*Narra Amanda.
Candy y yo nos separamos de
la pared húmeda del vestuario.
-¡¿Cómo se atreve ese
rubiales engreído a hablar así de mí?! ¡Casi no me conoce y se da el derecho de
criticarme de esa manera! ¡Será insolente! ¡Maleducado!- seguí despotricando y
gritando.
-Amanda, Amanda, tranquilízate.
No estamos seguras de si hablaba de ti o de cualquier otra chica- intentó
calmarme Candy.
-¿No? A ver, una chica que le
acaban de presentar, que es morena, de pelo rizado. ¡Como no le hayan
presentado a mi hermana gemela secreta, definitivamente hablaban de mí! ¡Es que
no lo entiendo! ¡¿Por qué **** va a decir eso de mí?! ¡No soy arrogante, antipática...!-
seguí gritando. Aunque creo que Candy ya no me escuchaba, ya que parecía haber
desconectado. Suele hacerlo cuando empiezo a gritar cosas sin sentido y que no
llevan a ninguna conclusión.
-Amanda, por favor. ¡Para!
Además, si hablaba de ti ¿qué más te da?- dijo Candy.
-Eh, no, si a mí me da
igual...no me afecta en absoluto lo que ese rubiales diga de mí. Buff, es que
paso mil, me da exactamente igual- me defendí.
-Bueno, entonces deja el
tema. No le des más importancia. Pasa de él y ya está, no tenéis por qué ser
amigos- agregó Candy muy tranquilamente.
Seguimos hablando de toda la
experiencia de los delfines y de lo mucho que nos había gustado, mientras nos
vestíamos. Cuando acabamos de recoger todas nuestras cosas salimos a la sala
por donde habíamos entrado para salir al exterior e ir a por los coches. Durante
todo el camino estuve pensando en todo lo que había ocurrido con Niall y lo que
habíamos escuchado en el vestuario. Estaba furiosa, no me cabía en la cabeza
por qué decía eso. Pero, bueno, iba a dejar de pensar en el tema y no darle más
importancia. Cuando llegamos al parking me fui a subir al coche de Louis, que
es en el que habíamos venido, pero como los padres de Zayn le habían dado un
montón de cajas para que se las llevara en el coche de Louis, una persona tenía
que ir en el coche de Niall. Louis dijo que si me apetecía ir a mí porque eso
nos daría la oportunidad de conocernos más y hablar. (Supongo que Louis pensó
que por el incidente sucedido con Niall, nos vendría bien conocernos un poco
mejor para intentar llevarnos bien.)
-¿Yo? Emm, puede ir Liam. Sois
amigos... así hablaréis y todo eso- dije con cero ganas de ir en el coche con
ese individuo.
-No, así habláis y
"empezáis de nuevo". Así será como si el incidente no hubiera
ocurrido y os conociérais por primera vez.-dijo Liam muy convencido, a pesar de
mi mala cara.
-No es una mala idea, así me
podré presentar como Niall Horan, no como el chico-sinvergüenza-que-ha-entrado-en-tu-vestuario-mientras-te-cambiabas-
añadió Niall con una sonrisa que nadie podría rechazar.
-Está bien, pero vas a tener
que llevarme a las residencias de la universidad- exigí yo, accediendo a regañadientes.
Todos montaron en los coches
y yo subí al coche de Niall, quien por lo visto no tenía ni idea de dónde
estaban las residencias femeninas de la universidad, así que yo tendría que
explicarle todo el camino para llegar hasta allí. Aunque yo tampoco lo tenía
muy claro, ya que siempre era Candy la que conducía, pero seguro que sabría
llegar.
Durante medio trayecto
ninguno de los dos dijo nada y nos limitamos a escuchar la radio. De vez en
cuando uno de los dos musitaba algo así como "Oh, esta canción me
gusta". Pero, aparte de eso, nada más. Empezamos a hablar un poco cuando él
me preguntaba qué carretera tomar y yo me limitaba a responder.
*Narra Candy.
Íbamos los cuatro en el coche
de Louis un poco apretados, pero a gusto, hablando y riendo. Me pregunté cómo
estaría Amanda en el coche a solas con el rubiales al que tanta antipatía había
cogido. Estaba tan sumergida en mis propios pensamientos y en lo que hablaban
los chicos, que para cuando me di cuenta ya habíamos llegado a una casa. Era
una vivienda unifamiliar, grande y con un bonito jardín delantero. Aparcamos el
coche y todos bajamos.
-¿Dónde estamos?- pregunté.
-Oh, hemos pasado por casa
antes de dejarte en la universidad. Solo será un momento, queríamos ver si
Harry está bien. Porque no contesta al teléfono y no ha dado señales de vida, y
estamos un poco preocupados- explicó Louis, bastante apurado.
-Oh, genial. Ningún problema,
de todas maneras es pronto, así que no tengo prisa en volver- respondí.
Liam sacó las llaves y abrió
la puerta. El recibidor de la casa era espacioso y estaba muy bien decorado y
además estaba recogido. (Cosa que no me esperaba, ya que allí viven cinco
chicos). Entramos todos y mientras íbamos avanzando por las habitaciones, nos
dimos cuenta de que estaba toda la casa a oscuras. Noté que Louis se ponía un
poco tenso, al no ver a su compañero. Los chicos se distribuyeron por la casa
para buscarlo, y yo quería ayudar, pero como no conocía a Harry, no tenía ni
idea de cómo era, así que me quedé con Louis. Fuimos mirando habitación por
habitación hasta que llegamos al salón, donde la televisión estaba encendida y
la película ‘Titanic’ estaba puesta.
-¿Harry? ¡Hareeeeeeeh! -gritó
Louis lleno de alegría- ¡Estás aquí! ¡Oh, Dios mío, estaba súper preocupado! No
has contestado ninguna de mis llamadas- Harry estaba tirado en el sofá con un
paquete de pañuelos y un bol lleno de palomitas con chocolate por encima-. Harry,
vamos. No quiero que estés llorando por ella- se acercó Louis.
-Vamos Boo Bear, calla- dijo
Harry entre sollozos-. Esta es la parte más interesante. Está a punto de
hundirse el barco. ¡¿Por qué el mundo es tan cruel?!- Harry empezó a llorar y a
sonarse la nariz.
-Harry, cómo se te ocurre ver
esta película estando así de sensible. Oh, pequeño. No te preocupes, todo saldrá
bien- le consoló Louis.
Yo, mientras, alucinaba en
colores. Solamente presenciar esa escena, ya era raro. Un tío llorando
desesperadamente al ver 'Titanic' y otro intentando consolarle. La verdad es
que siempre me había imaginado esta escena con chicas. Pero, en fin, supongo
que el chico está sensible.
-¡No me digas que se
solucionará! ¡El chico va a morir! ¡¿Por qué es el amor tan cruel?!- siguió
llorando Harry.
Entonces no pude contenerme y
estornudé.
-¿Eh? ¿Quién está ahí? ¡¿Quién
eres tú?! ¡¿Por qué estás en mi casa presenciando uno de los momentos más patéticos
de mi vida?! ¡Louis!- el chico se puso muy nervioso al darse cuenta de que
estaba detrás suyo. Supongo que le dio vergüenza.
-Emm, yo... lo siento. Soy
una amiga de Louis, no quería molestarte. Louis, creo que será mejor que llame
a un taxi y me vaya, tu amigo te necesita- dije, sintiéndome fatal por el pobre
chico.
-Oh, no. Candy, quédate. A
Harry le vendrá bien tu compañía. Hace semanas que no habla con una mujer, no
parece él. Necesita recuperarse, y tú serás su tratamiento- decidió Louis en
tono burlón.
-Louis, lo digo en serio. No
creo que a tu amigo le haga mucha gracia verme por aquí, así como está- me
defendí.
-Ejem... -el chico se
incorporó en el sofá-. Yo estoy perfectamente. No me pasa absolutamente nada. Es
más, puedes quedarte si te apetece- dijo, muy convencido.
-¡Hazza! ¿Y esta repentina
actitud? Candy, vas a tener que venir más a menudo, has reanimado a Harry-
exclamó Louis sorprendido por la reacción de su amigo.
-Hahaha. Bueno, en tal caso,
estaré encantada de venir siempre que me invitéis. Os aseguro que llegaréis a
suplicarme que no vuelva más, hahaha- dije entre risas. Y entonces me pareció
ver el asomo de una sonrisa, una espectacular sonrisa, en el rostro del chico
triste, que encendió una lamparita que había junto al sofá. Fue en ese momento
cuando pude ver la belleza que la oscuridad me había impedido ver. Me fijé,
sobre todo, en sus ojos verdes. Preciosos. Tenía un cabello rizado y oscuro del
que me enamoré nada más verlo, ¡caray, vaya pelo! En general, tenía unas facciones
muy agradables a la vista, por decirlo de alguna manera.
Sentí cómo me ruborizaba
cuando me quedé mirándole con cara de idiota y él se giró y me pilló embobada. ¡Qué
vergüenza! Enseguida giré la cabeza e hice como que miraba un cuadro con cara
de fascinación. Entonces escuché una risita traviesa y supe al momento que se
trataba de Louis.
-¿Qué te parece tan
gracioso?- preguntó Harry.
-Nada, es solo que... Candy,
disimulas fatal- dijo Louis.
-¿Eh? ¿Yo? Lo siento, estaba
absorta contemplando ese magnífico cuadro- repliqué haciéndome la loca.
-Si... más bien contemplabas
otra cosa. Hahaha. Harry, de veras creo que le has causado una muy buena
impresión a Candy- bromeó Louis.
-¿Qué? Bueno Lou, no sé a qué
te refieres. Pero da igual. Candy, ¿verdad?- yo asentí, todavía un poco
ruborizada. -¿Quieres tomar algo?- siguió Harry.
-Oh, no, gracias- contesté yo
mirando a otra parte para que no me viera toda colorada.
-Está bien. Louis, ¿tú
quieres algo?- dijo Harry.
-Sí, puedes traer, emm ¿una
lata de Coca-cola?- pidió Louis.
-Sí, ahora vuelvo.-dijo Harry
mientras salía de la habitación.
-Candy, por Dios. Sólo ha
faltado que Harry se iluminara en luces de neón y que tú lo señalaras. Porque más
disimulada mirándolo no podías ser- dijo Louis en un tono sarcástico.
-Pero, ¡¿qué dices?! Yo no le
estaba mirando, solamente estaba pensando en mis cosas y me he quedado
embobada- me estaba justificado cuando. justo en ese momento, entraron Liam y
Zayn por la puerta.
-Chicos, a Candy le gusta
Harry. Se ha quedado mirándolo fijamente- cotilleó Louis a los chicos.
-¿Qué? ¿En serio?- Liam parecía
sorprendido.
-¡Qué fuerte! ¿Harry? ¿De
verdad?- se asombró Zayn.
-No, no, no. Chicos, no es lo
que pensáis. No me gusta Harry. Primero, no lo conozco, y segundo... ¡no me
gusta!- me expliqué muy nerviosa porque podía llegar Harry y escuchar esta
conversación.
-¡Pero si te he pillado comiéndotelo
con los ojos!- insistía Louis, quien parecía divertirse mucho con los
comentarios atrevidos que soltaba. Entonces llegó Harry y de repente todos se
callaron.
-¿Qué pasa? ¿Por qué os calláis?-
preguntó él extrañado.
-Emm... nada. Hablábamos-
disimuló Liam, que miró a Zayn para que continuara hablando.
-Sólo hablábamos de...
gatos...- siguió Zayn y miró a Louis.
-Sí, eso... gatos. Le preguntábamos
a Candy cuál es su... raza favorita- intercedió Louis, que me dejó el marrón a
mí.
-¿Ah, sí? A mí me encantan
los gatos. ¿Cuál es tu favorito?
-Pues... emm... ese que es...
¿peludo?- improvisé yo. No tengo ni idea de gatos. ¡Voy a matar a Louis!
-¿Los persas?- preguntó Harry
emocionado.
-¡Sí, exacto, esos!- lancé
yo, aliviada porque Harry no hubiera notado que no tenía ni idea de gatos.
-Ah, a mí me encantan. Es una
raza preciosa y muy sociables- dijo Harry.
-Sí, son... muy bonitos.
Bueeeeeno... hablando de gatos, ¿no deberíamos llamar a Amanda para saber si ya
ha llegado?- cambié de tema.
-No te preocupes, seguro que
ahora está en vuestra habitación pasándoselo genial con Niall- intervinno Liam.
-No creo que se lo esté
pasando genial, precisamente- dije yo, pensando en lo que Amanda opinaba sobre
Niall.
-¿Por qué lo dices? Niall es
un chico realmente simpático- quiso saber Zayn, defendiendo a su amigo.
-Bueno, no es raro que a
Amanda le caiga mal Niall cuando éste ha dicho lo que ha dicho de ella- confesé
yo.
-Pero, ¿qué ha dicho de ella?
Que yo sepa, Niall no ha dicho nada sobre Amanda- Louis estaba extrañado.
-Bueno, resulta que cuando
estábamos en el vestuario del acuárium, os escuchamos hablar a través de la
pared. Y Niall decía de ella que era la chica más necia, egoísta, arrogante,
antipática e insolente que había conocido en su vida. Bueno, a Amanda no le
hizo mucha gracia eso- lo solté todo.
-¡¿Qué?! ¡Niall no ha dicho
eso de Amanda! ¡¿De dónde se ha sacado eso?!- Louis parecía indignado.
-Ah, puede ser que nos
escucharais hablando sobre una amiga de Perrie que le presenté a Niall
anteayer. Es una chica morena con el pelo rizado, un poco parecida, físicamente,
a Amanda. Pero te aseguro que en cuanto a personalidad no hay nada que ver,
Amanda es muy buena chica y muy simpática. Tal vez se confundiera. De hecho
Niall piensa todo lo contrario sobre Amanda- Zayn vio la confusión.
-¡Oops! Pues Amanda ahora
mismo me temo que odia un poco a Niall por eso. Pero bueno, no creo que le diga
nada -me preocupaba-. Y, por cierto, ¿qué piensa Niall de ella?
-Emm, es que no te lo puedo
decir, solo lo sabemos los chicos. Niall es bastante reservado en cuanto a sus
sentimientos, así que no creo que le hiciera mucha gracia que te lo contáramos-
Liam siempre tan caballeroso.
-Bueno, está bien. Si él es
así, no insistiré. Aunque no voy a negar que siento mucha curiosidad. Hehe-
confesé yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario