domingo, 13 de enero de 2013

CAP #5



*Narra Amanda.

-Sí, ahora tienes que girar ahí- le indiqué a Niall.
-¿Estás segura del camino?- repuso él.
-¡Claro que sí! Pero, bueno, si tú lo vas a saber mejor que yo...- me quejé.
-No, no quería decir eso. Solamente quería asegurarme de que éste es el camino. No te lo tomes todo tan a mal- dijo Niall en tono de disculpa.
-Bueno, ahora sigue por ahí.
-Está bien, pero luego creo que el camino se bifurca. -indicó él.- ¿Por dónde sigo? ¿Derecha o izquierda?
-Pues... no estoy muy segura, no me suena de nada este camino- en el fondo estaba muy preocupada, porque realmente no tenía ni idea de dónde demonios estábamos.
-Genial, ahora estamos perdidos...- Niall parecía desorientado y asustado.
-Bueno, conduce un rato más, seguro que llegamos.

Niall no parecía estar muy convencido de que llegaríamos a la universidad. Supongo que estaba ya tan harto de estar conmigo que quería deshacerse de mí cuanto antes y dejarme en casa para irse con su novia o algo por el estilo.

-Ya sé que no soportas mi compañía, pero podrías disimularlo un poco...- le solté yo.
-¿Qué? ¿Pero qué dices?- preguntó él sorprendido por mi inesperado ‘ataque’.
-Lo que has oído. Estoy segura de que preferirías estar en otro sitio con tu novia, en vez de en este coche conmigo.
-Bueno, tú no sabes nada.- cerró él, hermético.
-Oh, créeme que sí sé cosas...- repliqué yo.
-Bueno, y dime, ¿de dónde te las has sacado?- respondió él algo borde.
-Pues han salido nada más y nada menos que ¡de tus labios!
-Oh, ¿si? ¿Cuándo? Si se puede saber- se enfadó el.
-Pues, ¡ah! -me sentí muy frustrada- ¡Hoy, en el vestuario del acuárium! ¿Sabes? ¡Candy y yo os escuchamos hablar de una chica que acababas de conocer morena de pelo rizado!
-Ah, ¿y piensas que me refería a ti?- preguntó él, algo confuso porque yo supiera de la conversación.
-¡Está claro!
-Claro, yo no tengo nada más importante que hacer que ponerme a criticarte. Además, nunca diría eso de ti- respondió él muy frustrado porque yo siguiera enfadada.
-Seguro que no...- terminé yo.

Pasó un buen rato desde que discutimos. Ninguno de los dos quería hablar. Él miraba al frente y yo por la ventana. Aunque estaba todo sumergido en una intensa oscuridad, no se veía nada más allá de lo que iluminaban los faros del coche.

-Para el coche- corté el silencio.
-¿Qué?
-Que pares el coche.
-¿Para qué quieres que pare el coche?
-Porque así lo único que hacemos es alejarnos del camino. Es mejor que pares el coche aquí y mañana por la mañana ya veremos cómo salimos de este campo. Porque tampoco hay cobertura, así que estamos perdidos. No nos queda otra que pasar la noche aquí- expliqué yo.
-Tienes razón, pero no creo que puedas soportar una noche conmigo- se burló.
-¡Qué gracioso! Bueno, tumba los asientos de delante y así haremos una especie de cama. Yo dormiré atrás y como se te ocurra pasarte un centímetro de tu lado, te corto el brazo. No quiero que te acerques, ya tengo bastante con tener que dormir cerca tuyo- dije yo cortante.
-¡Oh, cuidado que no te pase algo! Hahaha.
-¿Qué te hace tanta gracia? Porque estar perdida en el campo contigo, te aseguro que no es nada gracioso.
-Nada, es solo que me encanta la manera en que te enfadas. Es como si sacaras la niña que llevas dentro.
-Gracias por llamarme infantil.
-No es eso. Lo que quiero decir es que en el mundo hay mucho odio, pero cuando tú te enfadas no es como si transmitieras odio, sino más bien es como una rabieta. No sé, me da esa sensación, y me gusta. Hahaha.
-Pues te aclaro que estoy realmente enfadada, no es ninguna rabieta- puse voz de niña y luego le saqué la lengua. Él se rió.
-Bueno, va a ser que al final no soy tan malo, porque ya no estás enfadada.
-Oh, sí que lo estoy. Así que buenas noches y déjame dormir- dicho esto me giré para pasar a la parte de atrás. Me tumbé y cogí una manta que había, mientras tanto él colocaba los asientos de delante poniéndolos horizontalmente y acomodándose.
-Buenas noches, pequeña- dijo él en un tono desenfadado y dulce.

Lo último que dijo me hizo sonreír, aunque en cuanto me di cuenta de que estaba sonriendo, me ordené a mí misma borrar esa sonrisa de mi cara, ya que no tenía ningún sentido. Me acurruqué en las mantas, al fin y al cabo, el coche era bastante cómodo. Estaba empezando a relajarme y a dormirme cuando Niall habló.

-¿Puedes parar de hacer ruidito con el pie?
-Lo siento, pero no puedo dormir si no muevo el pie. Es una manía rara que tengo desde pequeña, no puedo evitarlo- protesté yo.
-¿En serio?
-Sí, ¿algún problema?
-Pues, hombre, aparte de que me pone nervioso y no me deja dormir, nada más.
-Bueno, pues te aguantas, si hubieras sabido cuál era el camino, no estaríamos aquí perdidos.
-Claro, yo tengo toda la culpa. Pues creo recordar que cierta señorita dijo que sabía perfectamente cuál era el camino -mientras dijo esto, me giré para verle. Y cuando vi que su rostro estaba iluminado por la luz de la Luna me empecé a ruborizar. ¿Pero qué haces, Amanda? No tiene sentido que te ruborices. ¡Por Dios, no me entiendo ni yo!-Bueno, ¿no vas a decir nada?- siguió él al ver que yo no decía nada.
-Eh... ah ¡sí! No ha sido culpa mía, en absoluto. Y ahora déjame dormir.
-Pero, ¿vas a dejar de moverte?
-No, ya te he dicho que es una manía.
-Genial, voy a tener ruidito toda la noche. En serio, adoro tus manías- se quejó él sarcásticamente.
-Bueno, ¡yo no puedo hacer nada! Es mover el pie o aguantarme toda la noche despierta hablando! Y supongo que prefieres dormir, así que no te quejes- finalicé la conversación y me volví para intentar dormir.

Estuve unos buenos veinte minutos dando vueltas. No podía dormir. Me giré para ver la hora en el coche. Las diez. La noche se me iba a hacer muy larga. Antes de girarme miré a Niall. No podía creer que hubiera soltado todas aquellas barbaridades sobre mí, parecía tan inocente mientras dormía. Estaba pensando todo esto cuando me interrumpió.

-¿Por qué me estás mirando dormir?- Niall abrió un ojo para mirarme, acusador.
Menos mal que no había luz, pensé. Porque de no ser así, me habría visto totalmente colorada.
-¿Yo? No te estaba mirando, solo me he girado para mirar la hora.
-No, me estabas mirando fijamente, y creo que hasta he visto un asomo de sonrisa en tu boca- replicó él.
-¡Qué tontería! ¿Podemos volver a dormir?
-Si... pero me estabas mirando. Hahaha.

Me giré para no seguir hablando con él. Esta vez era la definitiva, me iba a dormir. De una manera u otra. Oí que él se movía, así que supuse que se habría girado para dormir. Así que yo también me moví para dormirme por fin.


*Narra Candy.

Estuvimos un par de horas hablando y riendo. Harry me caía realmente bien, además de que era REALMENTE guapo. Cuando miré el reloj vi que eran las diez, así que pensé que sería mejor volver a la residencia a estar con Amanda, para cotillear y esas cosas.

-Mmmm, Louis, ¿podrías llevarme a la universidad?- pregunté.
-¡Yo te llevo! -saltó Harry.- Es decir, ejem, te llevo yo, si quieres. Es por salir un poco de casa...
-Está bien, ¿te parece bien Louis?- dije indecisa.
-¡Sí, perfecto, genial, fantástico! Venga Harry, iros ya-. Louis parecía entusiasmado con la idea.
-Bueno, vale. Ya nos vamos. Hahaha.- Harry se divertía con la actitud de Lou.

Harry me acompañó hasta la puerta y cogió las llaves de su coche. Fuimos hasta el coche y me abrió la puerta, después entro él por el otro lado. Durante el camino fuimos hablando y riendo. Harry se estaba portando genial conmigo, me encantaba hablar con él.

-Ya hemos llegado- dijo él.
-Sí... -yo no quería despedirme.- Mmmm, ¿te molestaría acompañarme?
-¡No! -respondió en un segundo-. Es decir, claro, ¿por qué no? Te acompaño.

Salimos del coche y fuimos hacia mi habitación, tuvimos suerte de que no hubiera llegado la mujer que vigila la puerta. Si no, Harry no hubiera podido entrar. Cuando llegamos a mi puerta saqué las llaves, pero cuando abrí me sorprendió ver que Amanda no estaba. Cogí el móvil y la llamé, pero me salía el contestador.

-¿Tu amiga no está?- preguntó Harry.
-No, es muy raro, Niall la iba a traer aquí. Hace horas que deberían estar aquí. Tampoco contesta el teléfono. Estoy un poco preocupada.
-Espera, voy a llamar a Niall- Harry sacó su teléfono y marcó, esperó un poco, pero Niall tampoco contestaba-. Qué raro. Niall siempre contesta al teléfono.
-Estoy muy preocupada, ¿y si les ha pasado algo con el coche?
-Tranquila, si hubiera habido un accidente ya lo sabríamos.
-Tienes razón, pero aún así me preocupa -me angustiaba pensar que les podía haber pasado algo.
-¿Quieres que me quede contigo hasta que sepamos algo?- se ofreció él.
-Sí, por favor. Si no es mucho pedir, me encantaría que te quedaras.
-Pues yo estaría encantado de quedarme, así que me quedo. Hahaha.

Con él a mi lado me sentía un poco más tranquila. Estuvimos hablando un montón, de muchísimas cosas. Nos reímos un montón. Después encendimos la televisión para ver si ponían alguna película buena, y como no ponían nada, le dije si le apetecía ver ‘Tres metros sobre el cielo’, una película española que tenía en dvd traducida al inglés. La pusimos y nos tumbamos en la cama a verla, me sentía tan bien a su lado, tapada con  una manta. Simplemente, se estaba genial. A Harry le gustó mucho la película y cuando la acabamos de ver era la una y cuarto de la madrugada. Pero yo no quería dormir, quería seguir hablando con él. Entonces oímos un ruido, venía de la ventana. Me asusté. ¿Qué era eso? Y, ¿a estas horas?

-¿Has oído eso?- pregunté a Harry asustada.
-Sí, venía de la ventana. Voy a ver qué es.
Harry cogió un flexo antiguo que pesaba una tonelada, supongo que por si acaso era un ladrón o algo así. Se puso pegado a la pared y con un movimiento rápido abrió la ventana y se colocó delante de ella con el flexo cogido como si fuera un bate de béisbol. Vimos una sombra aparecer por la ventana.

-¡Harry! ¡Pero qué haces! ¡¿Pensabas pegarme con eso?! ¡Hay que ver, has conocido a Candy y ya no me quieres!- se burló Louis de Harry.
Entró por la ventana, pero vimos más sombras detrás de él. Y entraron Zayn y Liam. Harry sostenía el flexo, alucinando; yo, desde la cama, también alucinaba. Pero ellos, tan normales, no parecieron ni inmutarse de que Harry sostuviera un flexo enorme en la mano.
-¡Traemos pizzas y algo de beber!- Liam levantó las cajas que llevaba en la mano.
-Genial, la verdad es que tengo hambre. Pero supongo que no habéis venido a traer las pizzas, ¿no?- pregunté, mirando a Louis.
-Bueno, como es tarde y Harry no contestaba el teléfono hemos decidido venir a ver si estabais aquí. Sentimos interrumpir en vuestro nidito de amor.- Louis hizo un corazón con las manos y sonrió de manera pícara.
-Vamos, Boo Bear. No te pongas celoso, amor. Hahaha. Sabes que eres el único para mí- se rió Harry.
-Bueno, ¿quién quiere pizza?- dijo Zayn.
Pusimos las cajas de pizza en el suelo y nos sentamos alrededor a comer. Durante el resto de la noche estuvimos hablando y riendo. Con esos chicos es imposible que uno se aburra. Son geniales.
Sobre las cuatro y media, estaba tan cansada que empecé a quedarme dormida. Harry estaba semi-tumbado en mi cama y yo estaba tumbada sobre su pecho. Estaba tan a gusto, no quería moverme ni un milímetro. La verdad es que en una tarde-noche nos habíamos conocido tanto, que me sentía súper cercana a él. Mientras ellos hablaban, se me iban cerrando los ojos. No podía aguantarlos abiertos, así que al final dejé de luchar y caí en un sueño profundo.

2 comentarios:

  1. Mola mucho la verdad toda la novela en si es bonita y divertida

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    1. Muchas gracias! Es mi primera novela asi que ya veremos como sale. Jajaja :)

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