bajamos.

-¿Dónde estamos?- pregunté.
-Oh, hemos pasado por casa antes de dejarte en la universidad. Solo será un momento, queríamos ver si Harry está bien. Porque no contesta al teléfono y no ha dado señales de vida, y estamos un poco preocupados- explicó Louis, bastante apurado.
-Oh, genial. Ningún problema, de todas maneras es pronto, así que no tengo prisa en volver- respondí.

Liam sacó las llaves y abrió la puerta. El recibidor de la casa era espacioso y estaba muy bien decorado y además estaba recogido. (Cosa que no me esperaba, ya que allí viven cinco chicos). Entramos todos y mientras íbamos avanzando por las habitaciones, nos dimos cuenta de que estaba toda la casa a oscuras. Noté que Louis se ponía un poco tenso, al no ver a su compañero. Los chicos se distribuyeron por la casa para buscarlo, y yo quería ayudar, pero como no conocía a Harry, no tenía ni idea de cómo era, así que me quedé con Louis. Fuimos mirando habitación por habitación hasta que llegamos al salón, donde la televisión estaba encendida y la película ‘Titanic’ estaba puesta.

-¿Harry? ¡Hareeeeeeeh! -gritó Louis lleno de alegría- ¡Estás aquí! ¡Oh, Dios mío, estaba súper preocupado! No has contestado ninguna de mis llamadas- Harry estaba tirado en el sofá con un paquete de pañuelos y un bol lleno de palomitas con chocolate por encima-. Harry, vamos. No quiero que estés llorando por ella- se acercó Louis.
-Vamos Boo Bear, calla- dijo Harry entre sollozos-. Esta es la parte más interesante. Está a punto de hundirse el barco. ¡¿Por qué el mundo es tan cruel?!- Harry empezó a llorar y a sonarse la nariz.
-Harry, cómo se te ocurre ver esta película estando así de sensible. Oh, pequeño. No te preocupes, todo saldrá bien- le consoló Louis.
Yo, mientras, alucinaba en colores. Solamente presenciar esa escena, ya era raro. Un tío llorando desesperadamente al ver 'Titanic' y otro intentando consolarle. La verdad es que siempre me había imaginado esta escena con chicas. Pero, en fin, supongo que el chico está sensible.
-¡No me digas que se solucionará! ¡El chico va a morir! ¡¿Por qué es el amor tan cruel?!- siguió llorando Harry.
Entonces no pude contenerme y estornudé.
-¿Eh? ¿Quién está ahí? ¡¿Quién eres tú?! ¡¿Por qué estás en mi casa presenciando uno de los momentos más patéticos de mi vida?! ¡Louis!- el chico se puso muy nervioso al darse cuenta de que estaba detrás suyo. Supongo que le dio vergüenza.
-Emm, yo... lo siento. Soy una amiga de Louis, no quería molestarte. Louis, creo que será mejor que llame a un taxi y me vaya, tu amigo te necesita- dije, sintiéndome fatal por el pobre chico.
-Oh, no. Candy, quédate. A Harry le vendrá bien tu compañía. Hace semanas que no habla con una mujer, no parece él. Necesita recuperarse, y tú serás su tratamiento- decidió Louis en tono burlón.
-Louis, lo digo en serio. No creo que a tu amigo le haga mucha gracia verme por aquí, así como está- me defendí.
-Ejem... -el chico se incorporó en el sofá-. Yo estoy perfectamente. No me pasa absolutamente nada. Es más, puedes quedarte si te apetece- dijo, muy convencido.
-¡Hazza! ¿Y esta repentina actitud? Candy, vas a tener que venir más a menudo, has reanimado a Harry- exclamó Louis sorprendido por la reacción de su amigo.
-Hahaha. Bueno, en tal caso, estaré encantada de venir siempre que me invitéis. Os aseguro que llegaréis a suplicarme que no vuelva más, hahaha- dije entre risas. Y entonces me pareció ver el asomo de una sonrisa, una espectacular sonrisa, en el rostro del chico triste, que encendió una lamparita que había junto al sofá. Fue en ese momento cuando pude ver la belleza que la oscuridad me había impedido ver. Me fijé, sobre todo, en sus ojos verdes. Preciosos. Tenía un cabello rizado y oscuro del que me enamoré nada más verlo, ¡caray, vaya pelo! En general, tenía unas facciones muy agradables a la vista, por decirlo de alguna manera.
Sentí cómo me ruborizaba cuando me quedé mirándole con cara de idiota y él se giró y me pilló embobada. ¡Qué vergüenza! Enseguida giré la cabeza e hice como que miraba un cuadro con cara de fascinación. Entonces escuché una risita traviesa y supe al momento que se trataba de Louis.

-¿Qué te parece tan gracioso?- preguntó Harry.
-Nada, es solo que... Candy, disimulas fatal- dijo Louis.
-¿Eh? ¿Yo? Lo siento, estaba absorta contemplando ese magnífico cuadro- repliqué haciéndome la loca.
-Si... más bien contemplabas otra cosa. Hahaha. Harry, de veras creo que le has causado una muy buena impresión a Candy- bromeó Louis.
-¿Qué? Bueno Lou, no sé a qué te refieres. Pero da igual. Candy, ¿verdad?- yo asentí, todavía un poco ruborizada. -¿Quieres tomar algo?- siguió Harry.
-Oh, no, gracias- contesté yo mirando a otra parte para que no me viera toda colorada.
-Está bien. Louis, ¿tú quieres algo?- dijo Harry.
-Sí, puedes traer, emm ¿una lata de Coca-cola?- pidió Louis.
-Sí, ahora vuelvo.-dijo Harry mientras salía de la habitación.
-Candy, por Dios. Sólo ha faltado que Harry se iluminara en luces de neón y que tú lo señalaras. Porque más disimulada mirándolo no podías ser- dijo Louis en un tono sarcástico.
-Pero, ¡¿qué dices?! Yo no le estaba mirando, solamente estaba pensando en mis cosas y me he quedado embobada- me estaba justificado cuando. justo en ese momento, entraron Liam y Zayn por la puerta.
-Chicos, a Candy le gusta Harry. Se ha quedado mirándolo fijamente- cotilleó Louis a los chicos.
-¿Qué? ¿En serio?- Liam parecía sorprendido.
-¡Qué fuerte! ¿Harry? ¿De verdad?- se asombró Zayn.
-No, no, no. Chicos, no es lo que pensáis. No me gusta Harry. Primero, no lo conozco, y segundo... ¡no me gusta!- me expliqué muy nerviosa porque podía llegar Harry y escuchar esta conversación.
-¡Pero si te he pillado comiéndotelo con los ojos!- insistía Louis, quien parecía divertirse mucho con los comentarios atrevidos que soltaba. Entonces llegó Harry y de repente todos se callaron.
-¿Qué pasa? ¿Por qué os calláis?- preguntó él extrañado.
-Emm... nada. Hablábamos- disimuló Liam, que miró a Zayn para que continuara hablando.
-Sólo hablábamos de... gatos...- siguió Zayn y miró a Louis.
-Sí, eso... gatos. Le preguntábamos a Candy cuál es su... raza favorita- intercedió Louis, que me dejó el marrón a mí.
-¿Ah, sí? A mí me encantan los gatos. ¿Cuál es tu favorito?
-Pues... emm... ese que es... ¿peludo?- improvisé yo. No tengo ni idea de gatos. ¡Voy a matar a Louis!
-¿Los persas?- preguntó Harry emocionado.
-¡Sí, exacto, esos!- lancé yo, aliviada porque Harry no hubiera notado que no tenía ni idea de gatos.
-Ah, a mí me encantan. Es una raza preciosa y muy sociables- dijo Harry.
-Sí, son... muy bonitos. Bueeeeeno... hablando de gatos, ¿no deberíamos llamar a Amanda para saber si ya ha llegado?- cambié de tema.
-No te preocupes, seguro que ahora está en vuestra habitación pasándoselo genial con Niall- intervinno Liam.
-No creo que se lo esté pasando genial, precisamente- dije yo, pensando en lo que Amanda opinaba sobre Niall.
-¿Por qué lo dices? Niall es un chico realmente simpático- quiso saber Zayn, defendiendo a su amigo.
-Bueno, no es raro que a Amanda le caiga mal Niall cuando éste ha dicho lo que ha dicho de ella- confesé yo.
-Pero, ¿qué ha dicho de ella? Que yo sepa, Niall no ha dicho nada sobre Amanda- Louis estaba extrañado.
-Bueno, resulta que cuando estábamos en el vestuario del acuárium, os escuchamos hablar a través de la pared. Y Niall decía de ella que era la chica más necia, egoísta, arrogante, antipática e insolente que había conocido en su vida. Bueno, a Amanda no le hizo mucha gracia eso- lo solté todo.
-¡¿Qué?! ¡Niall no ha dicho eso de Amanda! ¡¿De dónde se ha sacado eso?!- Louis parecía indignado.
-Ah, puede ser que nos escucharais hablando sobre una amiga de Perrie que le presenté a Niall anteayer. Es una chica morena con el pelo rizado, un poco parecida, físicamente, a Amanda. Pero te aseguro que en cuanto a personalidad no hay nada que ver, Amanda es muy buena chica y muy simpática. Tal vez se confundiera. De hecho Niall piensa todo lo contrario sobre Amanda- Zayn vio la confusión.
-¡Oops! Pues Amanda ahora mismo me temo que odia un poco a Niall por eso. Pero bueno, no creo que le diga nada -me preocupaba-. Y, por cierto, ¿qué piensa Niall de ella?
-Emm, es que no te lo puedo decir, solo lo sabemos los chicos. Niall es bastante reservado en cuanto a sus sentimientos, así que no creo que le hiciera mucha gracia que te lo contáramos- Liam siempre tan caballeroso.
-Bueno, está bien. Si él es así, no insistiré. Aunque no voy a negar que siento mucha curiosidad. Hehe- confesé yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario