*Narra Amanda.
Dentro había un papel
doblado. Lo desdoblé y empecé a leer. Me di cuenta de que era la letra de la
canción que Niall había cantado esa misma tarde en el pub. Saqué un cuaderno de
mi mochila (lo llevo siempre por si acaso) y me dispuse a contestarle la carta,
que supuse que era de Niall, pero al final decidí ir a hablar con él en cuanto
pudiera. Estaba pensando esto cuando oí un portazo, no le di mucha importancia.
*Mientras, en la residencia.
Narra Candy.
¡Qué bien! Iba a tener la
habitación para mi sola. Alex y yo podríamos
divertirnos... Hacía un par de minutos que habíamos vuelto de nuestro paseo de
noche y él había ido al coche a buscar su maleta. Me puse el pijama más sexy
que tengo, y la lencería más mona. Junté las dos camas y preparé las mantas.
Estaba un poco nerviosa, supongo que sabéis a qué me refiero. Alex entró por la
puerta.
-¡Wow Candy! Creo que nunca
te había visto ese pijama, me encanta.
-Gracias- sonreí pícaramente.-
¿Vienes?- me tumbé en la cama.
Él se acercó lentamente, se
sentó en el borde y empezó a quitarse la ropa. Me puse muy nerviosa, así que
intenté disimularlo metiéndome bajo las mantas. Quería que Alex pensara que sabía
lo que hacía, aunque no fuera verdad. Él también se metió dentro de la
improvisada cama. Empezó a besarme el cuello, lenta y dulcemente. Yo le seguí
el juego. Estaba dispuesta a hacerlo cuando de repente escuché un golpecito en
la ventana.
-¿Has oído eso?- pregunté.
-¿El qué?
-Un golpe en la ventana. ¿Quién
diablos molesta a estas horas?
-Será un pájaro que se ha
chocado- él no le dio más importancia y continuó besándome. Volvieron a golpear
la ventana, esta vez más fuerte.
-Alex, ese ruido, otra vez.
-Candy, déjalo ya. Son
paranoias tuyas- él siguió sin hacerme caso.
-¡Alex! Te he dicho que hay
algo ahí fuera, por favor te pido que vayas a mirar qué es- me aparté de él.
-¡Candy, por favor! ¡¿Qué
diablos te pasa?! ¡Hace casi dos meses que no nos vemos y tú solo piensas en si
hay un estúpido pájaro que hace ruido en la ventana!- de repente, como si
hubiera escuchado lo que Alex había dicho, quienquiera que estuviera haciendo
el ruido golpeó la ventana con mucha fuerza, haciendo un ruido estrepitoso.
-¡Oh! ¿Entonces estoy loca?
Creo que tú también has escuchado eso.
-Está bien, me largo. Hoy
dormiré en el coche, te veo mañana- Alex salió de la habitación en
calzoncillos, llevándose su maleta, iba muy enfadado.
-¡Alex! ¡No te vayas! ¡No me
dejes sola!- me tumbé boca abajo, resoplando del enfado. Me sentía tan
impotente.- Muy bien Candy, tenías que hacer que Alex se enfadara, eres la
leche- me regañé a mí misma. Oí que la ventana se abría, me asusté.- ¿Quién
anda ahí?- como si me fueran a contestar...
-Oh, tranquila, no te
asustes. Soy yo, Harry- él entraba por la ventana.
-¿Qué haces aquí? ¡Vete, no
tengo ganas de hablar con nadie!- estaba llorando y no quería que Harry me
viera.
-¡Oh, vamos Candy! Déjame
hacerte compañía, puedes contarme todos tus problemas, me encanta escucharte. O
sea... que me gusta escuchar a... la gente...
-Bueno, pasa... pero no te rías,
tengo toda la cara negra por el maquillaje...
-Te prometo que no me reiré-
levanté la cara de la almohada.- ¡Oh Dios mío! ¡Qué horror!
-¡Harry!- volví a taparme la
cara con la almohada.
-Es broma, es broma. No te
enfades- volví a mirarle.
-¿Me veo tan mal?- pregunté.
-¿Te digo la vedad y no te
enfadas?- dijo Harry.
-Dime...
-Aún con la cara llena de
maquillaje, te ves hermosa.
Me sonrojé. No sé cómo, pero
Harry podía hacerme sentir bien tan sólo con una mirada y una sonrisa. Me
acerqué a él lentamente, ahora mismo no pensaba con la cabeza, si no con el
corazón. Sentí un impulso incontrolable que me llevo hacia sus labios, sus
maravillosos labios. Le besé. Fue como si todo a mi alrededor se esfumara por
unos segundos y sólo existiéramos él y yo, ajenos al mundo. Él me correspondió
el beso, pero más apasionadamente. Quería quedarme con ese momento grabado en
mi cabeza, no quería olvidarlo jamás. Estaba sintiendo algo muy fuerte dentro
de mí, algo que ni siquiera Alex me hacía sentir. Nos separamos y nos miramos a
los ojos.
-¿A qué ha venido eso?-
preguntó él.
-Lo siento... es que no he
podido resistirme...
-No... si yo estaba deseando
hacerlo... pero supongo que me daba miedo... Tienes novio y yo... bueno, yo no
soy como él... supongo que no soy tu tipo...
-¡¿Qué?! ¡No, no, no! Harry,
no pienses eso... si soy sincera, creo que... te quiero.
Harry iba a decir algo justo
cuando llamaron a la puerta. Caray, ¿cuánta gente iba a pasar hoy por nuestra
habitación? Escuché a Alex hablar a través de la pared.
-¿Candy? ¿Estás ahí? Vamos
nena, no te enfades... ¿Podemos hablar? Siento haberme ido y siento haberte
gritado...
-¿Te ha gritado?- me susurró
Harry muy enfadado.- Ahora verás lo que le voy a decir...
-¡No! ¡Harry!- le tapé la
boca y lo lleve hacia la ventana. Le indiqué que saliera y el me rogó que le
acompañara. Como no quería quedarme y tener que escuchar las excusas de Alex,
decidí ir con él. Harry saltó por la ventana y me dijo que saltara yo también.
-¿Qué? ¿Estás de broma? No
pienso saltar, con lo pato que soy seguro que me caigo.
-Venga, yo te espero aquí
abajo y te cogeré como una princesa.
-¿Seguro?
-Sí, venga salta de tu torre,
princesa.
No estaba muy segura, ya que
había mucha altura, pero confiaba en Harry así que me arriesgué y salté. Me dio
mucho miedo, pero aterricé en sus fuertes y seguros brazos. Él me llevó así
hasta el coche y me dejó en el asiento del copiloto. Condujo hasta su casa y allí
paró.
-¿Quieres dormir conmigo?-
preguntó Harry tímidamente.
-Si no te importa... me encantaría...
-¡Genial! Digo... claro, no
te molestaré, dormiré en una esquinita de la cama, será como si no estuviera.
Entramos y vimos a los chicos
en el salón hablando, exceptuando a Niall y a Amanda. Me pregunté dónde debía
estar. Saludé a todos y me dirigí al piso de arriba.
*Narra Louis.
Cuando Candy subió a la
habitación agarré a Harry por el brazo y comencé con el interrogatorio.
-Harry... ¿POR QUÉ ESTÁ
SUBIENDO CANDY A TU HABITACIÓN?
-Louis, cálmate por favor. Sólo
va a pasar la noche aquí porque se ha peleado con su novio, nada más. Me ve
como un amigo, a pesar del beso...- expliqué.
-¡¿QUÉ?! ¡¿BESO?! ¡Oh Dios mío,
Harry; Candy te quiere!- exclamó Zayn.
-Qué va... supongo que ha
sido un impulso, no creo que sienta nada real por mí- rechacé.
Subí a mi habitación y
encontré a Candy sentada en el borde de la cama. Estaba tan guapa con el pelo
suelto cayéndole por la espalda, con ese pijama corto tan provocador... Se giró
y me miró con esos ojos que pueden detener el tiempo por unos segundos y hacer que
me olvide de todo. Como cuando toqué sus labios, todo a mi alrededor desapareció
por un instante y sólo pude sentir su cuerpo junto al mío, sintiendo su corazón
al ritmo del mío... Me encantaba Candy, era tan... perfecta.
-Eh, lo siento. Si quieres me
voy y te preparas para dormir o lo que quieras...- dije.
-No, no. Ya me voy a meter en
la cama- respondió ella.
*Narra Candy.
Harry se acercó lentamente,
mientras yo me tumbaba. Se puso encima mío y me dejé llevar. Empezó a darme
pequeños y fugaces besos por el cuello. Debería haberlo detenido, pero
realmente quería que él hiciera eso. Desde que lo conocí quise que llegara este
momento, pero a la vez me sentía culpable por Alex; debería llamarle y decirle
que ya no siento nada por él, que lo veo más bien como un amigo... Pero en
cuanto Harry pasó a mis labios, me olvidé instantáneamente de todo lo demás. Se
acercó a mi oreja y me susurró ''Te quiero.'' Me dio una suave caricia en la
mejilla y después su mano fue bajando hasta el lazo de mis pantalones de
pijama. Con la otra mano abrió el cajón superior de su mesilla y sacó un
preservativo. Empezó a besarme más frenéticamente y me puse nerviosa de nuevo. De repente abrieron
la puerta.
-¡Harry! -Liam alzó la vista-
¡Oh Dios mío, Harry! ¡Lo siento, lo siento! ¡No debería haber presenciado esto!
¡Se me
va a quedar grabado! ¡Ah!
-¡Liam, Liam! ¡Cálmate, por
favor! ¡ No grites! ¡No es lo que
parece! Vale, muy típico- me di cuenta de que Liam estaba alucinando y a punto
de gritar, así que tenía que hacer algo para tranquilizarle.
-¡¿Ah, no?! ¡¿Y por qué Harry
tiene eso en la mano?!- él seguía estresado.
-Pues... el caso es que...- Harry
no tenía ninguna excusa.
-¡Íbamos a hacer una fiesta! ¡Con...
globos!- le quité el preservativo de la mano a Harry y lo inflé como si fuera
un globo. Era una mala excusa, pero al menos era una excusa.
-No quiero saber nada más... Harry,
a mi habitación, YA- ordenó Liam.
Harry se levantó de la cama y
en un abrir y cerrar de ojos, los dos ya habían salido por la puerta. Me sentí
avergonzada, noté como mis orejas y mis mejillas enrojecían. Decidí bajar a la
cocina a buscar un vaso de agua y Amanda me sorprendió.
-Hola, ¿qué haces aquí? ¿No
ibas a pasar la noche con Alex?- preguntó ella.
-Si, pero... nos hemos
peleado... y él ha ido a dormir al coche- expliqué.
-¿Y has venido tú sola?
-No... he venido con Harry. Amanda,
creo que siento algo por él. Porque... le he besado y, bueno, ha sido como si
el tiempo parara y todo se desvaneciera...- confesé.
*Narra Louis.
Llamé a Liam, que estaba
hablando con Harry pero vino enseguida, y a Zayn para que me acompañaran abajo
a ver un rato la televisión, pero cuando bajamos encontramos a Candy y a Amanda
hablando en la cocina. Sé que está mal, pero no pude resistirlo y los chicos y
yo nos escondimos y escuchamos lo que decían.
-Pero Candy, tienes que
pensar que en una semana volvemos a Mallorca y no le vas a volver a ver, nunca.
No puedes enamorarte de él, tienes a Alex que al menos vive en el mismo país
que tú- decía Amanda.
-Lo sé, pero no he podido
evitarlo. Estos días que he estado con él, han sido los mejores- replicaba
Candy.
-Piensa en el sábado. Tú y yo
en el aeropuerto, si le dices que te vas seguro que quiere despedirse de ti y
será peor, te sentirás mal. A mi me pasa lo mismo con Niall, creo que siento
algo por él, pero no puede ser, él está enfadado y ya no hay tiempo. Creo que
no decirles nada será lo mejor para todos... Así no sufrirán ni ellos ni
nosotras- terminó Amanda.
Los tres nos miramos,
alucinando con lo que acabábamos de escuchar. Si ellas se van Harry volverá a
caer en la ''depresión'' y Niall nunca ha sentido nada parecido antes, si
Amanda se va, ese sentimiento desaparecerá para siempre. De alguna manera tengo
que evitar que las chicas se marchen, tiene que seguir estudiando aquí. ¡Eso
es! Ya lo tengo.
-Chicos, venid. Tengo que
hablar con vosotros- dije.
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