sábado, 12 de enero de 2013

CAP #6


*Narra Amanda

El sol entró por la ventana del coche y me dio de lleno en la cara, así que intenté abrir los ojos, aunque me costaba mucho, ya que había dormido fatal y tenía mucho sueño. El final conseguí abrirlos, y me costó un poco acostumbrarlos a la luz. No sabía muy bien dónde estaba, hasta que me acordé de lo sucedido con Niall, en el campo. Genial, ahora tendríamos que buscar el camino de vuelta a casa. Creo que estaba más dormida que despierta, pero estaba casi segura de que sentía un peso encima mío, que no estaba soñando. Giré la cabeza y me encontré la cara de Niall a unos pocos centímetros de la mía, tan cerca que podía sentir su respiración. Por un momento me quedé pensando por qué estábamos abrazados, pero luego reaccioné.
Le di un empujón a Niall e intenté deshacerme de sus brazos, pero seguía dormido como un tronco. No había forma de moverle.

-¡Niall, despierta! ¡Estás encima mío! ¡Abrazándome! ¡¿Recuerdas la norma de no pasar ni un milímetro de tu lado?! ¡Pues creo que te estás pasando UN POCO de tu lado! ¡Vamos, despierta!- yo no paraba de gritar y ¡él ni se enteraba! Empecé a darle pequeños codazos, pero tampoco servía. Intenté dar vueltas y escurrirme entre sus brazos, pero me agarró más fuertemente-. ¡Oh, vamos, Niall! ¡Estás despierto, no me tomes el pelo!
-Hahaha. ¡Es mi venganza por haber estado haciendo ruidito toda la noche y por no haber parado de moverte!- su sonrisa era encantadora.
-¡Qué idiota! ¡Niall, lo digo enserio, suéltame!
-¿Idiota? ¡Ahora verás!- me cogió más fuerte y empezó a hacerme cosquillas.
-¡No, por favor! ¡Cosquillas no!
-Mmm, ya sé cuál es tu punto débil. Hahaha- Niall se divertía. Puedo decir que en ese momento me caía menos mal.

Seguí riéndome por el ataque de cosquillas de Niall. Él también se reía. Al fin y al cabo me lo estaba pasando bien. Aunque cuando giré la cabeza hacia la ventana me pegué un susto de muerte.

-¡Ah!- grité.
-¡¿Qué pasa?!- se asustó Niall y dejó de hacerme cosquillas.
-Hay un tío en la ventana que nos está mirando. Me da miedo- le susurré al oído para que aquel hombre no me oyera. Niall se giró y también se asustó un poco. Nos levantamos y salimos del coche.
-Lo siento, no quería interrumpir nada, pero es que estáis en mi terreno- nos indicó el hombre, que tenía pinta de granjero, de estos de campo, brutos de verdad.
-Oh, no interrumpe nada, de veras. Lo sentimos mucho, ayer por la noche íbamos con el coche hacia la universidad, pero nos perdimos y acabamos aquí. Así que decidimos aparcar el coche e intentar encontrar el camino por la mañana, con luz- le explicó Niall.
-¡Oh! En ese caso, no pasa nada. Mira, chico, el camino es por allí. Sigues recto unos cien metros y luego giras a la derecha y luego a la izquierda. Después tú mismo verás los carteles que indican el camino.
-Muchísimas gracias. Y lo sentimos mucho por las molestias, ya nos vamos. ¡Gracias otra vez!- dijo Niall mientras subía al coche para ponernos en camino lo antes posible.

Niall hizo una maniobra de vuelta que pareció hecha por un profesional. Salimos de allí como un rayo. Aunque los cien metros que había dicho el granjero parecían menos, claro, a la velocidad que íbamos.

-Sí que tienes ganas de librarte de mí- dije, refiriéndome a la velocidad.
-¿Eh? Oh, lo siento -redujo un poco-. Es que pensé que ya debías estar harta de mí y que querrías llegar cuanto antes.
-Oh, sí. Claro... estoy cansada... quiero llegar ya...
-Mira, aunque no te conozco mucho, ya sé algunas cosas de ti. Por ejemplo, que ya has perdido demasiado tiempo a mi lado. ¡Oh! Y que tu punto débil son las cosquillas. Hahaha- él se lo tomaba a broma, pero en sus ojos había un deje de tristeza. Porque él sabía que yo iba en serio. Que realmente estaba cansada y quería irme a casa...


*Narra Candy.

Me desperté. Tenía mucho dolor de cabeza y tenía el cuerpo dolorido. Intenté incorporarme y vi a cuatro chicos tumbados en el suelo durmiendo, estaban todos como tirados unos encima de otros. Me entraron ganas de reír.

-Chicos, despertad. Vamos, arriba, bellos durmientes. ¿Chicos? Venga, no me hagáis esto -ellos seguían durmiendo como troncos. Fui al baño para darme una ducha. La alargué hasta media hora, total, los chicos dormían. Cuando salí del baño la habitación estaba vacía. Me extrañó no encontrar a los chicos. Aunque no le di mucha importancia, abrí el armario y empecé a vestirme. Pero de repente, cuando me estaba acabando de abrochar el sujetador, oí cómo la puerta se abría.

-Hola Candy. Sentimos habernos ido sin decirte nada, pero como estabas en la ducha... -Harry hablaba mientras abría la puerta, pero en cuanto miró hacia arriba se quedó boquiabierto-. Eh... yo... emmm... tú... estás... ejem... -Harry no reaccionaba.
-¿Harry? Harry, reacciona. ¿Hola?
-Eh......
-¡Harry, por Dios!- me acerqué, él seguía paralizado. Lo agarré por los hombros y lo zarandeé suavemente.
-¿Eh? ¡Oh! ¡Ah! -se dio la vuelta para no mirarme en ropa interior- ¡Lo siento mucho! ¡No se por qué me he quedado empanado! ¡Lo siento de veras!
-Bueno, no pasa nada, pero ahora espera aquí fuera, que me voy a vestir.
Entonces llegaron Louis, Zayn y Liam, que se habían retrasado un poco, pero venían detrás de Harry.
-¡Oh, Dios mío! ¡Harry! ¡Si la acabas de conocer!- gritó Louis, alarmado. Los chicos se limitaron a girarse y no decir nada. Pero entonces, llegaron Amanda y Niall. Lo que me faltaba.
-¡¿Candy?! ¡¿Qué haces?! ¡Por Dios, estoy fuera una noche y te lías con cualquier chico que encuentras! ¡Me parece muy mal! ¡Y encima ni siquiera me lo cuentas! -Amanda se puso histérica. Estaba totalmente fuera de control.
-Amanda, cálmate. No es lo que parece- típica frase. Hahaha- ¡Te aseguro que no me he liado con Harry!
-¿Harry? ¿No es ese tu amigo, Louis?- dijo Amanda mirando a Lou.
-Sí... Harry, ¿puedes explicarme qué está pasando?- le exigió Louis a Harry.
-Eh... yo... pues... solo estaba... eh... -Harry no sabía qué decir.
-Emm, bueeeeeno, yo casi que mejor me voy a vestir- dije, mientras arrimaba la puerta e iba hacia el armario a vestirme. Ahora que lo pienso, ya llevamos dos incidentes en ropa interior, ¿raro? Hahaha. No sé-. Ya estoy. Podéis pasar.
Los chicos entraron y se sentaron, más o menos por toda la habitación.
-Cuéntanos, Candy. ¿Qué es exactamente lo que ha pasado?- preguntó Amanda.
-Pues me estaba vistiendo, cuando de repente entró Harry por la puerta y se quedó paralizado, y luego llegasteis vosotros. No hay nada más que contar- expliqué.
-Y, ¿a qué venía Harry a tu apartamento?- siguió Amanda.
-Bueno, los chicos y yo habíamos ido a comprar algo para desayunar- explicó Harry. Zayn mostró las bolsas que traía.
-Entonces, ¿habéis pasado la noche aquí?- preguntó Niall.
-Sí, porque Candy estaba preocupada por vosotros y queríamos hacerle compañía- dijo Liam.
-Por cierto, ¿vosotros dónde habéis estado?- me acordé de repente.
-Pues... nosotros hemos pasado la noche en el coche de Niall. Nos perdimos de camino a la universidad. Llegamos hasta un campo y decidimos que lo mejor era parar el coche y esperar a que se hiciera de día- explicó Amanda.
-¿Con que la noche en un coche? ¿Perdidos en el campo?- insinuó Louis.
-Sí, y no he podido dormir porque Amanda no paraba de moverse- se quejó Niall.
-Bueno, no me hubiera movido si tú me hubieras dejado más espacio- replicó Amanda.
-¡Claro! ¡Pero si tú...- insistió Niall
-¡Basta!- grité.

Nos interrumpió un golpe en la puerta. Nos quedamos callados, mirando hacia allí.

-¿Hola? Chicas, ¿estáis ahí?- la voz era la de nuestra revisora. La amargada, esa.
-¡Oh, no! Se supone que no podemos tener chicos en nuestra habitación. Candy, ¿qué hacemos?- dijo Amanda bajito para que la revisora no nos escuchara.
-Vale, a ver, que no cunda el pánico -la revisora seguía insistiendo-.Vale, ¡que cunda el pánico! ¡Chicos, todos al baño!- dije yo.
Los cinco se metieron en nuestro mini-baño. Nosotras intentamos ordenar un poco la habitación y poner cara de recién levantadas.
-Buenos días, señora Davis. ¿Hay algún problema?- pregunté yo.
-Oh, no. Solo quería revisar vuestro cuarto, me había parecido oír una voz de chico. Pero veo que todo está en orden. Que tengáis un buen día, chicas- la revisora se fue, contenta de que todo estuviera 'en orden’.
-Buf. Ha faltado muy poco. La próxima vez tendremos que ir con cuidado- dijo Amanda.
En cuanto abrí la puerta del baño los chicos salieron disparados en efecto dominó. Acabaron los cinco en el suelo. Me reí.
-¡Qué baño más grande!- se quejó Louis con sarcasmo.
-Bueno, no está pensado para cinco tíos. Hahaha- seguí riéndome.


*Narra Amanda.

Terminamos de desayunar con los chicos. Y como vi que Candy y Harry estaban hablando y riendo, muy bien el uno con el otro, se me ocurrió un plan. Me acerqué a Louis y le susurré al oído.
-¿Por qué no nos vamos y dejamos a Harry y a Candy solos? Parece que están muy bien juntos, así podrán conocerse mejor.
-Oh, me gusta tu mente malvada- Louis me devolvió el susurro, entre risitas.
Los dos miramos a Candy y a Harry, quines estaban tan inmersos en su conversación que ni se enteraron.
-Bueno, Amanda. Creo que es hora de que nos vayamos a casa, ¿nos acompañas?- dijo Louis mirando a los chicos, y haciéndoles indirectas para que se levantaran y se fueran.
-¿Eh, adónde vais?- preguntó Candy.
-Eh... voy a acompañar a los chicos a casa. No te importa, ¿no?- le pregunté a Candy.
-Oh, ¿ya nos vamos, Louis?- preguntó Harry.
-¡No! Digo... tú quédate. Quiero decir, así no dejas sola a Candy...- se explicó Louis.
-Bueno, ¡nos vamos! Tardaré un rato- me despedí de Candy con un gesto de la mano.

Los chicos y yo salimos del edificio, medio a escondidas, ya que la revisora no podía andar muy lejos. Llegamos a los coches y nos dirigimos hacia un centro comercial para perder un par de horas. Se nos unieron Danielle, Eleanor y Perrie, que ya tenían ganas de pasar un rato con sus chicos. Además, trajeron a Nicki y Laura, con las que me llevaba genial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario